jueves, 5 de enero de 2012

VENEZUELA



 “Junto a los canales de Babilonia
nos sentamos a llorar con nostalgia de Sión (…),
Si me olvido de ti, Jerusalén,
que se me paralice la mano derecha,…”
Salmo 136, 1.4-5.

Santa Cruz de Tenerife se abre paso, remolona, al caer la tarde. Cansada de sí, de la pechada de sus cuestas, arrumada sobre las gibas repeladas del monte picudo, un vestigio de lava galvanizada, un murmullo de mechurrios y silencios. Ella me mira huraña en estos coches que transitan pesados,  recelosos.

Ya en la acera, un galope de piernas, camino desapurado, marcho fragmentado. Miro al poniente. Nostalgia ¿A quién le importa? Aprieto el paso, busco la luz que me habita al beso azul de una presencia. Una nube, aislada de sus hermanitas, cruza los cielos.

Cuando todo calla, el vestigio de un retrato en sepia. Llega al filo de un ciempiés de historias. Al llegar a la esquina los recuerdos me siguen, y es que no puedo escapar de sus despojos, me malviven, y por eso venga a llorar, a confundir el relinche de las lágrimas, con el polvo de esta ciudad que se ha vuelto inhóspita, confusa.

Un extraño presentimiento es la noche, adivinada apenas, intuida en mis pasos descompasados. Enciendo un cigarrillo. Las sombras se adueñan de los adoquines renegridos de la Rambla.

Allende los mares está Caracas,… otro cielo, otras aceras hinchadas de tacones y buhoneros, y no puedo dejar de sentir un sobrepeso secular, homérico,  gravitando sobre la cólera de la ausencia, de las calles y las horas que me reclaman, en medio de un azul distinto y una distancia arisca. 

La isla, la anomia misma de la tierra, la soledad.

¿Vivir o dejarse llevar?, pregunto penetrado de ese pasmo de la hora vespertina. Los ojos siguen la punta redonda de mi zapatilla deportiva. Evoco sin querer los amigos que el tiempo volvió borrosos, apenas unos rostros desenfocados en la clausura de la memoria. A veces adolezco del amparo de un abrazo, de un tú fraterno que me arraigue a la tierra ¿Eres emigrante?

- Sí, soy venezolano.

Unos niños redimen el horizonte, relamidos de tierra sobre las jardineras simétricas. La madre se desentiende de mi presencia, yo no puedo evitar sonreír a los chicos, como si existiese entre todos los pequeños un acuerdo tácito, una complicidad compartida, secreta. Los grandes simulan ignorarlo, ensimismamiento de centro comercial y racanería de estrecho territorio. La posibilidad de nuevos avances los paraliza. 

Se protegen del laberinto viviendo como ausentes.

Me siento en una banca y observo unas palomas que celebran una especie de meeting político. Miro dentro de mí, pregunto al fin, ¿qué hago con esta vida que me estalla, y me explota como una granada, ¡bum!, y me revienta en pedazos?; ¿qué hago con este recuerdo que me grita, y entra en mi memoria dando un portazo?; ¿qué hago con esta Caracas que me habita, y viaja conmigo sin parar de decir?. Miro de nuevo a los niños de la Rambla, a las palomas en su toma de la Bastilla, y me convenzo, sólo soy tiempo.

Yo, un hijo de la generación boba, del baby boom, que malviví mis mejores años entre el mayo francés y la Perestroika, que no he necesitado nunca fumar marihuana para escribir, ni embotar mis sentidos para darme cuenta de que existo. Me ha bastado sufrir la dosis de realidad que toca y el retruécano de cada página. Estoy cansado de la contracultura como pose, de la veleidad nadaísta de la literatura, del narcisismo de las frases huecas y sin compromiso.

Sobre mi cabello el soplar de los alisios.

