martes, 28 de julio de 2015

The purim song: la fiesta judía de los Purim




Esta canción de los Maccabeats, grupo juvenil de música judía, está dedicada a la alegre festividad judaica de Los Purim, que se celebra cada año el día 14 del mes hebreo de Adar, más o menos entre febrero-marzo de nuestro calendario.

En el libro de Esther se nos relata la historia de cómo los israelitas al verse amenazados de exterminio por Amán, un visir del Rey Asuero, son librados por la intervención de Mardoqueo, y sobre todo, de su hermosa sobrina la Reina Esther, que se convierte en la gran heroína del pueblo.

En el relato sobresale el sentido teológico de la historia presente en las Sagradas Escrituras. Dios ha ido tejiendo los hilos, ha conducido a Esther en su camino hasta convertirla en esposa de Asuero. Desde esta posición ella ha podido intervenir para salvar a sus elegidos.

Dios presente revelándose/salvando detrás de las circunstancias y de la vida de las personas, acorde a su plan de amor y salvación, y respetando siempre su libertad

Repetidamente, judíos y cristianos, hemos sido perseguidos a lo largo de la historia. En innumerables ocasiones ha pesado sobre nosotros decretos y proclamas de exterminio. Pero más allá del aparente triunfo de la maldad, la última palabra la tiene siempre Dios, que es el Señor de la historia.

A nosotros, los creyentes, nos toca, como a los israelitas del tiempo de Esther, orar y ayunar para que en medio de las tribulaciones y sufrimientos se manifieste el poder de Dios.

Para conmemorar anualmente esta liberación nacional, se instituyó la fiesta de Los Purim, en ella se intercambian regalos, la gente se disfraza, especialmente los niños, y se comparte con la familia y los amigos.

Durante la celebración se lee el "Meguilá", es decir el citado libro de Esther. Cuando el nombre de Amán es pronunciado es tradición que los que participan hagan ruidos para que su nombre desaparezca. Además se pronuncian unas bendiciones especiales levantando la Copa del Purim varias veces.

Desde el punto de vista de la clase de Religión, conocer el sentido de las fiestas religiosas y saber participar en ellas con una actitud adecuada, forma parte de nuestra educación no sólo como miembros activos de una comunidad de fe, sino también como ciudadanos.

Lo celebrativo-festivo está en el corazón mismo de la experiencia religiosa, es por eso que forma parte de los valores que se promueven a través de la asignatura.

@elblogdemarcelo

lunes, 27 de julio de 2015

Una imagen para pensar: Cuando venga el Hijo del Hombre,...

"El espejo: cuando venga el Hijo del Hombre,  ¿hallará fe sobre la tierra?", Vladimir Kireyev



Esta pintura me conmovió. Se trata de un espejo en una calle del Moscú de hoy. En él aparece reflejado un Jesús, triste y cabizbajo, caminando en medio del gentío que transita por la acera. Rostros indiferentes, cabezas metidas en su propio laberinto, nieve, frío.

Sobresalen un chico joven hablando por el móvil, unos pájaros devorando restos de comida, una madre que aprieta contra su pecho a su bebé.

El título del cuadro hace referencia a la frase de Jesús al concluir la parábola de la viuda inoportuna y el juez impío: "Pero, cuando el Hijo del Hombre venga, ¿encontrará la fe sobre la tierra?" (Lc. 18, 8).

El fin de la parábola de Jesús era inculcarles a sus discípulos, "que era preciso orar siempre y sin desfallecer" (Lc. 18, 1). La oración perseverante es un asunto de fe, del combate de la fe, especialmente cuando las circunstancias son adversas, cuando humanamente sentimos que Dios parece darle largas a nuestras demandas. 

La gran batalla del cristiano no es con cañones y tanques, es la que se libra en la oración perseverante, que es oración de fe desnuda, aquella que se apoya en la más absoluta confianza en Dios y en sus planes de amor y misericordia. Como Jesús en el huerto de Getsemaní en la noche de su pasión. Igual.

