Un año termina, comienza otro.
En esta tesitura del tiempo, por todas partes, en el mundo real, y en el virtual también, las personas intercambian palabras de felicitación deseando que el año que viene traiga paz, felicidad, prosperidad, unión, trabajo, salud, amor,...y pare usted de contar.
(Siempre he pensado que estos buenos deseos de bendiciones para los demás, cuando nacen del corazón, Dios mismo, que es un Padre bondadoso, los toma como oraciones).
Crece en todos la ilusión de que el año que viene será mejor,... habrá más empleo, solucionaremos nuestros problemas de vivienda, salud,... llegará el amor a nuestra vida,... A veces somos víctimas de una suerte de pensamiento mágico, como si al llegar las doce campanadas, en un tris, las dificultades comenzarán a resolverse, o empezaremos a realizar nuestros sueños,....incluso practicamos ritos de "buena suerte", las clásicas tradiciones de la Nochevieja: vestir ropa interior amarilla, o roja, ¡yo que sé!, comer lentejas, o las doce uvas, etc,...
Con todo, pasa presto el año nuevo,... empiezan a correr, implacables, los días de enero,.. los meses,.... solucionamos algunas cosas, aparecen nuevos problemas,... ¿Dónde quedaron nuestras esperanzas de fin de año? Pocos las recuerdan en realidad, todo es tan efímero,...
La verdad es que yo no sé si el año que viene traerá paz, prosperidad, felicidad, trabajo, salud,....El único secreto que conozco para recibir las bendiciones del cielo es entregarle el año que empieza a Jesús, el Hijo de Dios. Él es en realidad el dueño de los tiempos de nuestra vida.
La fuente de toda bendición es Dios.
Si Jesús de Nazaret es el centro de gravedad de tu vida, aunque se multipliquen los problemas, y todo parezca derrumbarse a tu alrededor, te irá siempre bien, porque caminarás bajo el amparo de su misericordia y poder.
Como dice el profeta Habacub (3, 17-19):
y las viñas no tienen fruto,
aunque el olivo olvida su aceituna
y los campos no dan cosechas,
aunque se acaban las ovejas del redil
y no quedan vacas en el establo,
yo exultaré con el Señor,
me gloriaré en Dios, mi salvador.
El Señor soberano es mi fuerza,
él me da piernas de gacela
y me hace caminar por las alturas"
Rindamos el año 2014 a Jesucristo, hinquemos nuestras rodillas y reconozcámosle de nuevo como nuestro único Señor y Salvador, confiémosle el tiempo de nuestra vida, para que lo transforme en historia de salvación y misericordia.
No hay alegría más grande que pertenecer a Jesús.
Luego, en el trabajo cotidiano, hagamos todo lo que esté de nuestra parte por resolver los problemas, o ir realizando aquello que creemos es nuestro sueño ( o mejor: "el sueño de Dios en nosotros")
¡Qué Dios libre a los cristianos y cristianas de esta especie de ilusionismo mágico que rodea muchas veces la celebración del Año Nuevo!
No vivamos de vanas esperanzas, ni de un optimismo ilusorio, trabajemos y luchemos con los dones que Dios ha puesto en nuestras manos, seamos nosotros mismos canales de bendición y gracia para que otros tengan un gran año, y pongamos toda nuestra confianza en el amor salvador de Jesús, en su inmensa bondad y misericordia.
Ofrecemos todos estos pensamientos, en el Corazón Inmaculado de María, y en San José, su esposo, a los amigos y seguidores de este Blog,... Para ellos, un abrazo fraterno en Cristo Jesús y FELIZ AÑO NUEVO 2014
@Marcelo
muy cierto, no dejamos llevar por las fraces motivadoras, anelos, promesas y un sin de ideas que rayan en lo magico cuando lo unico que debemos hacer es poner "nuestros tiempos" en las manos de Dios, y entonces pase lo que pase como dice hacacu "con todo yo me alegrare en Jehova y me gozare en el Dios de mi salvacion"
ResponderEliminarGracias por tus palabras, Oseas, un abrazo fraterno en Jesucristo, que el gozo y la paz del Señor llenen siempre los días de tu vida
EliminarFeliz Año Nuevo, Marcelo. Un saludo
ResponderEliminarMuchas gracias, un abrazo, Feliz Año Nuevo para ti también, que el Señor nos colme siempre de sus bendiciones
Eliminar¡Feliz y santo año Marcelo! Muy lindo tu blog.
ResponderEliminarDios te bendiga.
Muchas graxias, un abrazo para ti, y muchas bendiciones
EliminarMarcelo