jueves, 7 de diciembre de 2023

LA INMACULADA CONCEPCIÓN: El perdón más grande

 

El dogma de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, se ha explicado tradicionalmente con estas u otras palabras parecidas:

Dios, en previsión de los infinitos méritos de Jesús en la cruz, preservó a la Santísima Virgen, desde el primer instante de su ser natural, de toda mancha de pecado, y la elevó a un grado eximio de santidad en la Iglesia. Ella sola, entre todos los hijos e hijas de Eva, se libró del pecado original que hemos heredado todos, y del cual somos perdonados por la gracia regeneradora del santo bautismo. 

Por encima de las formulas, que intentan dilucidar los misterios de la fe, y que, inevitablemente, se resienten del tiempo y de la época en que se escriben, está la experiencia bimilenaria de una comunidad: lo que hemos creído, lo que hemos celebrado, lo que hemos meditado, lo que hemos testimoniado y confesado, incluso con la sangre de nuestros mártires, acerca de la fe recibida, eso, en un momento dado de la historia, lo declaramos norma de fe. Esos son, en esencia, los dogmas. No se trata de mónadas que caen arbitrariamente del cielo, sino de los grandes consensos que expresan la fe vivida del pueblo de Dios. 

Más allá de lo dicho, cabe preguntarse por lo que está detrás de la verdad de la Inmaculada Concepción.

Detrás de la Inmaculada hay una antropología, una concepción de la persona humana, creada a imagen y semejanza de Dios, llamada a vivir la filiación divina, a ser partícipe de la Gloria del Dios uno y trino, siendo santa e inmaculada delante de él "por el amor"

Detrás de la Inmaculada, está el proyecto de salvación y misericordia de Dios contigo y conmigo, y con toda la humanidad. 

Nadie ha recibido un perdón mayor que María, ella se libró de la raíz infecta del pecado que nos separa de Dios y nos rompe por dentro. En atención a nosotros, por nuestra salvación, Dios había previsto encarnarse, por eso tuvo misericordia con ella, y a través de ella con toda la humanidad. 

Ella es "refugio de los pecadores", precisamente, porque nadie como ella ha experimentado la insondable misericordia de Dios.

A luz de la gracia recibida, la respuesta de la Virgen ha sido su entrega incondicional: "He aquí la esclava del Señor, hágase en mi según su palabra" (Lc. 1, 38). 

Porque "a quien mucho se le perdona, mucho ama" (Lc. 7,47), la donación que ella hace de sí misma a Dios, es un canto de amor agradecido: "porque ha hecho en mi obras grandes" (Lc. 1, 49)

Todo ello, y mucho más, está detrás de la verdad inabarcable, hermosa, trascendental, salutífera, de la Inmaculada Concepción.

Qué María, la llena de gracia, nos haga partícipes del gozo del adviento. 

No olvidar: celebrar la Inmaculada, es vivir la fiesta del perdón más grande.

¡Feliz fiesta de la Inmaculada! 

@elblogdemarcelo

miércoles, 6 de diciembre de 2023

LOS OTROS TAMBIÉN EXISTEN: Un corto sobre el Adviento

 


Hay personas que viven encerradas en sí mismas: sus metas, sus sueños, sus preocupaciones, sus problemas, su mundo,... su vida. 

No hay espacio, ni tiempo, para nadie más. Los otros pasan, hacen ruido, distraen un rato,... y a otra cosa, mariposa. 

Conectar con otros, salir de la muralla de nuestros miedos y decepciones, significa abrir bien los ojos, escuchar con empatía, reconocer que los otros también existen. Como María en Caná de Galilea: "Anda, por Dios, ¡qué no tienen vino!". 

Esto también es Adviento. 

Levantar los alambres de púa que hay entre nosotros, acercarnos, tomar la iniciativa. 

Porque no se trata de regalar cualquier cosa, aunque sea cara, es dar al otro lo que necesita de verdad, sea un abrazo, un gesto de atención o un par de zapatos. 