La Palabra es un peso insoportable, la responsable de mis urgencias, ella suda en mi mano cuando la tomo entre mis brazos, ella me nombra y soy, y eso es terrible, verdaderamente terrible. Ya he dejado de pensar que es una mujer fácil, no señor, hay días en que sencillamente no la soporto más, y la traiciona con Disneylandia. Yo amo a mis muy queridos Mickey Mouse y Pato Donald, hace ya tiempo, ¿a los ocho años?, descubrí que eran mentira, pero igual los amo por un mientras.

Casi siempre regreso de mis devaneos con la verdad de un silencio, que me recuerda mi irremisible soledad ante la tarde, que me purifica de la banalidad de la soberbia, que me enseña a pronunciar el Nombre, preciso, salvífico, el que Es, y nada más.

Amo mis propias voces, achicharradas de trópico y Caribe, y también estos vocablos nuevos, musicales, atlánticos, que me han tomado por asalto, y los que robaré mañana, en cualquier esquina, en esas noches de pupila insomne, cuando el látigo de las horas me martiriza, y el exprimir de mis párpados no me libra de los fantasmas que vuelan del espejo a la ventana.

He vivido la desilusión de todos los ismos, y estoy obstinado de las vanguardias que se convierten en industria cultural, machacadas por la lógica del mercado. Me refugio entonces en la tradición de una ascesis, sin importarme la disciplina que impone. Soporto el yugo sin llegar nunca a desposarla del todo.

Un día, así lo intuyo, volveré a mi Edén perdido, los jardines de la infancia, la tierra de gracia, allá donde Colón vislumbró una arcadia, entre los valles de Carabobo, poblados de naranjos; las llanuras torrenciales, del Delta hasta Barinas, imposibles, ciclópeas y esos mares orientales, épicos, que guerrean con la costa. 


Cumaná, siempre vuelvo a Cumaná. 


Y entonces puedo contemplarme sentado, un atardecer como este, en el balcón de la biblioteca universitaria, un gastado edificio de mosaicos rojos, y allá, en el horizonte, Caracas, poligonal en sus torres inhiestas, arañando la montaña, el Ávila, padrenuestro genésico, bienhechor de innúmeros verdes, calefactor natural de una diaria primavera.

Pero antes he de adquirir la sabiduría de saber estar, (y aprender a perdonar al tonto que dijo que odiaba la palabra “chévere”).

Los decadentismos de torva mirada no han podido hasta ahora conmigo. Prefiero la vida buena, y regresar a las raíces, y el ¡clap! de una bofetada (de vez en cuando). No me despido, me es imposible ser sin ella, palabra.

La noche, una regañina de azules. Por la calle que comunica la Plaza Los Patos con la Méndez Núñez, se ve bajar un hombre convertido en una esperanza.

                                                @MarceloMartín

PD: El vídeo es de loocynnohj, con la canción Venezuela, de Pablo Herrero y José Luis Armentero






11 comentarios:

  1. Nostalgia? Tienes el contacto con esta bloguera venezolana y para colmo "Maracucha" pa`que vos veais. Un abrazo Marcelo.

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  2. Diosss, que te ha pasado mi querido Marcelo?, estas muy nostàlgico,parece que ya Venezuela te està pegando ... tus raices te llaman?, amigo mio,serà eso?.

    Un abrazote, y FELIZ AÑO 2012, bechitos( como decimos ahora aqui),jejeje.

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  3. Inmaginate Marìa Auxiliadora, yo que soy mas que regionalista, que ni por todo el oro del mundo,cambio mi ciudad, q con tantìsimos problemas que la quejan , aùn asì la quiero, "que molleja primo",jajaja.

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  4. María Auxiliadora: Un abrazo de año nuevo, la verdad es que este texto que colgué fue escrito en una circunstancia peculiar, y luego lo tuve un tiempo como borrador en mi PC, hasta que se me ocurrió pulirlo un poco y colgarlo. Es cierto, que en algunas situaciones la "tierra" te jala por dentro, pero creo que Dios va haciendo su obra porque nos va desprendiendo y dando más libertad. Aunque el amor por Venezuela sigue vivo y presente.

