Más allá de las dificultades, los problemas, las cargas, los agobios, quiero confesar mi firme esperanza en la gracia salvadora del nacimiento de Jesús, el Salvador.
Recibamos la paz, y proclamemos que las guerras y los odios no tienen la última palabra en la historia.
Recibamos la alegría, y que toda tristeza sea vencida a los pies del misterio de Belén.
Recibamos, sobre todo, el amor, pues en la fiesta del Niño Jesús, Dios desvela su amor por cada uno de nosotros y nosotras. Un amor que testimoniamos contruyendo la fraternidad, y siendo solidarios con todos, especialmente con aquellos que más lo necesitan.
La Navidad significa que Jesús nos ama a cada uno, y que su amor llena y cambia nuestras vidas. ¡¡Aleluya!!
Con esta entrañable imagen del Belén canario, desde el sur de Tenerife, quiero desear a todos mis amigos y seguidores una Navidad llena de Dios. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario