Les presento la canción Who am I?, ¿quién soy yo?, de Casting Crowns, en un hermoso montaje, y con subtítulos en español.
Música y letra se conjugan en un mensaje que trasciende los tiempos y lugares, pues hacen referencia a la pregunta última, la más radical, la que tiene que ver con el sí mismo, es decir, con la identidad profunda de cada ser humano, que se sabe único, singular, que se da cuenta de que existe, y que, además, no ha pedido nacer y estar aquí.
Este misterio inenarrable de la propia existencia está en el corazón mismo de la debatida cuestión de Dios.
¿Hemos nacido con algún propósito?, ¿somos, como afirman algunos, un mero fruto del azar y la necesidad?, ¿qué valor tiene nuestra vida?,... y, así pudiéramos seguir desarrollando todas las preguntas que están contenidas en ese Who am I? de la canción.
Para los mercados, sólo soy un consumidor y un cliente; para el poder político, soy un ciudadano, y un número en un carné; en mi trabajo, cumplo un papel más o menos definido: maestro, doctor, administrador, etc.; en mi comunidad, soy un vecino más del edificio; en casa, soy el hijo, el esposo, o el padre de alguien; para otros puedo ser un amigo o un compañero.
Todo esto es cierto, pero no agota el núcleo mismo de la pregunta. Hay algo más.
Mi identidad más íntima, la raíz de mi ser, sólo se me desvela delante de Dios, que en la vida y el misterio de Jesús de Nazaret revela a cada hombre y a cada mujer lo que significa ser persona humana.
Por la revelación de Jesucristo, descubro que lo que yo verdaderamente soy es hijo de Dios, creado a su propia imagen y semejanza, llamado a relacionarme con los demás como hermano, a construir el mundo de fraternidad y justicia que Cristo anuncia en el Evangelio, a compartir y disfrutar los bienes de la creación, que es al mismo tiempo don de Dios y tarea de los seres humanos, que deben vivir en forma libre y responsable.
¡Qué gran dignidad ser persona humana! ¡Qué experiencia el descubrir y vivir nuestra identidad profunda! Todos estamos llamados a escuchar aquellas palabras entrañables que el Padre dirige a Jesús en su bautismo: "Tú eres mi hijo amado, en ti me complazco" (Mc. 1, 11)
La clase de Religión tiene en esta canción uno de sus núcleos temáticos más duros: el descubrimiento de la propia identidad a la luz de la revelación bíblica, y su respuesta a la búsqueda del sentido de la vida, ese anhelo que llevamos por dentro de encontrar un significado al misterio de la existencia.
La invitación es escuchar la canción con los alumnos, para luego compartir libremente con ellos el sentimiento que les transmite, el significado de la letra, intentando responder a este "¿quén soy yo?" que se nos propone, una pregunta que exige de nosotros un gesto de sinceridad y de apertura al misterio grande del amor incondicional de Dios por cada uno de nosotros.
Sí, el amor, el amor es la clave de todo, pidamos al Espíritu Santo que experimentemos y comuniquemos la gracia entrañable del amor.
Sí, el amor, el amor es la clave de todo, pidamos al Espíritu Santo que experimentemos y comuniquemos la gracia entrañable del amor.
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