Una canción navideña grande como una catedral, del nicaragüense Carlos Mejías Godoy: ¡Feliz Libertad!
Detrás de este canto profético, que rezuma el agua clara del Evangelio, el reclamo de los pueblos empobrecidos del planeta: ¡ Feliz Navidad en justicia, en solidaridad, en amor, en libertad! y un llamado a la conciencia de quienes han secuestrado, desde su avidez idolátrica por el dinero, la Navidad cristiana.
No se puede celebrar la Navidad, y vivir de espaldas al sufrimiento y a las necesidades de nuestros hermanos y hermanas. No se puede, es un contrasentido, o por lo menos, no lo llamen Navidad, por favor, volvamos el corazón al Evangelio.
Ciertamente, hoy y siempre, los pobres nos evangelizan, porque en ellos brilla la presencia viva de Jesús, el mismo que nace en el pesebre pobre de Belén, y muere torturado en el madero de la cruz.
En medio de esta crisis económica que soportamos, la exigencia evangélica por una Navidad alternativa, que se desmarque de la voracidad del consumismo, se hace aún más urgente, más necesaria.
Cuando escucho esta canción, pienso en el Sermón de la Montaña, pues en las Bienaventuranzas del Reino de Dios encuentro el significado de la Navidad
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