Pero para ello necesitamos estar atentos, y "darnos cuenta" de la existencia de los otros. 

Oír la voz que nos llama: 

"Por tanto, todo cuanto desearían que hagan los demás con ustedes, háganlo también a ellos; porque ésta es la Ley y los Profetas" (Mateo 7, 12)

¡¡Feliz Adviento!!

@elblogdemarcelo

domingo, 3 de diciembre de 2023

1º DOMINGO DE ADVIENTO: ¡Vigilen!


Comienzo hoy con una confesión: ¡cómo me gusta el Adviento! En medio del aparente triunfo del mal, en tantos y tantos escenarios, este tiempo que precede a la Navidad me sacude el corazón y las entrañas: es la esperanza que vence a la tentación del desaliento, y que se infiltra en las entretelas de nuestro corazón cristiano. 

Este primer domingo se nos llama a la vigilancia: ¡qué viene el Señor, caramba! 

Porque de eso se trata, amigo, amiga, no te quepa duda: el Señor viene, para ti y para mi. 

Vino en el tiempo, hace 2023 años, el Hijo de Dios bendito, nacido de una madre virgen en la pobreza de Belén, anunciado por los profetas, esperado por el pueblo. 

Vendrá al final del tiempo, en su segundo venida, en la Majestad de su Gloria, a juzgar a las naciones. Es el Alfa y la Omega, el principio y el fin de la historia. La Iglesia, que es la Esposa, otea el horizonte y espera, confiada en su promesa: ¡Regresaré!

Viene a ti y a mi en la intimidad del corazón cuando oramos, cuando lo recibimos en la Santa Eucaristía, o en el sacramento del perdón, cuando escuchamos su Palabra que es luz y vida, cuando lo acogemos en nuestros hermanos y hermanas, particularmente en el pobre o en el que sufre.

Viene, si estamos atentos, en los pequeños acontecimientos de nuestra vida diaria. Dios se revela para cada uno en su historia personal que, vivida desde la fe, es siempre nuestra particular historia de salvación.

El Señor viene. No sabemos ni el día, ni la hora, ni el momento: "si al atardecer, o a medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer,...", pero viene, eso es seguro.

Para recibir al Señor que está la puerta hay que despertar, estar vigilantes, salir del embotamiento del corazón y de los sentidos, y esperar. 

Sí, esperar, pues como decía San Rafael Arnaiz, un santo monje del siglo XX: "Toda nuestra ciencia consiste en saber esperar"

¡Feliz primer domingo de Adviento!

@elblogdemarcelo






viernes, 1 de diciembre de 2023

CALENDARIOS DE ADVIENTO 2023: ¡En marcha!





En portugués:  


Comienza diciembre, estamos ya a punto de empezar el adviento, ¡suenan las alarmas!, ¡qué nadie se despiste!: hay que ir preparando la jornada,... esa travesía que con María, con José, ¡y con un montón de gente!, nos conducirá al portal de Belén. 

Los llamados calendarios de adviento pueden ayudarnos a vivir en esta tónica, en camino, conscientes del valor del tiempo, sintonizando con  los grandes valores de esta época tan especial del año. Tradicionalmente, se trata de un almanaque que va señalando los días que preceden a la Navidad, acompañado de algún versículo de la Biblia, o de una reflexión, para cada día. A veces traen también una golosina, o una chocolatina, una por día, hasta llegar a la Nochebuena. 

Según las costumbres de cada región puede variar su confección, algunos son de tela u otro material, y forman parte, con frecuencia, de la decoración navideña de las casas, especialmente en los países del norte de Europa. 

Pero los calendarios no sólo son un asunto decorativo o de dulces, también pueden ser un instrumento precioso para establecernos un pequeño propósito para cada día del adviento. El objetivo es fijar una meta diaria, sencilla y práctica, que nos ayude a ir avanzado en nuestra conversión.