Jesús ha unido esta oración de combate, oración de fe, con su Segunda Venida.

Toda la tradición del Nuevo Testamento nos anuncia esta manifestación final del Cristo glorioso, que estará precedida por una serie de signos, entre los cuales se destaca la apostasía: "Primero tiene que venir la apostasía" ( 2 Tes 1, 3). Apostatar es renegar o abjurar de la fe recibida. Existe un movimiento, por lo menos en España, que promueve que los bautizados en la fe católica renuncien de manera explícita a ella, a fin de que sus datos no aparezcan en el censo de la Iglesia.

Esta apostasía hasta ahora, aunque ha tenido cierta resonancia en los medios de comunicación, ha sido un movimiento francamente minoritario. Pero existe otra mucho más preocupante y extendida: es la que muchos viven en su cotidianidad, donde la referencia existencial y práctica a la fe cristiana ha desaparecido.

Gentes que viven, aunque no se declaren formalmente como ateos, como si Dios no existiera, como si no hubiera nada más allá de la muerte. 

A esto sumamos la campaña mediática en contra de la Iglesia y la influencia en la legislación, española y europea, de las tesis de un laicismo radical que pretende excluir todo referente religioso de la vida pública.

A mi nunca me han gustado las teorías conspirativas, pero es evidente que se quiere expulsar a Cristo de la cultura y de la vida de los pueblos.

Occidente se encuentra inmerso en una apostasía generalizada. No hace falta que nos lo diga una revelación particular, basta abrir los ojos y darse cuenta de lo que sucede. 

¿Significa esto que está cerca la Segunda Venida del Señor? Nadie lo sabe. Sólo Dios conoce el devenir de nuestra historia, pero hemos de estar vigilantes, con los lomos ceñidos y las lamparas encendidas. 

Intuyo, simplemente, que se acercan fuertes tormentas para los cristianos en Europa. Basta observar los nubarrones que se han ido acumulando sobre el horizonte en estos últimos años.

La Biblia se nos ha dado como consuelo y guía en el camino. Ella nos ayuda a discernir los signos de los tiempos. Hoy más que nunca tenemos que apoyarnos en la sabiduría que viene de la Palabra de Dios, a su luz podemos preguntarnos, por ejemplo: ¿qué ha sucedido con las naciones que han renegado de Dios a lo largo de la historia de la salvación? Pues eso. 

Esta es la hora que nos ha tocado vivir. Sigamos el consejo de Jesús, oremos sin desfallecer y estemos preparados, para que llegado el momento, sepamos dar cuenta, con valentía, de las razones de nuestra fe: "siempre dispuestos a dar respuesta a todo el que os pida razón de vuestra esperanza" (1 Pe. 3, 15)


@elblogdemarcelo


viernes, 24 de julio de 2015

Norman Rockwell: Pinturas que cuentan historias cotidianas


"Obstáculo en la vía"


"Asistentas en el teatro"

"Libertad para hablar"

"Memorias de ático"

"Los hechos de la vida"

"El fugitivo"
"La niñera"

"Las animadoras del juego"

"La chica frente al espejo"

"Sala de espera de la maternidad"

"Estrella de cine"

"En el veterinario"


"Ir y venir"

He descubierto la obra del estadounidense Norman Rockwell (1894-1974) ¡Un feliz hallazgo! Aquí he reunido una pequeña galería de sus cuadros, pero quien lo desee puede visitar WikiArt donde hallará una muestra más representativa.  

La pintura de Rockwell retrata con realismo, empatía y buen humor la vida cotidiana norteamericana durante gran parte del siglo XX. Detrás de sus cuadros se esconde un agudo observador de la vida social y de sus protagonistas.

