He pasado un buen rato buscando pinturas sobre la Asunción de la Virgen María. El tema fue muy representado, descubro, en el barroco, con su profusión de ángeles con tirabuzones y los giros del manto de Nuestra Señora, y sus pliegues, y sus rizos. Son escenas, francamente, recargadas, que parecen moverse en sentido circular.
Un buen ejemplo de lo que digo es este cuadro de Pedro Pablo Rubens, pintado en 1620 y que se encuentra en el Museo del Hermitage de San Petersburgo:
Cada vez que pienso en el barroco me acuerdo de Baviera, Alemania. Hay que ir allí para entender realmente qué significa este estilo artístico. De hecho, el misterio de "Mariae Himmelfahrt", la Asunción de María, aparece con frecuencia en las pinturas de muchas iglesias bávaras.
Por ejemplo, la iglesia de Hohenfurch, un bello pueblo situado a 1 hora de Múnich y que, si les pilla de camino, les recomiendo visitar:
Buscando y buscando, uno de los más hermosos que he encontrado es el pintado por El Greco en 1577 y que se encuentra, mira por dónde, en el Instituto de Arte de Chicago:
Los motivos del cuadro del Cretense los veremos repetidos en muchos de los que se han pintado en los últimos quinientos años: la tumba vacía, los cielos abiertos, los hombres que miran hacia arriba asombrados, la presencia de ángeles que acompañan a Nuestra Señora en su subida, la luz divina que irrumpe.
Estos elementos constituyen una verdadera tradición pictórica sobre el tema de la Asunción.
En la representación de la Santísima Virgen está de fondo la figura del signum magnum del Apocalipsis: "Una gran señal apareció en el cielo: una Mujer, vestida de sol, con la luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza,..." (Apoc. 12, 1)
Detrás de estas imágenes hay un trasfondo teológico muy interesante: la Asunción de María es una fiesta de claro sabor pascual, resuena en ella la alegre noticia del domingo de Resurrección: ¡El sepulcro está vacío!
María asunta al cielo ha sido revestida del cuerpo glorioso de Cristo Resucitado. Y toda la Iglesia se mira en este espejo, ve en ella su destino definitivo.
En síntesis, la Asunción de María nos ayuda a comprender el misterio de la Resurrección del Señor.
En otras tradiciones, y en el oriente cristiano, esta fiesta es conocida como la "Dormición" o el "Tránsito de Nuestra Señora". En estas representaciones aparece casi siempre la Virgen acostada rodeada de los apóstoles. Una de las más conocida es la de Andrea Mantegna, pintada hacia el año 1462 y que se encuentra en el Museo del Prado de Madrid:
En los iconos tradicionales de la ortodoxia junto a la figura yacente de María aparece Jesucristo en el centro, dándonos así la clave teológica de este misterio: la Asunción de Nuestra Señora acontece en Cristo y por Cristo Resucitado
En el arte contemporáneo la representación del misterio de la Asunción se ha simplificado notablemente, en las pocas obras que he encontrado el escenario lo ocupa por completo Nuestra Señora. La mirada es interior, se intenta penetrar en el secreto del corazón de la Virgen que es transformada por la experiencia inefable del cielo. Un buen ejemplo de lo que digo es esta hermosa pintura del estadounidense Tim Langendefer:
Dejo hasta aquí esta búsqueda, meramente aproximativa, de la representación pictórica del misterio que estamos a punto de celebrar: la Asunción de Nuestra Señora. Comprender cabalmente estas obras de arte requiere, me parece, penetrar en su significado teológico y espiritual, un significado que apenas me he atrevido a esbozar aquí.
Ir revisando con los alumnos los misterios de la fe cristiana a través de la pintura de todos los tiempos es un excelente recurso didáctico para la clase de Religión.
Si alguno conoce otra pintura representativa de la Asunción que se me haya pasado, le invito a dar su aporte a través de los comentarios. Un saludo y que María nos colme a todos de sus bendiciones.
Los motivos del cuadro del Cretense los veremos repetidos en muchos de los que se han pintado en los últimos quinientos años: la tumba vacía, los cielos abiertos, los hombres que miran hacia arriba asombrados, la presencia de ángeles que acompañan a Nuestra Señora en su subida, la luz divina que irrumpe.
Estos elementos constituyen una verdadera tradición pictórica sobre el tema de la Asunción.
En la representación de la Santísima Virgen está de fondo la figura del signum magnum del Apocalipsis: "Una gran señal apareció en el cielo: una Mujer, vestida de sol, con la luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza,..." (Apoc. 12, 1)
Detrás de estas imágenes hay un trasfondo teológico muy interesante: la Asunción de María es una fiesta de claro sabor pascual, resuena en ella la alegre noticia del domingo de Resurrección: ¡El sepulcro está vacío!
María asunta al cielo ha sido revestida del cuerpo glorioso de Cristo Resucitado. Y toda la Iglesia se mira en este espejo, ve en ella su destino definitivo.
En síntesis, la Asunción de María nos ayuda a comprender el misterio de la Resurrección del Señor.
En otras tradiciones, y en el oriente cristiano, esta fiesta es conocida como la "Dormición" o el "Tránsito de Nuestra Señora". En estas representaciones aparece casi siempre la Virgen acostada rodeada de los apóstoles. Una de las más conocida es la de Andrea Mantegna, pintada hacia el año 1462 y que se encuentra en el Museo del Prado de Madrid:
En los iconos tradicionales de la ortodoxia junto a la figura yacente de María aparece Jesucristo en el centro, dándonos así la clave teológica de este misterio: la Asunción de Nuestra Señora acontece en Cristo y por Cristo Resucitado
En el arte contemporáneo la representación del misterio de la Asunción se ha simplificado notablemente, en las pocas obras que he encontrado el escenario lo ocupa por completo Nuestra Señora. La mirada es interior, se intenta penetrar en el secreto del corazón de la Virgen que es transformada por la experiencia inefable del cielo. Un buen ejemplo de lo que digo es esta hermosa pintura del estadounidense Tim Langendefer:
Dejo hasta aquí esta búsqueda, meramente aproximativa, de la representación pictórica del misterio que estamos a punto de celebrar: la Asunción de Nuestra Señora. Comprender cabalmente estas obras de arte requiere, me parece, penetrar en su significado teológico y espiritual, un significado que apenas me he atrevido a esbozar aquí.
Ir revisando con los alumnos los misterios de la fe cristiana a través de la pintura de todos los tiempos es un excelente recurso didáctico para la clase de Religión.
Si alguno conoce otra pintura representativa de la Asunción que se me haya pasado, le invito a dar su aporte a través de los comentarios. Un saludo y que María nos colme a todos de sus bendiciones.
@elblogdemarcelo
Me ha encantado esta entrada! Saludos, Luixana (mamá de Christian)
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