Un canto sencillo, que respira vida y alegría, con imágenes de la Madre Teresa como telón de fondo. Ofrezco a Dios este canto para que renueve en nuestra iglesia española y tinerfeña el don precioso de la fe y la testimoniemos amando a los demás, como hizo la entrañable monja de Calcuta.
Sigamos el consejo de Jesús, seamos uno en el amor mutuo y en el amor al Padre, un sólo corazón y una sola alma, y ello hará creíble nuestra confesión de fe: "..., para que el mundo crea que tú me has enviado" (Jn. 17, 21).
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