    ¡Qué bonito tu ofrecimiento de amistad! ¡Qué gente tan especial loz zulianos, la tierra del sol amado!

    Un abrazo y que el Señor nos bendiga en este nuestro "trabajito" de blogueros cristianos,..

    Marcelo

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  5. Simplemente Irene: ¡Qué foto más interesante tu nuevo avatar! Amiga, como puedes ver, a veces lo venezolano me empuja por dentro, claro, no es siempre, sino en circunstancias, especialmente en la Navidad, que es una época muy especial,...

    Creo que tambien es de Dios compartir ese lado humano que tenemos todos, nuestras fragilidades, nuestros sentimientos,...Así de humanos y verdaderos nos quiere el Señor.

    Un abrazo grandote en este 2012, y que el Señor siga bendiciendo nuestra amistad,..

    Marcelo

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  6. Cierto Marcelo... el desapego... como cuesta... pero con la ayuda de Cristo todo lo podemos. Un gran abrazo.

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  7. Marcelo......Hace meses que no cruzamos ni un comentario. Entiendo que la nostalgia de una tierra bella como es Venezuela tire de tí, hasta el punto de que escribas y sientas lo que expresas más arriba.....Vivo en la misma isla que tú Marcelo y me gustaría que sepas que siento que deberíamos conocernos y hablar.....No se cuando ni como, porque la vida y el trabajo nos ocupa la mayoría del tiempo y yo vivo en el Norte (La Laguna y tú en el sur(El Medano?)Tengo Familia en Venezuela.....Mí tio casi nació allí, emigró y fué a cumplir dieciocho años allá. Hay más parientes que viven y sueñan en el Caribe.....Venezuela,Cuba. En Argentina tambien.....Y cuando vuelven aquí, aunque hayan nacido y vivido en esta tierra antes de emigrar, invariablemente se sienten fuera de lugar. Son emigrantes y conocen otras realidades, su mente esta abierta fuera del influjo Atlántico que nos aprisiona, Y el cono archipielágico que habitamos les resulta asfixiante en cierta medida......Amo esta tierra Marcelo, he vivido siempre en estas Islas. En una ú otra, acá ó allá y siempre he sentido que soy un emigrante, me niego a caer en el localismo provinciano que nos hace permanecer absolutamente desunidos por el pleito insular y nunca puestos de acuerdo para pedir a España y a Europa lo que Canarias necesita para ser realmente una tierra afortunada.....Se acabaron las revoluciones romanticas, la lucha de clases y el movimiento obrero Marcelo. Ahora manda el individualismo y los intereses particulares en detrimento del interés general.Lamento que Canarias sea un territorio abonado a la especulación porque a España y a Europa le interesa que así sea, para poder blanquear capitales y dinero negro a discreción.Esta todo absolutamente esquematizado y controlado para que no nos movamos más de lo necesario y si tenemos alguna inquietud nos vayamos fuera que aquí sobramos......Si Marcelo, Régimen Neocolonial disfrazado de Comunidad Autónoma Europea en un archipielago costero Africano. Somos la última colonia encubierta del Estado Español a 1500 Km de Cádiz.Siempre he pensado por qué carajo nos separan 100Km de Africa y nos unen Mil y tantos a Europa? Canarias podría ser,no el Geriatrico y retiro de media Europa. Sino una tierra ordenada y situada en su espacio Geopólitico/estratégico en disposición de aprovechar las oportunidades de negocio y desarrollo que su vecindad con Africa America y Europa le pueden brindar.....Sólo turismo de sol y playa Marcelo, esa es la única cesta donde se pueden invertir los dineros. Mientras en apenas treinta a cuarenta años hemos visto como dependemos cada vez más del continente Europeo mientras la población de este territorio pequeño y fraccionado a aumentado sin ningún tipo de control.Arruinando una agricultura y una ganadería fundamentales para el cuasiautoabastecimiento, si aspiramos a la soberanía alimentaria.Siento a ratos envidia de mis parientes del otro lado del Atlántico Porque aunque la inseguridad en las calles aceche a la mayoría de ellos y no disfruten de el sistema Nacional de Salud que tenemos, aparte de no se cuantas ventajas más.....Ellos al menos tienen la oportunidad de ser libres y ver mundo.Canarias se puede hacer muy estrecha Marcelo, esta todo controladisimo!!! Un abrazo y feliz Año 2012!!!!