Esos pequeños actos que, al repetirse, se convierten en hábitos, y que, con el tiempo, forjan un carácter y un destino, como dice el refrán. 

Las posibilidades son infinitas. Aquí una muestra de esas acciones que pueden ir jalonando nuestro avance por las sendas del adviento, y curtiendo nuestro corazón: 

1. Hacer un cumplido a una persona. 
2. Dar un abrazo a alguien en casa o en el trabajo,
3. Visitar a algún enfermo o alguna persona mayor.
4. Hacer un regalo a alguien que no se lo espera.
5. Donar ropa a una ONG.
6. Participar en alguna campaña de recogida de alimentos.
7. Enviar felicitaciones de Navidad a amigos/amigas que viven lejos.
8. Participar en las celebraciones de mi parroquia: leer las lecturas, cantar en el coro, etc.
9. Sembrar una planta.
10. Cocinar para otras personas: amigos/amigas, familiares, etc.
11. Escuchar con empatía.
12. Reciclar los envases: la cultura de la sostenibilidad.
13. Ayudar a otros a envolver sus regalos.
14. Dar un nuevo uso a las cosas.
15. Ceder el asiento a alguien en el transporte público.
16. Escribir un cuento o un poema, o una obra de teatro. 
17. Ayudar a algún compañero con su tarea/trabajo.
18. Hacer una oración especial por la paz.
19. Inscribirme en alguna ONG por una causa solidaria.
20. Aprender algún villancico nuevo o de otro país.
21. Perdonar.
22. Dar ánimos a quien lo necesite.
23. Invitar a otro al café de la mañana.
24. Sonreír.

Toca abrir bien nuestros ojos, vigilar,  prestar una atención especial a la Palabra de Dios, e ir avanzando, día tras día, en ruta hasta Belén.

¡En marcha! 

@elblogdemarcelo

domingo, 26 de noviembre de 2023

DOMINGO DE CRISTO REY: Conmigo lo hicieron

 


La parábola de este domingo, fiesta de Cristo Rey, con el que se cierra, además, el tiempo ordinario, es el corazón mismo del Evangelio.

Jesús explica aquí aquello que tanto preocupaba al joven rico: el tema del juicio final y la salvación eterna. Un asunto, por cierto, recurrente en la literatura religiosa de todos los tiempos. 

Casi todas las tradiciones han hablado de un más allá de la vida presente, y de las consecuencias futuras de nuestros actos morales. El bien, o el mal, que hagamos mientras estemos en este mundo, es determinante para nuestra vida futura.

Ser las únicas criaturas de la tierra capaces de hacer voluntaria y conscientemente el bien o el mal, acarrea una gran responsabilidad: hemos de dar cuenta de nuestros actos. Una creencia en la cual coinciden prácticamente todas las religiones.

El enfoque del Evangelio es, empero, absolutamente original: los actos de caridad, los que definen nuestro futuro final, son recibidos por Jesús en su propia persona. Él se identifica con el hambriento, con el sediento, con el que está enfermo o en la cárcel, con el emigrante o forastero. El Hijo de Dios, que comparte en todo nuestra humanidad, se reconoce en nosotros, en nuestros dolores y carencias.  Bendito sea el misterio de la encarnación.  

Llama la atención aquí el peso tremendo que tienen los llamados pecados de omisión, "dejaron de hacerlo": no dar de comer al hambriento, ni de beber al sediento,  no visitar al enfermo, ni acoger al extranjero. Lo más terrible es la ceguera:  "No te vimos".

Es cierto, a Dios, mientras vivamos, no podemos verlo cara a cara, pero tenemos su rostro santo y bendito en el pobre y el necesitado. Ellos son su presencia sacramental en medio de nuestra historia.

Este Rey nuestro, cuya fiesta celebramos hoy, que se identifica con el pobre y el indigente, y que quiere ser servido y amado en ellos, contrasta absolutamente con los reyezuelos y patiquines que pululan por ahí.

