Hoy estuve hablando con un curso de bachillerato sobre las grandes razones que dan sentido y valor al misterio de la vida.
¿Y tú, amigo, para qué estas vivo? Cada corazón debe encontrar sus propias respuestas: el arte, la ciencia, una nueva sociedad, el deporte, el planeta tierra, la familia, la búsqueda de la justicia, la solidaridad, Dios,...
Sea cual sea la razón que te mueva, de las urgencias que sientes dentro de ti, al centro de todo debe estar el amor.
El amor es la razón que sostiene las demás razones de la vida, el sentido último de la existencia que nos ha sido dada. Sea que te dediques a la investigación científica, o a escribir poemas, o a la política, o a la defensa del medio ambiente, o a la educación,... Hagas lo que hagas, el motor es siempre el amor.
Escribo estas cosas y pienso en la gran necesidad que tenemos de presentar a los jóvenes razones nobles para vivir, motivos que den sentido y significado a una vida, motivos por los cuales vale la pena entregarse y darlo todo.
Razones que despierten toda la bondad, belleza, verdad, creatividad, coraje, que se esconde detrás de cada rostro joven que puebla nuestras aulas.
Razones que empujen, arrastren, enamoren,.... ¡Razones que dignifiquen la vida! Meterlas en los corazones es la tarea del maestro.
Observo a veces a tanto muchacho o muchacha dando vueltas por ahí, descentrados, desconectados, rumiando su vacío existencial.
Gente que pretende vivir instalada en el relativismo más grosero, encerrada en el cerco de sus propios intereses egoístas, por no haber encontrado su por qué fundamental.
No aplacemos para más tarde esta búsqueda: la misión que cada quien tiene en este mundo.
La Clase de Religión debería sacudirlos: que salgan del aletargamiento en que se encuentran, de esa actitud pasiva e individualista que a veces tienen frente al mundo, invitarlos a tomar la iniciativa, que se liberen del consumismo, de la trampa del hedonismo que deja estragado el corazón.
He encontrado esta canción de Nickelback: What are you waiting for?, en español "¿Qué es lo que estás esperando?", un tema que habla de nuestra tendencia a postergar las decisiones importantes, a dejarnos "entretener" por la rutina cotidiana, mientras huimos de nosotros mismos, y no prestamos atención a las exigencias del corazón, a nuestros sueños.
Vivir esperando eternamente tiene un precio. Una mañana despertamos y nos damos cuenta que la vida se nos ha ido en un pispas, y con ella las oportunidades que no siempre se repiten. Aprovechemos el ahora que se nos da, no lo dejemos para después: ¡Actuemos!
Nuestra mayor éxito en la vida: realizar en nuestra existencia el sueño que Dios ha tenido con nosotros al crearnos y colmarnos con sus dones. Hágalo su bondad en cada uno. Amén.
Les comparto dos vídeos de la misma canción: el clip original y uno subtitulado en español
@elblogdemarcelo
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