Creo que esta actitud, la observación, debería ser el principal instrumento de trabajo del artista o del que se dedica a la tarea creativa. Sea cual sea la disciplina que cultive, pintura, poesía, música, etc., debe ir primero a las cosas mismas, estar atento a lo que sucede, y dejar que la realidad le vaya revelando sus secretos.

En cada pintura descubrimos un estudio psicológico de los personajes que la habitan, sus gestos faciales, sus posturas, su indumentaria, revelan su carácter y personalidad. Particularmente, me ha llamado la atención cómo ha sabido plasmar el mundo de la adolescencia, las confusiones, búsquedas, emociones, sentimientos,... que inundan la mente y el corazón de un joven e inexperto chico o chica.

Otra cualidad notoria de su obra es su talante narrativo. No hay en sus cuadros modelos "posando" en el taller del artista, sino verdaderos actores que interpretan una escena de la vida, y que nos cuentan, con un toque de ternura no exento de ironía, una historia que podemos comprender porque nos es familiar.

No encontramos aquí el lenguaje críptico de otros pintores contemporáneos suyos, cuya obra parece reservada para un público selecto, una élite especializada en descifrar significados ocultos. Rockwell pinta para la gente común, el ciudadano promedio, el mismo que aparece retratado en sus cuadros.

Se trata, en este sentido, de una obra democrática, tan de la calle como los versos de su compatriota Walt Whitman: Hojas de hierbaAmbos comparten esa visión optimista y llena de fe en su país.

El autor se hace eco de ciertos valores tradicionales que prevalecían en occidente hasta mediados de los 60: la familia, la libertad de conciencia y de religión, el hogar, la maternidad/paternidad, el amor a la patria, que se han visto trastocados por los cambios culturales de las últimas décadas. 

¿Somos más felices ahora? No lo sé, es evidente que la institución más atacada en estos últimos 40 años ha sido la familia. Sería interesante analizar lo que hemos ganado, y lo que hemos perdido. Ahí lo dejo como pregunta.

Por cierto, para los que quieran ejercitar la escritura, los cuadros de Rockwell me parecen excelentes recursos a la hora de hacer un ejercicio de creación literaria: tomen una de sus pinturas, siéntense delante con un papel y un lápiz, y pónganse a escribir la historia que nos está contando el cuadro, añadiendo los elementos que falten,...

¡Y a escribir se ha dicho!

He encontrado dos páginas con información muy interesante sobre este pintor, y aunque están en inglés, dejo aquí los enlaces porque pueden ser de interés: una es del Huffingtonpost y la otra es de un blog cristiano: Lael Arrington

@elblogdemarcelo


martes, 21 de julio de 2015

"Satisfaction" de los Rolling: Después de 50 años, ¿qué nos dice?




En 1965, el año que yo nací, está canción de los Rolling Stones, "(I can´t get no) Satisfaction",  ocupaba los primeros puestos, en concreto el tercero, en el famoso Top 100 Billboard.

Después de 50 años este éxito del rock resiste. Muchas canciones vienen y van en el ranking popular, pero algunas quedan en la memoria de las generaciones, y se convierten en clásicos. Satisfaction de los Rolling es, sin duda, una de ellas.

Además de la música, que nos arrastra con su persuasivo y peculiar swing, me he querido fijar en la letra, sencilla, repetitiva, pero con un mensaje para pensar.

El joven que canta no obtiene satisfacción, y lo intenta e intenta muchas veces, pero sin resultado. No le convence el discurso vacío de la radio y la televisión, ni tampoco las falsas promesas de los amores que no terminan de entregarse. Insatisfacción.

Así se expresaba toda una generación, la de los 60, gritando a la cara su malestar. La misma que protagonizó el mayo francés, la revolución sexual, el movimiento hippie, la lucha por los derechos civiles, las protestas contra la guerra de Vietnam, etc.

Y sin embargo.

Después de todos los cambios culturales de las últimas décadas, ¿están más "satisfechos" los jóvenes de ahora? Tengo mis dudas. 