A la luz de la lógica de este mundo, nuestro Rey Jesús, pobre entre los pobres, es desconcertante y hasta escandaloso. 

Pero la sabiduría de Dios trasciende la lógica humana. 

No lo olvidemos: Los actos de amor, hasta el más pequeño y escondido, tienen valor de eternidad y definen nuestro futuro. 

¡Feliz domingo!

@elblogdemarcelo

sábado, 25 de noviembre de 2023

DÍA INTERNACIONAL CONTRA LA VIOLENCIA HACIA LA MUJER: 6 vídeos desde España

 












Quizás habrá algún despistado que se extrañe que el Día Internacional contra la violencia hacia las mujeres, siempre ha formado parte de mi programación de Religión. A la luz del valor singular de la persona, hombre-mujer, de su condición y destino, en el marco de la revelación, las relaciones abusivas, en sus múltiples escenarios, son un atentado contra la dignidad humana, el valor central de la antropología cristiana.

Precisamente, uno de los criterios de evaluación del segundo ciclo de la ESO, en la novísima Lomloe es: Reconocer los rasgos esenciales de la antropología cristiana, relacionándolos con los derechos fundamentales y la defensa de la dignidad humana, verificándolos en situaciones globales.

Pues bien, una de las "situaciones globales" más prototípicas, que atentan contra la dignidad humana, es la violencia hacia las mujeres, derivada particularmente del modelo machista de las relaciones hombre-mujer. 

El machismo engendra una experiencia cosificada y reduccionista de lo que significa ser mujer y de lo que significa ser varón, generando, además, graves consecuencias en el grupo familiar, especialmente en los menores, víctimas vicarias, y en la sociedad como un todo.

No se trata de un problema menor, las cifras de mujeres asesinadas por sus parejas son escalofriantes. En lo que va del 2023, han muerto 52 mujeres, es decir, prácticamente tenemos en España una víctima por semana. Este dato, estoy convencido, es apenas la punta del iceberg, acerca de una realidad que apenas sale a la superficie.

En este tema, lo confieso, son muchas mis preocupaciones, no sólo como educador sino como trabajador social. Me preocupa, especialmente, lo que vengo observando desde hace algún tiempo en las aulas: los adolescentes, particularmente los varones, no perciben la realidad tan grave de la violencia machista. Ello coincide con un estudio que conocí hoy, a través de Antena3 Noticias: "La normalización de la violencia de género se dispara entre los varones de 16 a 21 años"

Me preocupa también la instrumentalización ideológica, que ciertas corrientes del feminismo más radical, hacen de esta problemática. Hermano, hermana, yo respeto la diversidad de posturas en torno al tema, pero el problema de la violencia hacia las mujeres, nos afecta a todos como sociedad, no excluyas a quien piensa diferente. Seamos aliados, aunque a ti te guste un marco teórico y a mi otro, lleguemos a los consensos que se necesitan, para avanzar en la erradicación de la violencia hombre-mujer. Vale, porfa.  

Me preocupa, finalmente, que todo se nos vaya en frases pegadizas, marchas, y contra-marchas, y llamados sentimentales a la igualdad. Es urgente crear redes de atención y protección a las víctimas; es urgente educar en la prevención de la violencia y el abuso; es urgente promover "nuevas masculinidades" contrarias al paradigma del machismo, porque este asunto no es un tema de "mujeres" solamente. Los varones somos parte de la ecuación  (excluirnos por la cara, o culparnos simplemente por ser varones, no sirve de nada)

Entretanto, les comparto 6 vídeos que he recopilado de diferentes entes españoles, sobre el día de la No Violencia. Pueden servir como recurso para la reflexión en clase.

