TAKE YOU BACK: Jeremy Camp. La parábola del Hijo Pródigo

Una canción del cantante cristiano Jeremy Camp, Take you back ( Te llevaré de nuevo), que describe la historia de quien se siente levantado y recibido de nuevo por la inmensa misericordia de Dios, recreando la experiencia de la parábola del Hijo Pródigo.

Dios es misericordia.

Dios baja a nuestra miseria, la conoce muy bien porque nos conoce como nadie. No vale esconderse como hizo Adán en el paraíso.

Dios, el Dios de Jesús de Nazaret, no nos mira con gesto acusador, nos espera siempre con los brazos abiertos, para regalarnos el perdón, curar nuestras heridas, romper las cadenas que nos atan, y  darnos el don de su gracia.

Aunque caigamos una y mil veces, volvamos, volvamos a la misericordia divina.

Rindamos nuestras vidas a Jesucristo, depositemos a los pies de su cruz nuestros pecados, y que su inmenso amor nos limpie y nos restaure. Somos pertenencia de Jesús.

Cuando nos sintamos fracasados en nuestro intento por seguirle, caídos, atrapados, o en tentación, sacudámonos el desanimo, proclamemos con los labios y el corazón la victoria de Cristo en nuestras vidas, y empecemos de nuevo, con la confianza de sabernos amados y perdonados por su amor.

Pienso, por ejemplo, en las veces en que he recibido esta gracia inefable de la misericorida por medio del sacramento de la confesión. 

Sé que confesarse no está de moda, y que choca con cierta mentalidad moderna, pero yo digo lo que he experimentado: las experiencias personales de la misericordia las he vivido a través del sacramento del perdón que nos ofrece la Iglesia.

Dios usa hombres pecadores y débiles como yo, para que sean instrumentos de su perdón y de su misericordia.

La gracia del sacramento actúa siempre, curando, liberando, iluminando, acrecentando la vida de la gracia. Es un manantial de paz y vida nueva.

Además, ir y confesar los pecados es un acto precioso de humildad, que predispone el corazón para recibir las gracias del Señor.

De las caídas que tengamos, saquemos lecciones de humildad para nosotros mismos, y que conozcamos en carne propia lo que significa la expresión I take you back.

Seamos hombres y mujeres de misericodia, gente que a fuerza de caer y levantarse muchas veces, tienen el corazón blandito como un puré de patatas, y que nuestros gestos y palabras revelen a los otros el amor incondicional de Dios.

Qué María, Madre de misericordia, nos ayude en el camino. Amén.