La cultura contemporánea, la del 2015, enfrenta el vacío de la insatisfacción con grandes dosis de hedonismo. Bonita forma de controlar y amaestrar la rebeldía de las masas juveniles.

No estamos en contra del placer, por supuesto. Pero si se convierte en un fin en sí mismo, si se descontextualiza del bien y del amor, puede ser una fuente todavía más grande de insatisfacciones e infelicidad

Es que el corazón humano es muy exigente. Necesita ideales nobles, razones que den sentido y significado a la experiencia de vivir. En una palabra, espiritualidad.

Observamos una pléyade de jóvenes sin conciencia política, atrapados en el submundo virtual de los móviles y las redes sociales, muchos sin una perspectiva clara de futuro. Algunos prematuramente desilusionados. Envejecidos.

Ni siquiera están conscientes de su insatisfacción, la han asumido como parte de "lo que hay".

En esta cultura de la inmanencia y el inmediatismo, mirarse para adentro e indagar si nos satisface lo que nos están ofreciendo como propuesta de vida, es un gesto liberador y humanizante.

La cuestión es: ¿tienes sed?, ¿tenemos sed?, esa pregunta es clave para comprender la respuesta de Jesús de Nazaret, también para esta generación del siglo XXI: "Si alguno tiene sed, que venga a mí y beba,... De su seno correrán ríos de agua viva" (Jn. 7,37-38)

¿Escuchar esta canción en Clase de Religión? Sí, me parece que vale la pena, sobre todo para 4º ESO y bachillerato.

@elblogdemarcelo

sábado, 18 de julio de 2015

Hazte un favor especial: perdona



Se nos olvida que el perdón es una medicina para nuestro espíritu y cuerpo. Perdonar a quien nos hace daño, va mucho más allá de hacer un bien sobre quien nos trató mal, es un beneficio para nosotros mismos. Quien almacena dentro de sí mismo rencor, dolor o ganas de venganza, no vive feliz ni puede relacionarse con los demás de forma natural.

Que las enemistades no permanezcan en nuestro corazón. Cuanto más las retengamos, más viciarán nuestro mismo corazón ‪‎San Agustin (Sermón 114,4).

Se suele decir que el perdón es complicado y es cierto. Cuando alguien nos hiere aparece una herida en el alma que no puede desaparecer sin más, sin dejar rastro. Incluso si nos proponemos con todas nuestras fuerzas perdonar, nuestro instinto de auto-defensa nos dice que tenemos que tener mucho cuidado y defendernos de esa persona. Defensa, que al final termina en venganza o en la triste indiferencia.

Para sanar la herida que nos han causado sólo existe una medicina: la Gracia de Dios y un Médico: Cristo. El tratamiento tampoco es instantáneo, ya que requiere mucha oración, reflexión y confianza en el Señor. Orar por quienes nos han hecho daño, es algo que suele parecernos imposible, pero resulta ser un primer paso que alivia nuestro dolor. Desear y pedir al Señor que cuide y ayude a quien nos han herido, empieza a curar la herida. Conforme pasan los días y los meses, la herida irá reduciéndose hasta desaparecer. La confesión es un bálsamos maravilloso, pero a veces necesita de un proceso previo de oración que no solemos hacer.

Digamos que tendemos a desarrollar nuestra vida espiritual como si fuese una máquina. Esperamos que todo responda a una mecánica de pagar, pulsar, esperar y recibir. El alma no es una máquina de venta de bebidas, que se echa una moneda, se selecciona el producto y la bebida aparece en la parte baja, lista para tomar y refrescarnos.

El perdón se parece más a el proceso de creación de una figura en barro o arcilla. Las Manos de Dios son las que dan forma al perdón. Nosotros nos ofrecemos a nosotros mismos, nuestra voluntad y nuestra confianza en el Señor. El agua que penetra y hace que el barro duro y seco se convierta en maleable, es la Gracia de Dios. Las manos de Dios se saben mover para dar lugar a algo nuevo y bello que antes no existía. Una vez lista la figura, se necesita tiempo para secar y otro rato adicional para pintarla, hay que tener paciencia.