Ahí se los dejo. Por ahora, no digo más (y que conste que yo no maté a Roger Rabbit) 

@elblogdemarcelo


miércoles, 22 de noviembre de 2023

DÍA DE SANTA CECILIA la banda sonora de mi vida,...¡Canta y sé feliz, hermano!


Hoy, fiesta de Santa Cecilia, mártir cristiana y patrona de la música, he pasado un buen rato haciendo zapping en Youtube, saltando de canción en canción, enlazando recuerdos y experiencias, disfrutando melodías de ayer y de hoy, combinando lo nuevo con lo viejo. 

No imagino mi vida sin la música. Es más, soy capaz de reconstruir mi historia personal con base en las canciones que han ido marcando mis edades, la música de fondo del thriller de mi existencia, es decir, mi personalísima e intransferible banda sonora.

En el maremágnum de escenas hay de todo: canciones que expresan el amor y el desamor; melodías con sabor a patria y a paisaje; sones caribeños: salsa, merengue, guaracha, merecumbé, bachata; temas que expresan mi rebeldía y mi búsqueda de la verdad y de la justicia, que cantan a la amistad, ritmos sublimes, melodías estridentes, violines y tambores, arpas y trompetas, maracas y guitarras eléctricas. 

En mi BSO los Beatles se tutean con Mozart o con Bach; Simon and Garfunkel se combinan con el venezolano Alí Primera;  la Billos Caracas Boy o la Fania All Stars no tienen reparos en compartir el escenario con Queen o con Supertramp. Silvio Rodríguez o Pablo Milanés, los grandes trovadores cubanos, van de la mano con Gardel o con cualquier cantante pop de mi adolescencia: Village People, Donna Summer, Kool and The Gang,...

En este film estará presente, como no podía ser menos, la música cristiana: los sencillos cantos carismáticos de mi juventud; la música gregoriana, himnos de laudes y vísperas, el gódspel, los cantos de las comunidades neocatecumenales, los de misa de toda la vida; las canciones a María, las de Adviento y Navidad, las de Semana Santa y Pascua,....Cantos para orar y celebrar, para compartir el pan de la fraternidad y gozarse en el Señor. 

Una cosa sabemos por la Palabra: la música estará presente en el Reino futuro, en numerosos pasajes de la Biblia aparecen los ángeles y los santos cantando himnos de alabanza ante el trono de Dios. Cantar el cántico nuevo, el cántico de la salvación y de la alegría, el que cantaron los mensajeros celestiales en la noche de Belén ante los pastores.

Nunca he estudiado formalmente música, ni toco ningún instrumento, ni canto en ningún coro, pero me gusta mucho cantar, amo la música, ella está presente siempre en mis clases (mis alumnos lo saben) y, la verdad, no me corto un pelo a la hora de tararear en medio del corre corre de la jornada mis canciones preferidas. Nunca falta algún espabilado que intenta callarme, esa gente tan ceñuda a quienes les parece que cantar no se compadece con ser adulto y maduro.

Aviso a todos desde aquí que voy a seguir cantando, me da igual si llueve o no, y sepan que no me he ganado la lotería, ya quisiera, ni tengo que estar especialmente contento para cantar, ni siquiera me preocupa hacerlo bien o mal, canto y ya, porque me sale del corazón, porque vivir es, en sí mismo y a pesar de los problemas y sinsabores, un gran regalo.

Para cantar, y también para bailar, para escribir, para pintar,... no hace falta ser un especialista ni dominar la técnica del oficio como si fuéramos profesionales del ramo. Cantar, bailar, escribir, pintar, por el simple placer de hacerlo, nos está permitido a todos, ¡faltaría más!

Concluyo diciendo que si cantáramos más, y escucháramos más música, y escribiéramos más poesía, y pintáramos más, y bailáramos más,...seríamos todos mucho más felices, y habría menos gente deprimida.

