Desde Honduras, el grupo de jóvenes cristianos "Raza for Christ" nos regalan un bello canto, lleno de ritmo y sabor: No temas, cree solamente. Un eco de las palabras que el Señor dirige a Jairo, el jefe de la sinágoga, cuando vinieron a decirle que no molestara más al Maestro, porque su hijita había muerto ya; Jesús, que lo oyó, dijo textualmente al apenado padre: "No temas; solamente ten fe" (Mc. 5, 36)
Viendo, y escuchando, la frescura de estos muchachos latinoamericanos, que han puesto los ritmos latinos al servicio del Evangelio, me he llenado de inmensa alegría. Sí, es el misterio santo de la Encarnación, la experiencia de la fe en Cristo, penetrando el mundo y la cultura de los jóvenes.
En Europa, estas combinaciones que suscita el Espíritu Santo, no siempre son comprendidas, además la emotividad y espontaneidad con que se suele expresar la fe en América Latina, contrastan a veces con la sobriedad y la racionalidad que prevalecen en la Iglesia europea. No digo que una experiencia sea mejor que la otra, lo importante es valorar la riqueza de cada testimonio, y dejarnos "tocar" por el Señor Jesús, pues su amor supera siempre nuestras barreras y prejuicios.
Estos chicos han descubierto en Jesucristo al amigo que les salva, y llena de bendición sus vidas. Su canto es un testimonio de la fuerza viva del Resucitado que llama a los jóvenes de "toda raza, lengua, pueblo y nación" a que le conozcan y le sigan.
Sus rostros llenos de alegría, valen más que mil discursos.
Un saludo a todos mis hermanos hondureños, desde este rincón del Atlántico.
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