Siempre he pensado que la parábola de los talentos, encierra una gran enseñanza acerca de nuestra misión en este mundo.
No estamos aquí por casualidad, Dios ha llamado a cada uno por su nombre, y le ha dado unos talentos y gracias para vivir su vocación, humana y cristiana, en un determinado tiempo y lugar de la historia.
Recibir de Dios unos talentos o dones no garantiza que tengamos éxito o seamos felices. Es lo mismo que encontrar petróleo en el patio de la casa, y echarse a dormir creyendo que la riqueza vendrá por sí sola. Toca espabilar, extraerlo, refinarlo, mercadearlo, y administrar las ganancias con cabeza.
Se nos conceden unos talentos, y hemos de salir a negociar. Me parece significativo que Jesús utilice este termino "negociar", más propio del mundo mercantil que religioso, para indicar la parte que nos corresponde a la hora de hacer crecer los talentos que se nos confían.
Negociar es, en términos generales, invertir nuestro patrimonio en determinados productos/servicios con la expectativa de obtener alguna ganancia, y, de paso, recuperar lo invertido. El que negocia se expone a perder, por supuesto, pero asume ese riesgo dado que quiere aumentar su capital.
¿Cómo negociamos el talento? Poniéndolo en práctica, trabajando duro, ensayando y aprendiendo, con inteligencia y también con corazón, dedicando tiempo e ilusión,... el que canta, el que escribe, el que pinta, el que sirve las mesas, el que construye puentes, el que siembra en el campo, el que enseña,... Cada cual con su tarea, que es, al mismo tiempo, su cruz y su alegría, su gloria.
Ojalá que, estemos donde estemos, podamos vivir y trabajar conforme a los talentos que hemos recibido. Ese es, tal vez, el secreto de la prosperidad.
Ojo al dato: no basta con conservar el talento. El dueño de casa llama "siervo malo y perezoso" al empleado que lo escondió por temor. A la final se quedó sin nada.
¿Conoces tus talentos? ¿Haz salido a negociarlos? ¿Haz aumentado tu capital inicial? ¿O lo has escondido por temor?
Estas son las preguntas que brotan del Evangelio de este Domingo
¡Feliz día del Señor!
@elblogdemarcelo
Gracias Marcelo
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