@elblogdemarcelo

Aquí les regalo este canto de Peret: "Canta y sé feliz" (no se pierdan el look vintage del vídeo).  Dedicado a todos los aguafiestas que cuando me oyen cantando por ahí me dicen que va a llover,...¡qué se compren un paraguas, caramba!


martes, 21 de noviembre de 2023

PRESENTACIÓN DE LA VIRGEN MARÍA: 10 pinturas y una oración

Fray Miguel de Herrera, Museo de Arte Colonial, Morelia, México

Cima Da Conegliano, Gemäldegalerie Alte MeisterDresden, Alemania

Francisco Camilo, El Prado, Madrid, España

Francisco Antolínez y Sarabia, El Prado, Madrid, España

Eustache Le Sueur, Hermitage, San Petersburgo, Rusia

Jacopo Tintoretto, Iglesia de la Madonna dell´ Orto, Venecia, Italia

Giotto, Capilla de los Scrovegni, Padua, Italia

Andrea Di Bartolo, National Gallery of Art, Washington, D.C. Estados Unidos.

Paolo Uccello, Catedral de Prato, Italia



ORACIÓN A LA VIRGEN MARÍA AL COMIENZO DEL DÍA

Virgen, Madre de Dios, te presentamos este día que comienza y que el Señor nos regala. En él, que es nuestro Padre, vivimos, nos movemos y existimos, tú que te entregaste como su humilde sierva y fuiste cubierta bajo la sombra del Espíritu Santo, ayúdanos a poner cada día por obra la Palabra de Dios, a vivir el mandamiento nuevo del amor fraterno, a reconocer el rostro de Jesús, tu hijo muy amado, en cada uno de los hermanos y hermanas que salgan hoy a nuestro encuentro.

Haznos, amable Señora, embajadores de la alegría que brota del Evangelio, que sepamos compartir los gozos y las lágrimas de quien se siente solo y necesite una palabra de aliento.

Te confiamos, Virgen María, la jornada, te encomendamos aquello que nos preocupa, confiados en la promesa de que Dios lleva nuestras cargas de cada día, y que sus misericordias se renuevan cada mañana.

Comenzamos este día en el bendito nombre de Jesús, para que todo cuánto de palabra o de obra realicemos sea para su gloría, permaneciendo unidos a él, como el sarmiento al tronco de la vid, y dar abundante fruto en fe, esperanza y caridad.

Virgen, madre del camino y del encuentro, acompáñanos. Amén. 

@elblogdemarcelo


lunes, 20 de noviembre de 2023

STOP BULLYING: El acoso escolar

 

Lo reconozco, soy muy sensible al tema del acoso escolar. 

No me refiero aquí a los conflictos puntuales que se dan entre los miembros de un mismo grupo, eso, propiamente hablando, no es acoso. Hablamos de comportamientos continuos, habituales, intencionados, dirigidos a socavar la autoestima del otro, a destruir su imagen, minando su bienestar psicológico, y amenazando seriamente, en muchos casos, su seguridad física, dentro y fuera del plantel.

Nadie tiene derecho a hacer que otro, un compañero o compañera, se lo pase mal en la escuela. Y cuando digo nadie, es nadie.

Los adultos, particularmente el profesorado, hemos de ser garantes de que la vida escolar se desarrolle en un ambiente sano y seguro. Es nuestra responsabilidad. No podemos mirar para otro lado ni desentendernos. 

Hemos de estar alertas. No ser ingenuos. Abrir bien los ojos. 

Y actuar cuando sea preciso, protegiendo a la víctima. Esa es la prioridad. 

No siempre es fácil, lo sé por experiencia. Muchos adolescentes con perfil abusivo son expertos manipuladores, y saben camuflar o disfrazar su comportamiento anti-social. 

No lo olvidemos: tanto la víctima como el acosador, o acosadores porque con frecuencia son varios, aunque siempre hay un líder, necesitan ayuda. 

Algunos justifican el abuso alegando que la víctima se lo buscó. Es el llamado "error de atribución": creer que el problema es algo que dijo o hizo la persona, o el modo de ser del chico o chica que sufre la agresión. 

