Hoy, domingo 1 de mayo del 2011, ha sido beatificado en Roma el Papa Juan Pablo II.
Desde que era un joven universitario me he sentido en deuda con el Papa polaco.
Su pensamiento y el testimonio de su vida, comprometida con la causa de la persona humana, me sirvieron de motivación y discernimiento, para buscar la verdad, para aferrarme a la verdad, para no aceptar componendas que rebajasen o desfigurasen la verdad.
A mediados de los ochenta, me sentía literalmente acosado frente a la formación exclusivamente marxista que recibía en la mayoría de mis clases universitarias.
Viviendo en un país, y en un continente, donde el capitalismo mundial, y sus socios nacionales, con su lógica perversa, generaba un inequitativo y escandaloso reparto de la riqueza, el marxismo se presentaba ante mis ojos juveniles como una doctrina de signo emancipador y libertario.
De hecho, gracias al marxismo se me desvelaron los mecanismos ideológicos que encubren y justifican la rapacidad del capital, y su proyecto deshumanizador, centrado no en el bien de la persona humana, sino en la acumulación del beneficio, a costa de la explotación de muchos y muchas.
Sin embargo, el fondo filosófico del marxismo no me convencía para nada, su materialismo reduccionista, su determinismo económico, su concepción antropológica.
Recuerdo el sesgo dogmático que percibía en muchos compañeros, algunos de ellos actuales líderes de la izquierda venezolana, quienes demonizaban cualquier idea disidente, cualquier pensamiento distinto que saliese a la palestra, calificándolo enseguida de pro-burgués, o reaccionario, o reformista,…
Es lo mismo que ocurre actualmente en España cuando se te ocurre expresar una idea que no sea conforme al pensamiento “progre” dominante, de inmediato algún espabilado te adjudica el espantoso adjetivo de facha,…y tan pancho, ya te ha encerrado en un rango que te hace vil y odioso ante los ojos de la historia, ya tu palabra no es objeto de reflexión, ni de consideración o análisis,… ¡El que lo haya vivido me entenderá!
En esos primeros semestres de mi carrera me sentía desconcertado. Por una parte, veía en el día a día de mi país la necesidad de un cambio social profundo, y era patente para mí el fracaso del modelo liberal capitalista. Pero, por otra parte, no me convencía el marxismo, con su talante dogmático y materialista, encerrado en sus conceptos y esquemas.
En medio de esta encrucijada, me preguntaba: ¿Qué hacer?
Ahora que lo pienso con calma, fue leyendo la palabra del Papa donde encontré una respuesta. Y ella se ha convertido en un criterio de discernimiento para toda mi vida.
La gran verdad que hallé no es de orden teológico sino antropológico: el problema tanto del marxismo como del capitalismo, es que ambos ofrecen una visión sesgada e incompleta de la persona humana.
Los escritos de Juan Pablo II me llevaron a considerar el hondo sentido de la dignidad de la persona humana que palpita en toda la revelación bíblica, y de un modo especial en la palabra y el testimonio de Jesús de Nazaret.
Sólo en el cristianismo encontré una concepción del ser humano que supera las limitaciones de las visiones deterministas, materialistas y economicistas, que propugnan tanto el liberalismo como el marxismo, y que terminan atentando contra la dignidad, contra el bien de la persona humana.
Frente al relativismo moral, hay que gritar alto y claro, el bien y la dignidad de todo hombre y de toda mujer no es un valor relativo, es un absoluto ético, centro de gravedad de la praxis política, social y económica que debe mover el mundo.
El reconocimiento de este sentido profundo de la dignidad de la persona humana me ayudó a encontrar una salida en medio del debate ideológico de la universidad, y me ha guiado en mi formación intelectual, todo lo cual se lo debo al Papa que hoy beatifican en Roma.
Para conocer mejor el pensamiento del nuevo beato, aquí les presento su primera Encíclica "Redentor del hombre" de 1979, que, a mi juicio, marcó las grandes líneas de su magisterio pastoral.
REDENTOR DEL HOMBRE : DESCARGAR
También me ha parecido interesante el libro Cruzando el umbral de la esperanza, publicado en 1994, basado en una entrevista del periodista Vittorio Messori. En un tono coloquial Juan Pablo II va exponiendo su fe, y reflexiona sobre las "grandes cuestiones" que se debaten a finales del siglo XX, y comienzos del XXI.
CRUZANDO EL UMBRAL DE LA ESPERANZA : DESCARGAR
Para los que quieran conocer un resumen de la vida de Juan Pablo II, la información de Wikipedia me ha parecido muy completa: Vida de Juan Pablo II
@MarceloMartín
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