Cuando ya esté lista, es cuando se la podemos regalar a quien nos hizo daño. En el proceso, la herida habrá desaparecido, siendo sustituida por la Esperanza y el Amor. Un milagro que no solemos hacer porque “no tenemos tiempo”. Mientras, andamos por el mundo con las heridas a flor de piel, sufriendo y haciendo sufrir a los demás. ¿A qué esperamos para dejarnos en manos de Dios?

@NestorMN


Tomado de: Aleteia 


viernes, 17 de julio de 2015

10 artistas franceses pintan a Cristo crucificado

"El Calvario", Odilon Redon

"Compasión", Adolphe Bouguereau

"La crucifixión. Muerte de Cristo", James Tissot

"Cristo en la cruz", Eugene Delacroix

"Cristo entre los dos ladrones", Gustave Moreau

"La Cruz", Arcabas

"Cristo en la cruz", George Rouault

"El Cristo amarillo", Paul Gauguin

"La crucifixión", Leon Bonnat

"El ofertorio en el Calvario",  Maurice Denis


Después de haber compartido una pequeña muestra pictórica de Cristo crucificado en la tradición española: 10 artistas españoles de todos los tiempos pintan a Cristo crucificado, presento ahora otra galería de 10 pintores franceses con la misma temática de Jesús en la cruz.

Aunque las fuentes son iguales, básicamente, los evangelios y la liturgia, los contextos religiosos, artísticos e históricos son diferentes. 

En España, como ya hemos dicho en otras ocasiones, la contrarreforma católica y el realismo están muy presentes en el arte religioso. Francia ha seguido otros caminos marcados por sus propios avatares históricos especialmente a partir de la revolución francesa, la cual acentúa la ruptura entre las bellas artes y la religión, un proceso que comenzó en el renacimiento y que se ha extendido por todo occidente hasta nuestros días. 

Los pintores de esta colección son todos de los siglos XIX y XX.

Se observa claramente en algunos de estos cuadros la influencia del romanticismo y el historicismo. También del movimiento simbolista. En otras pinturas se impone la estética moderna, la libertad en el trazado y el dibujo, el uso de colores vivos, la perspectiva abierta de las vanguardias, especialmente del expresionismo. Todos estos elementos están bien presentes en la tradición pictórica de la escuela francesa.

Lo interesante es que a pesar del laicismo a ultranza que predomina en este país en los dos últimos siglos, Cristo y los temas cristianos vuelven a aparecer en el arte francés. Son cuadros que no están destinados, en la mayoría de los casos, al culto cristiano; producidos muchas veces por propia iniciativa del artista, que no son personas particularmente religiosas o ni siquiera creyentes, salvo algunas excepciones.

¿Por qué razón la imagen de Cristo en la cruz vuelve a ser representada en una sociedad en que el arte se ha emancipado de la religión?

Me aventuro a responder, a modo de hipótesis, que la figura del crucificado tiene un valor insuperable como icono del dolor, por lo menos en la imaginario de la cultura de occidente.  .

El drama tremendo de la cruz de Cristo sigue presente en nuestro mundo, los crucificados de la historia, los de ayer y los de hoy, así lo atestiguan.

Pero hay más, la imagen de Jesús en la cruz, víctima inocente de las injusticias humanas, nos habla de una entrega radical por amor, de un amor que es llevado hasta las últimas consecuencias. Esa es la historia que está detrás.

La lógica de la cruz es la lógica del amor. Ama, y entenderás.

Y pensar que estos cuadros se estaban pintando justo en la época en que Nietzsche exponía su tesis del "superhombre", y lanzaba su diatriba contra el "hombre débil" de los cristianos.

