10 IDEAS PARA CELEBRAR EL ADVIENTO EN TIEMPOS DE CRISIS

Estos días pasados, conversando en clase de Religión sobre el significado del Adviento, surgió la pregunta sobre cómo prepararnos a la venida del Señor en estos tiempos que corren, signados por una crisis económica galopante, que tiene en el altísimo porcentaje de parados su principal, y más dramático, indicador.

De las respuestas que fueron dando los alumnos y alumnas de distintos grupos, desde 1º ESO hasta bachillerato, surgió un sencillo decálogo: 10 modos alternativos para celebrar el nacimiento de Jesús en sintonía con el contexto social y económico que vive actualmente el mundo, especialmente España y Europa.

Así pues, a continuación, las 10 ideas que proponemos para celebrar el Adviento en el marco de la crisis:

1. Austeridad: Una mayor sobriedad en ciertos elementos típicos de este tiempo como el alumbrado, los adornos, las comidas, etc. No comprar objetos superfluos, optar más bien por un consumo racional, acorde a las necesidades y posibilidades del bolsillo.

Y en la misma lista de Reyes…, recuperar el valor de signo de los regalos navideños, evitando los excesos y la ostentación.

2. Compartir: Organizar y colaborar más activamente en campañas navideñas de recogida de alimentos, juguetes, etc. destinadas a colectivos que se encuentran en situación de vulnerabilidad económica a causa de la crisis: parados de larga duración, inmigrantes, ancianos, etc.

Si de por sí el Adviento es un tiempo que nos convida a la solidaridad, la crisis económica demanda de nosotros y nosotras un mayor compromiso en la vivencia de este valor cristiano.

3. Visitar: Aprovechar los días de Adviento y la Navidad para visitar a nuestros familiares, amigos, vecinos, especialmente aquellos que se encuentren enfermos, o vivan solos, o estén pasando una situación difícil.

Recordar que la gente mayor que conocemos o vive con nosotros, un abuelito o un tío lejano, por ejemplo, necesitan un poco de nuestra atención y cariño.

4. Participar en algún trabajo comunitario: ¿conoces los grupos de tu parroquia o comunidad que realizan algún tipo de trabajo social? Visitar a los enfermos, asistencia a los asilos, visitar a los presos, el voluntariado de Caritás u otra ONG, el reparto de alimentos o juguetes, la animación socio-cultural, los grupos de apoyo a alguna causa, … ¡las posibilidades son infinitas!

Hermanos míos, no nos quedemos sentados en el sofá, ¡participemos!

5. Regalos alternativos: Si hemos de comprar algún regalo, pensemos en algo alternativo, que se desmarque de la ideología consumista, y que al mismo tiempo sirva de contribución con alguna causa solidaria. Por ejemplo, podemos ir a las tiendas de comercio justo que ofrecen la venta de productos cuyos beneficios retornan en forma más directa a sus productores reales, generalmente colectivos del mal llamado tercer mundo.

Regalos alternativos son también pequeñas creaciones personales: un bello poema, una obra de artesanía, una bonita acuarela, una manualidad, un vídeo o una canción, etc.

6. Servicio: Hagamos estos días pequeños servicios a quienes conviven con nosotros, sea en casa o en el trabajo: dar un recado, colaborar con alguna tarea, escuchar con atención, invitar a tomar un café, dar un abrazo a nuestros amigos o familiares, saludar, etc.

Testimoniemos el sentido de gratuidad del amor cristiano, un bien que ofrecemos sin intereses y sin prima de riesgo.

7.  Creatividad: La crisis nos invita a buscar soluciones creativas a los problemas. Aprovechemos estos días para hacer un inventario de nuestros recursos y posibilidades, busquemos nuevos caminos, demos rienda suelta al ingenio y que la incertidumbre económica que padecemos se convierta en una oportunidad para crecer y avanzar como ser humano.

Para ser creativo, es importante estar bien despierto, vigilante, atentos a lo que acontece en nuestro entorno, unas actitudes muy características del tiempo del Adviento.

8. Esperanza: Frente a la proliferación de malas noticias que soportamos estos últimos tiempos, apostemos por la esperanza y seamos sus embajadores. Sabemos que más allá de las previsiones humanas, hay un Dios que dirige con sabiduría los caminos de la historia, y cuyo plan de salvación siempre está actuando en el mundo.

Sembremos de esperanza nuestro camino, que cuando participemos, por ejemplo, en las redes sociales se note que tenemos puesta nuestra confianza en Dios.

9. Alegría: Los efectos de la penuria económica afectan el estado de ánimo de muchas personas, generando sentimientos de tristeza, angustia y depresión. Pues bien, ¡plantemos cara!, los cristianos y las cristianas estamos llamados a gozarnos en el Señor, aún medio de las tribulaciones y las pruebas. El Señor nunca nos abandona.

Seamos un canal de alegría, que es más que un simple optimismo ingenuo, es un fruto del Espíritu Santo en nosotros y nosotras, una gracia que nos cura por dentro, nos fortalece para enfrentar con acierto los desafíos de la vida, y nos transforma en personas medicina para los demás.

10. Oración: La crisis es siempre un llamado a la oración, porque las verdaderas soluciones vienen de Dios, sobre todo cuando experimentamos que los problemas nos superan. Recordemos que la Palabra siempre nos está invitando a presentar al Padre, en el nombre de su Hijo Jesús, nuestras necesidades, y las del mundo entero, insistiendo, perseverando, tocando a la puerta, vigilando, acompañando la súplica con la acción de gracias y con la alabanza.

Orar para penetrar en el corazón mismo del misterio de la encarnación, orar para que nuestra mirada no esté puesta en la gravedad de los problemas económicos, sino en Jesús, nuestro Señor, el Rey que viene para salvarnos.

Que María, la Virgen del Adviento, nos ayude a vivir este tiempo, en el marco de la crisis que nos toca vivir, y que descubramos el tesoro de gracia y bendición que nos aguarda a todos y a todas en el misterio de Belén. Amén.

Marcelo