Culpar a la víctima por ser víctima, es la estrategia estrella de todos los acosadores. 

Algunos docentes, sin estar conscientes de lo que sucede realmente, se hacen eco de esta creencia tan extendida: el problema son las víctimas: ¡algo habrán hecho!

No equiparemos al acosador con su víctima. Es una injusticia. Normalmente, si exploramos a fondo el caso, el posible comportamiento inadecuado de la víctima es una respuesta al proceso vejatorio que padece. 

Es una táctica de enfrentamiento, una respuesta. 

Si me das un bofetón, si me humillas, si me insultas y denigras, no me culpes por intentar defenderme. El profesor o la profesora tiene que discernir lo que está detrás. No vale decir "todos culpables" y tratarlo como un conflicto más, de los muchos que se dan en la escuela. 

En este tema tenemos varios frentes abiertos: las redes sociales, por ejemplo, lo que se cuece en el entorno comunitario, etc. No todo depende de nosotros, por supuesto, pero en la medida en que esté a nuestro alcance hay que establecer un corta-fuego a fin de prevenir el abuso escolar.

Educar en el valor de la convivencia es fundamental, y promover el desarrollo de la inteligencia empática

Sobre todo la empatía, crucial en este asunto del acoso. 

Apenas he esbozado aquí un tema que tiene muchas aristas, quedo pendiente para seguir desarrollándolo en próximas reflexiones. Feliz comienzo de semana.

@elblogdemarcelo

domingo, 19 de noviembre de 2023

DOMINGO: Parábola de los talentos

Siempre he pensado que la parábola de los talentos, encierra una gran enseñanza acerca de nuestra misión en este mundo. 

No estamos aquí por casualidad, Dios ha llamado a cada uno por su nombre, y le ha dado unos talentos y gracias para vivir su vocación, humana y cristiana, en un determinado tiempo y lugar de la historia. 

Recibir de Dios unos talentos o dones no garantiza que tengamos éxito o seamos felices. Es lo mismo que encontrar petróleo en el patio de la casa, y echarse a dormir creyendo que la riqueza vendrá por sí sola. Toca espabilar, extraerlo, refinarlo, mercadearlo, y administrar las ganancias con cabeza. 

Se nos conceden unos talentos, y hemos de salir a negociar. Me parece significativo que Jesús utilice este termino "negociar", más propio del mundo mercantil que religioso, para indicar la parte que nos corresponde a la hora de hacer crecer los talentos que se nos confían.

Negociar es, en términos generales, invertir nuestro patrimonio en determinados productos/servicios con la expectativa de obtener alguna ganancia, y, de paso, recuperar lo invertido. El que negocia se expone a perder, por supuesto, pero asume ese riesgo dado que quiere aumentar su capital.

¿Cómo negociamos el talento? Poniéndolo en práctica, trabajando duro, ensayando y aprendiendo, con inteligencia y también con corazón, dedicando tiempo e ilusión,... el que canta, el que escribe, el que pinta, el que sirve las mesas, el que construye puentes, el que siembra en el campo, el que enseña,... Cada cual con su tarea, que es, al mismo tiempo, su cruz y su alegría, su gloria. 

Ojalá que, estemos donde estemos, podamos vivir y trabajar conforme a los talentos que hemos recibido. Ese es, tal vez, el secreto de la prosperidad. 

Ojo al dato: no basta con conservar el talento. El dueño de casa llama "siervo malo y perezoso" al empleado que lo escondió por temor. A la final se quedó sin nada. 

¿Conoces tus talentos? ¿Haz salido a negociarlos? ¿Haz aumentado tu capital inicial? ¿O lo has escondido por temor? 

Estas son las preguntas que brotan del Evangelio de este Domingo

¡Feliz día del Señor! 