La absoluta indefensión de Cristo en la cruz es un verdadero escándalo, una necedad. Esto es lo que entendió el filosofo Alemán. Pero lo que no supo es que Jesús crucificado es al mismo tiempo, como dice san Pablo,  fuerza de Dios y sabiduría de Dios. 

La victoria de Cristo es su debilidad. Esa es la paradoja cristiana.

Por cierto, muchos vienen ahora y nos predican una salvación donde no se menciona el misterio redentor de la cruz de Cristo. Una religión de velas y ritos, de piedritas e inciensos, de meditaciones orientales para relajarse y mucho pensamiento positivo para sentirse guay. Una religión enemiga del escándalo sangrante de un Mesías crucificado.

Bueno, por favor, que nadie se enfade conmigo, pero esa religión es una impostura. De estos engaños de la Nueva Era, nos libre el Señor por su misericordia.

Compartamos con los chicos en la Clase de Religión estas pinturas de Cristo crucificado, escuchemos sus comentarios, ensayemos con ellos alguna interpretación del significado de estas pinturas a la luz de los relatos del evangelio y del contexto histórico y cultural en el que han sido producidas.

Que esta experiencia educativa fomente en ellos una mirada inteligente, una mirada que admira y comprende la herencia cultural que se les entrega a través de estas pinturas. En otras palabras, que promueva en ellos las competencias básicas, especialmente la artística y visual.

@elblogdemarcelo

viernes, 10 de julio de 2015

Fiesta de San Benito, abad: Bajo la guía del Evangelio



Mañana, 11 de julio, es la fiesta de san Benito, abad: patrono de Europa y padre de los monjes de occidente.

Más allá del lenguaje retórico que suele adornar cierta exposición de la vida de san Benito, me gusta contemplarle cercano, peregrino en la fe como yo, hermano en el seguimiento a la persona de Jesucristo.

Benito es un hombre abierto a la acción del Espíritu Santo, que ha experimentado la misericordia divina en su propia vida, y la testimonia en su circunstancia histórica, por cierto bastante difícil, con su oración y su trabajo, el famoso ora et labora que ha servido de divisa a sus hijos, los monjes benedictinos, a lo largo de los siglos.

Algunos rasgos del camino benedictino, tienen esa unción tradicional que nos viene de los padres de la Iglesia: el amor a Cristo como centro de la vida, la primacía de la lectio divina, la vida de comunidad, la humildad, el trabajo, la oración litúrgica, la hospitalidad y, sobre todo, la caridad fraterna, ese sello que hace del monasterio una schola caritatis, una escuela de caridad en medio del pueblo de Dios.

De la Regla de san Benito se ha dicho que es una bella síntesis del Evangelio y que, gracias a su hondo realismo, moderación y sabiduría, ha configurado espiritualmente a los pueblos de Europa.


@elblogdemarcelo

domingo, 5 de julio de 2015

Pintar a Jesús crucificado: una mirada diferente

"Crucifixión", 1975

"Crucifixión", 2004

"Flying man", 1968

"Flying man", 1976

"Jesús", 1980

"Jesús", 1999

"La crucifixión del Señor", 1990

"La crucifixión del Señor", 1991
"El fin", 2004
  

"Crucifixión", 1986

Dentro de la extensa obra de George Stefanescu Ramnic (1914-2007), uno de los pintores rumanos más conocidos del siglo XX, se destacan sus Jesús crucificados, originales representaciones del misterio del Calvario desde una óptica, básicamente, expresionista.

Estos Cristos en la cruz se caracterizan por la sencillez en el trazo del dibujo, el colorido vivaz y abundante, la presencia de líneas y colores que se superponen y que parecen moverse por todo el cuadro.

Lejos del patetismo y la crudeza con que suele ser representado en otras escuelas la crucifixión del Señor, aquí nos tropezamos con una mirada diferente, no exenta de una ingenuidad casi infantil que hace recordar al arte naif.

