Una hermosa selección de 24 cantos litúrgicos para el tiempo de Adviento y la Navidad, del conocido compositor español Carmelo Erdozain.
El canto en la asamblea es siempre resonancia de la experiencia de salvación que celebramos cuando participamos en el memorial del Señor.
Meditando sobre el significado de los cantos en la liturgia del Adviento, he ido descubriendo que poseen su propia teología:
1. El Canto de Entrada: Tiene un sentido procesional y festivo. La asamblea que camina al encuentro del Señor que está a la puerta. Debería predisponer nuestro corazón al misterio de la presencia cercana del Señor, testimoniando sentimientos de esperanza, alegría, deseos de recibir a Jesús, y de experimentar su salvación.
2. Señor, Ten piedad: Sentido litánico y penitencial, suscitando sentimientos de compunción y conversión, preparándonos a recibir la misericordia divina que se manifestará en el misterio de Belén.
3. Canto interleccional: En algunas celebraciones se introduce un pequeño canto entre las lecturas del Antiguo Testamento y la Epístola. Lo ideal sería que se cantara el salmo responsorial, con un estribillo que repite la asamblea, y un cantor que entonara el texto. Este canto debería ayudarnos a acoger en nuestro interior la Palabra, ahondando la escucha.
4. Canto de ofertorio: A través de este canto, que acompaña a la procesión de ofrendas, toda la asamblea se prepara para el misterio santo de la Eucaristía. Debería propiciar actitudes profundas de entrega y ofrecimiento a Dios, por mediación de Jesucristo, el Emmanuel.
7. Santo: Canto de alabanza, de reconocimiento del Dios tres veces Santo, confesión de su Gloria que llena todo el universo y que se manifiesta en la humanidad de Jesucristo. Con estos sentimientos entramos en el corazón mismo de la última cena del Señor, presencia tangible del misterio santo de la Encarnación del Verbo.
8. El canto de la Paz: En algunas celebraciones se introduce un canto mientras los fieles intercambian un signo de paz. Compartir la paz, que los ángeles anunciaron ya en el nacimiento del Niño Jesús, nos hace pregustar los dones profetizados para los tiempos mesiánicos. Sí, ¡es cierto!, lo que cantaron los profetas comienza ya a realizarse entre nosotros.
9. Canto de comunión: Mientras la asamblea se alimenta del Cuerpo y la Sangre del Señor, un canto procesional acompaña la comunión. Una experiencia que edifica nuestra esperanza en la presencia viva del profetizado: el que viene, el que nació hace dos milenios de María, el que vendrá al final de los tiempos, es el mismo que recibimos en el Pan y en el Vino, sacramento de Vida Eterna para todos los que participan de la mesa.
10. Canto de post-comunión: En muchas celebraciones se introduce, inmediatamente después de la comunión, un canto meditativo que nos ayuda a contemplar esa presencia viva de Jesús dentro de nosotros. También con este canto damos las gracias por los dones recibidos, y por la alegría esperanzada de aguardar la venida del Señor.
11. Canto de despedida: Después de la bendición final, un canto despide la asamblea, por lo general expresando el sentimiento de ser enviados a comunicar a otros, y de vivir, las gracias de salvación que hemos compartido durante la celebración. En el Adviento, muchas veces se dedica este último canto a María, la Virgen de la espera, para que su presencia maternal nos acompañe, y nos ayude a mantenernos vigilantes ante la inminente venida del Señor.
Pidamos al Espíritu Santo que suscite en nuestras comunidades muchos hermanos y hermanas con el maravilloso carisma de la música. Amén.
24 CANTOS DE ADVIENTO Y NAVIDAD: DESCARGAR
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