Lo suelto de una vez: ¡estoy saturado de la
verborrea de los políticos! Un continuo bla, bla, bla, previsible, hueco,
salpicado de clichés y lugares comunes, con sus intervenciones diarias y sus
encuentros de fin de semana, y, últimamente, sus bailoteos en los platós televisivos.
Discursos insustanciales, repetitivos, sin creatividad, planos, sin propuestas nuevas para el país. Unos mensajes
dirigidos casi siempre al político contrario, mientras el resto de los
ciudadanos se limita a contemplar el contrapunteo mutuo de respuestas. Decepcionantes.
Como elector, me siento, francamente,
maltratado en mi inteligencia.
Por cierto, alguna vez me he preguntado quien
escoge a ese público, casi siempre juvenil, que ponen como tribuna detrás del
político cuando aparece dando su discurso por la tele y que suelen mostrar una
mirada alelada mientras escuchan embelesados a su líder, como si estuvieran en
trance o asistieran a una asamblea de cristianos pentecostales, y estuvieran a
punto de gritar: ¡aleluya, hermano! Por favor, que alguien me explique, si es
tan amable, de dónde salen estos chicos tan patéticos y tan poco
representativos de la juventud española.
Estos días, por ejemplo, al señor Rajoy le
ha dado por repetir que votar al PP es de sentido
común. A ver, amigo, siéntese conmigo y cuénteme que es eso que usted llama
"sentido común" porque yo no me aclaro. A lo mejor se refiere a la
lógica de los mercados y de la obediencia ciega a las directrices de la
oligarquía financiera que gobierna Europa: recortes, devaluación del salario, precarización
del empleo, y demás austeridades habidas y por haber.
La lógica del máximo beneficio, la que
convierte todo en mercancía. La lógica que dice que la mejor política para
generar empleo es que el Estado no tenga ninguna política real en este punto
¿Plan de choque para enfrentar el desempleo? Ninguno, esperemos a que mejore la
economía y entonces, la mano mágica, invisible, del mercado nos traerá el
trabajo. Pamplinas.
Todavía recuerdo el eslogan del PP en las
anteriores elecciones: "Lo primero es el empleo". ¿Se puede ser más
cínico? Lo primero ha sido recortar para poder pagar nuestras deudas, y a estar
calladitos que en Europa mandan la Merkel y los bancos.
Es cierto que los indicadores
macro-económicos han mejorado, pero no me venga con la historia de que "el único camino posible" para
crear empleo es no intervenir en la generación de empleo.
Cuando escucho a Rajoy hablando de sentido común, no sé los demás, pero yo pienso
todo esto.
Pero el PSOE no se queda atrás y a veces
me resulta, francamente, más chocante si cabe. Resulta que todo se les va en
las típicas frases contra "la derecha
derechona", pero que no terminan de aterrizar en asuntos concretos. A ver
señor Pedro Sánchez, siéntese, déjese de apelar a los viejos fantasmas de
"izquierda-derecha" y dígame ¿tiene usted un plan económico distinto
al del señor Rajoy?, ¿se va a enfrentar a las políticas neoliberales europeas?
Le cuento que don Zapatero no pudo, y se plegó totalmente, incluso reformando
la constitución para garantizar a nuestros acreedores que lo primero es pagar,
aún a costa de las políticas sociales. Una reforma, por cierto, bastante
bochornosa para un partido como el suyo.
Lo que he visto hasta ahora es a la gente
del PSOE intentando convencerme de lo malo, corrupto e ineficaz que es el PP,
obviando todo logro posible de este gobierno. Ni siquiera les escucho reconocer
la mejora de los indicadores económicos, y si alguna vez lo reconocen, el
mérito nunca es de Rajoy y sus políticas, sino de otros factores coyunturales.
Todo muy previsible.
El colmo para mí fue el otro día cuando
escuché al líder de este partido decir por todo el gañote que vivíamos mejor en
tiempos de Zapatero. Alucinante, la verdad.
Tengo la impresión de que el PSOE se
quedará en estas elecciones en eso, denunciar los casos de corrupción del
partido contrario, minimizar todo lo que pueda los suyos propios. Y hacer
propuestas que no afecten directamente a la economía y al empleo, como su
discursito anti-religión de estos últimos meses, y que les hace sentir, ¡uf!
¡uf!, muy de izquierdas e hiper-progres.
La realidad realísima es que bastante mal
parada ha quedado la religión con el PP, por lo menos en el terreno de la
reforma educativa de la Ley Wert. Esto nunca lo dirá la prensa de izquierda,
por ejemplo El País,
porque significaría desmontar ese mito de un "partido de derecha
conservador que apoya a los católicos" y dejaríamos a la pobre izquierda
casi sin distintivo.
A ver si me explico bien, la gente de
izquierda necesita un PP que aparezca en los medios como aliado de la Iglesia.
Eso les hace sentir diferentes, y que tienen una identidad. Pero yo que soy
católico, y vivo en España, y para colmo de mi desfachatez trabajo como
profesor de Religión, les digo que no es así, que en realidad el PP es tan
laicista como el PSOE. Espero que me perdonen por mi tentativa de
"desmitologizar" el discursito este típico de la izquierda española,
pero es que realmente me parece que alguien debería decirlo, para que no nos
engañen tan por la cara.
Claro, hay diferencias en la estrategia
comunicativa. El PSOE, como lo usa como bandera, es más sincero y directo en
sus ataques a los católicos; en cambio el PP actúa más a lo zorro, dándonos la
puñalada por detrás, mientras nos sonríe esperando que votemos por ellos.
Básicamente la oferta del PSOE se
reduce a eso: promover políticas liberales en materia de moral, identificarse
con el laicismo y poco más. Lo grueso, lo que tiene que ver con la economía y
los derechos sociales, la raíz de la "cuestión social", eso, en
realidad, apenas lo puede tocar. Europa les ha amarrado las manos.
Lo veo así porque la Unión Europea es,
esencialmente, un proyecto neoliberal de sociedad, que condiciona nuestra
soberanía en materia social y económica. Una verdadera trampa para países como
España y que deja a los partidos de izquierda con muy poco margen de actuación en
materia económica, e incluso social.
Una Europa, por cierto, también llena de
discursos vacíos, grandilocuentes, y completamente prescindibles y soporíferos.
En fin, no digo más, pudiera incluir en mi
comentario a los nuevos actores que aparecen en el mapa político de España:
Podemos y Ciudadanos, pero, temo cansarles con mi plática, así que lo dejamos
para otra ocasión.
Sirva lo que está escrito de desahogo y de defensa ante la avalancha de palabras con que nos asaltan quienes procuran
nuestro voto… Y las que todavía nos faltan por soportar de aquí hasta las elecciones de diciembre.
Paciencia, mi gente.
@elblogdemarcelo
Comparto contigo la visión sobre la política, tan mediocre, que están haciendo los partidos tradicionales (y de los nuevos no sé qué esperar, porque a veces percibo que también desafinan). Y pese a mis simpatías hacia ti, como soy una activa y muy practicante (valga la redundacia) atea , sobre la política religiosa, mejor no entro a comentarte. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias, amiga, por resaltar nuestras coincidencias en este tema de la vaciedad del discurso político que nos ronda. Y gracias también por reconocer inteligentemente nuestras disidencias mutuas, que merecen todo mi respeto. Un saludo
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