A pesar de las diferencias, el referente sigue siendo la misma historia, la que conocemos por los evangelios: la muerte de Jesús de Nazaret en la Cruz, el Mesías, acompañado por Juan, el discípulo amado, por María, su madre, y por algunas mujeres piadosas.

Pero el Cristo en la cruz que nos pinta Stefanescu no nos inspira sentimientos de compasión o de dolor, es un Jesús lleno de color que busca moverse, que en algunas representaciones incluso parece extender una mano al que mira el cuadro. Un color y una vitalidad que sugieren esperanza y anuncian victoria.

El colorido de estos Cristos nos han hecho recordar la fiesta de la Cruz de Mayo, que se celebra en Venezuela y en Canarias, y en otros pueblos hispanos, en ella las calles y plazas se llenan de cruces que los vecinos adornan con cintas y flores, ofreciendo oraciones y cantos tradicionales.

La cruz es el símbolo cristiano por antonomasia, ella preside nuestras celebraciones. Muriendo en ella el pecado y la muerte fueron derrotados.

Por el misterio santo de la cruz la humanidad ha sido salvada.

Ella es el signo del Amor.
@elblogdemarcelo

sábado, 4 de julio de 2015

"This train is bound for Glory": vamos en marcha al ritmo de un negro espiritual




Nada mejor que un gospel tradicional para ir en marcha, amigo, This train is bound for Glory, en español: "Este tren se dirige a la Gloria".

Un momentito, que parece que no vamos de cualquier manera: es un tren de gente justa y santa, nada de mentirosos, ni fumadores, ni ladrones, ni jugadores, ni cuatreros,..... A ver, a ver, me dirá alguno, si es así me bajo en la próxima estación.

No te apresures, deja que te cuente algo, el trigo está mezclado con la cizaña, así nos lo enseñó Jesús, y diga lo que diga la letra de la canción, este tren del Señor más bien parece un hospital de puro enfermos que andamos todos. Nos vamos curando de nuestros vicios y pecados, mientras seguimos en ruta al encuentro con nuestro Dios.

Eso sí, para seguir en el tren hay que querer curarse, y reconocer que estamos enfermitos, y aceptar con humildad ese amor y esa misericordia que nos santifica y transforma.

Porque, te lo digo, hay que estar alerta para que no nos engañen: el camino es estrecho y el dueño del tren es exigente. Si vas en el vagón que se dirige a la gloria tienes que renunciar al pecado en tu vida y aceptar a Jesús como a tu único Señor.

Aunque luego caigas muchas veces, Jesús te levanta, acude al sacramento de la confesión, ¡no lo dilates!, su perdón te cura, te restaura,...  y venga, ¡en marcha de nuevo!, no te quedes parado en la estación.

Esto es una cosa y otra muy distinta es creer que vamos en dirección a la gloria mientras seguimos viviendo en el pecado como si no pasara nada. Ni siquiera tenemos mala conciencia, nos justificamos neciamente, y pensamos que son detallitos de nada, imperfecciones,...

No, no existe un cristianismo "light".  El pecado es un asunto bien serio. Miremos a Jesús clavado en la cruz a causa de nuestras miserias y rebeldías. Pues eso.

A veces me reboto yo solo cuando escucho ciertas componendas de algunos predicadores e incluso de teólogos muy avisados que andan enseñando un Evangelio simpático, rebajado, acorde con el mundo. No los voy a juzgar, pero a veces me pregunto dónde hemos dejado el escándalo de la cruz (Gal. 5, 11)

No sé que pensara de esto tanto cristiano laxo que abunda por ahí, ¡ay, mi madre!, que va sentadito en el otro tren, justo en el que va en dirección contraria a la gloria.