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  8. Amigo Marcelo:

    Gracias por tu deferencia para con nosotros.

    Me haces recordar a una señora en el año 2007, ya diciembre,viniendo de Tenerife para Venezuela,me decìa: que añoraba nuestras navidades, que aquì les encantaba,por eso siempre volvìa, sobre todo en las fechas navideñas.

    Y como dice el Sr. Mario,fìjate... el año que pasè allà sentìa eso, me asfixiaba, y me mantenìa fuera de lugar.

    Tambien me gusta tu nuevo look, pareces un niño travieso,jejeje.

    Un gran abrazo, y como dices ..." que el Señor siga bendiciendo nuestra amistad"...

    Bechitos.

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  9. Ahhh, el Sistema de Salud, ha mejorado grandemente,los educadores podemos ir hasta las mejores Clìnicas del paìs, pagadas totalmente por el gobierno,te lo digo yo, que vistè una el 30-12- del año pasado estando con un dolor me vieron por emergencia. Poco a poco el gobierno ha venido implementando algunos beneficios, y no soy chavista,por si acaso...

    Saludos amigo.

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  10. Querido Mario M. Machin:

    Gracias por tus palabras de hermano y amigo, es cierto deberíamos conocernos, es cuestión de ponernos de acuerdo. Yo estoy viviendo ahora en San Isidro, pero de vez en cuando subo al norte.

    En tus palabras descubro que compartimos la misma pasión por Canarias, soy descendiente de una generación de hombres y mujeres valientes que no se resignaron a vivir en la pobreza y que cruzaron el Atlántico para procurarse una vida digna. Gentes, como mi padre, que nunca olvidaron sus islas Canarias. Más allá de las distancias y el tiempo, para mi ser canario-venezolano es toda una identidad de la cual me siento superorgulloso.

    Es cierto, la lejanía con la Península ha marcado una idiosincracia propia, una singularidad que vista desde América se nota perfectamente. Es curioso, por ejemplo, que en Venezuela, no sé si en otros lugares de América es igual, se dice normalmente: "españoles" y "canarios", y nadie se hace problema con eso, porque para nosotros lo "canario" es muy diferente y lo percibimos mas cercano que lo español, hasta en su misma forma de hablar.

    Cuando redacté el escrito, hace ya un tiempo, estaba pasando una situación especial. De vez en cuando el recuerdo de Venezuela se aviva en mi, especialmente en fechas como la Navidad, y ello a pesar de que hoy día mi familia vive aquí, y yo estoy plenamente integrado a la sociedad canaria.

    Hace unos años una alumna me preguntó que a cual país amaba yo más, si a Venezuela o a Canarias, le respondí que era una pregunta tramposa, no tengo que amar a uno más que a otro, en mi corazón están Canarias y Venezuela, las dos juntas forman mi verdadera patria y mi referente humano fundamental.

    Gracias por tu hermoso comentario y espero que nos conozcamos

    un abrazo,

    Marcelo

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  11. Simplemente Irene:

    Un saludo. He estado unos días "off" line, tumbado con una tremenda gripe, espero mejorarme para seguir en la batalla de cada día,...
    Lo que cuentas del sistema de salud de verdad que me alegra un montón, ojalá haya una mejoría en bienestar y en calidad de vida para todos los venezolanos, más allá del nombre de quien gobierne. Lo importante es la gente.

    Un abrazo,

    Marcelo

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