SEMILLAS DE CONTEMPLACIÓN: Thomas Merton

Entre las obras más populares del trapense Thomas Merton, uno de los escritores cristianos más leídos del siglo XX, se encuentra Semillas de contemplación, en ella nos ofrece sus lúcidas reflexiones en torno a la experiencia cristiana de la contemplación, en el marco de la tradición mística de la Iglesia.

El autor tiene la virtud de traducir en un lenguaje actual los grandes temas de la espiritualidad, siempre en clave dialogal con la cultura y las inquietudes del hombre contemporáneo.

Además, a mi modo de ver, Merton escribe con arte e ingenio, e incluso con un cierto toque irónico, por lo que la lectura de cualquiera de sus obras es siempre una verdadera gozada.

La llamada a la contemplación nos sacude a todos por dentro, quizás porque se corresponde a la vocación humana más radical: conocer a Dios, experimentar su presencia en lo profundo de nosotros mismos. La comunión con el Padre, por el Hijo, en el Espíritu Santo, es la razón última de nuestra existencia.

El camino de la contemplación es senda de liberación de nuestro verdadero ser, el que ha sido creado a imagen y semejanza del Dios vivo.

A través de la oración contemplativa se van desatando los nudos de los falsos deseos, los espejismos que enturbian la percepción de nuestra dignidad como hijos e hijas de Dios, de los hombres y mujeres que conviven con nuestra historia, en cuyos rostros descubrimos a hermanos y hermanas.

La contemplación nos da una mirada nueva, compasiva.

Que el Espíritu Santo, que habita junto con Padre y el Hijo, en nuestra morada interior, acreciente en cada uno de nosotros el deseo de orar, y nos disponga para que gustemos, por la senda de la fe, la esperanza y el amor, la gracia de la contemplación.

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