Compadre, oído al tambor, son palabras de San Pablo: "¿No sabéis acaso que los injustos no heredarán el Reino de Dios? ¡No os engañéis! Ni los impuros, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los ultrajadores, ni los rapaces heredarán el Reino de Dios" (1Cor. 6, 9-10)

Y el Señor mismo en el último libro de la Escritura Santa, el Apocalipsis: "Pero los cobardes, los incrédulos, los abominables, los asesinos, los impuros, los hechiceros, los idolatras y todos los embusteros tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre que es la muerte segunda" (Apoc. 21, 8)

Este lenguaje es duro, ya lo sé, eso mismo le dijeron a Jesús los apóstoles en su momento (Jn. 6, 60). Así que a nadie le extrañe que el canto vaya advirtiendo quienes son los que en verdad van en el tren que se dirige a la gloria. 

Confiemos nuestro viaje a la misericordia de Dios. Un saludo.

@elblogdemarcelo

viernes, 3 de julio de 2015

Dios gobierna el mundo: una lectura creyente de la historia

"Daniel en el foso de los leones", Henry Osawa Tanner

A veces tenemos la impresión de que estamos a merced de las fuerzas del mal que están actuando en nuestra historia, tanto a nivel personal como colectivo.

Guerras, crisis económicas, violencias, paro, muerte, enfermedades, catástrofes naturales, desahucios, pobreza, injusticias, totalitarismos, persecuciones, leyes impías, separaciones,,...

Y Dios parece no enterarse de nuestro sufrimiento. Como dice el salmo: "¿Hasta cuándo, Señor, seguirás olvidándome? ¿Hasta cuándo me esconderás tu rostro?" (Sal. 12)

Este aparente silencio de Dios frente al triunfo de la maldad es para algunos fuente de verdadero escándalo: "Tú llevas la razón, Yahvé, cuando discuto contigo; no obstante, voy a tratar contigo un punto de justicia ¿Por qué tienen suerte los malos, y son felices todos los traidores?" (Jer. 12,1)

Y sin embargo la Biblia no cesa de repetirnos esta verdad: Dios gobierna el mundo, todo lo que acontece o es querido por él, o él lo permite para el mayor bien de sus hijos e hijas: "Por lo demás, sabemos que en todas las cosas interviene Dios para bien de los que le aman; de aquellos que han sido llamados según su designio" (Rom. 8, 28)

Esto es una lectura creyente de la historia, la que nos enseña Israel en las páginas de la Biblia: desde la experiencia fundante de Abraham hasta la llegada del Mesías. Incluso la misma tribulación tiene un sentido en el plan de Dios: "Aunque vosotros pensasteis hacerme daño, Dios lo pensó para bien, para hacer sobrevivir, como hoy ocurre, un pueblo numeroso" (Gn. 50, 20)

Pero hay que tener una mirada de fe y no siempre es fácil. Necesitamos sabiduría para interpretar lo que ocurre a la luz del plan de Dios. Santiago nos ánima en su carta, precisamente, a pedirla: "Si alguno de vosotros está a falta de sabiduría, que la pida a Dios, que da a todos generosamente y sin echarlo en cara, y se la dará" (Stg. 1, 5)

A mi me ha servido de gran consuelo el libro del Apocalipsis. En el capitulo 4 el vidente cae en éxtasis y contempla la Gloria de Dios que gobierna el mundo desde su trono, y a los 24 ancianos con vestiduras blancas que postrados le rinden alabanza, reconociéndolo como origen y fuente de todo lo que existe: "Eres digno, Señor y Dios nuestro, de recibir la gloria, el honor y el poder, porque tú has creado el universo; por tu voluntad, no existía y fue creado" (Apoc. 4, 11).

En tiempos de tribulación, que no decaigan las rodillas vacilantes, mantengamos firmes la esperanza. No hagamos casos de los que conspiran contra la ciudad de Dios, del aparente triunfo de la maldad, nuestro ojos fijos en el Señor, Dios nuestro, de él viene nuestro auxilio, él es la defensa de nuestras vidas (Sal. 26).

Confiemos totalmente en su misericordia: "Caeremos en manos del Señor y no en manos de los hombres, pues como es su grandeza, tal su misericordia" (Ecle. 2, 18)

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