Un canto al Espíritu santo, una plegaria
que es alabanza a Dios y petición de su presencia misericordiosa.
El Espíritu Santo, la gran promesa de
Jesús, ha venido como consolador, como defensor, como abogado.
El Espíritu Santo ha venido a dar
testimonio de Jesucristo, a recordarnos las palabras del Mesías, a ayudarnos a
comprender y vivir la buena noticia del Evangelio.
Entreguemos la experiencia de la cuaresma al Espíritu Santo, que
sea su gracia la que transforme nuestra vida y nos configure con Cristo.
Quédate en nosotros Espíritu Santo, hoy y
siempre. Amén.
"Pero el
Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, les enseñará
todo y les recordará todo lo que yo les he dicho" (Jn. 14, 26)
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