@elblogdemarcelo

sábado, 18 de noviembre de 2023

VOLVER A “DOÑA BARBARA”: una lectura desde la diáspora


 “Un bongo remonta el Arauca bordeando las barrancas de la margen derecha.”
Rómulo Gallegos, “Doña Barbara”, Cap. 1

A lo largo de mi vida he leído varias veces “Doña Barbara”, quizás el clásico por excelencia de la narrativa venezolana. A pesar de la ingente cantidad de libros que me quedan por leer, hay obras que merecen una segunda lectura, incluso una tercera,… estoy convencido que la novela de Gallegos es una de ellas.

Aunque estemos ante el mismo libro, cada relectura es diferente. Esa ha sido, al menos, mi experiencia. No es lo mismo un lector adolescente, que alguien más curtido por los avatares de la vida; no es igual leer la obra en Venezuela, o en Latinoamérica, que en otro lugar del planeta. El escenario, y las cicatrices del camino, condicionan nuestra comprensión del texto. En la relectura aparecen matices que tal vez se nos habían escapado la primera vez, o encontramos felices hallazgos que nos remiten a otras lecturas, o nos sugieren nuevas interpretaciones y perspectivas. 

Por cierto, a veces se nos olvida que cuando leemos, estamos “construyendo” el texto mano a mano con el autor. Nuestra imaginación va creando y recreando la escena, hilando palabras y ensayando significados. Es por eso que, de alguna manera, no todos leemos lo mismo, aunque el libro que tengamos en las manos sea el mismo, porque tú y yo somos diferentes, con nuestro peculiar punto de vista, nuestras experiencias y nuestro bagaje cultural y humano. 

Leer, releer, “Doña Barbara”, para un venezolano que vive fuera de su país, es un boleto de retorno. Hay un murmullo de palabras, un imaginario, que le sacude y le rasguña el corazón. De pronto, está de nuevo en Maiquetía, cruzando el suelo cromático de Cruz-Diez con su maleta. Se viaja en avión o en barco, pero también en las páginas de un libro como este. 


Entro con avidez en el orbe narrativo de la novela, y al coger la autopista de párrafos y palabras, me  tropiezo con una geografía que me es familiar, ese horizonte sin límites de mi amada Venezuela. Se trata de la llanura, tan preñada de gracia y de misterios, una naturaleza que para nosotros los latinoamericanos tiene la fuerza telúrica de un personaje épico, como el Aquiles de La Ilíada: lluvias torrenciales, calores extremos, ríos que se desbordan o pajonales requemados por un fuego que entra en escena devorando los pastos, inmensas soledades con vacas diseminadas aquí y allá y el hambre dibujada en los rostros, unas fuerzas indómitas que poseen vida propia y que, de alguna forma, participan del drama que se cuece entre los seres humanos que por allí deambulan    

En la narrativa europea, en cambio, las fuerzas de la naturaleza están, la mayor parte del tiempo, bajo el control de la civilización, sometidas a la técnica y a la racionalidad de la modernidad. El paso de las estaciones sirve como marco del relato, y quizás influya en el estado de ánimo de los personajes, pero poco más. Si hace calor, existe el aire acondicionado, y si llega el invierno con sus rigores, se enciende la calefacción, y punto. 

Otro tema es el lenguaje. A través de las palabras de “Doña Barbara”, me reencuentro a mi mismo, ¡esta gente habla como uno!, identifico, particularmente en los diálogos, ciertas características típicas del castellano venezolano, y que, como no podía ser de otra manera, me son entrañablemente familiares. Sí, a pesar de que llevo más de 20 años fuera del país, me sigo reconociendo en esta variante peculiar del español: la vivacidad al hablar, la espontaneidad y campechanía en el trato, el recurso al humor, aún en las situaciones más difíciles, los giros y vueltas para expresar diversidad de emociones y sentimientos, cierto barroquismo y gusto por las formas, la facilidad para el retruécano, los diminutivos terminados en ico, ica, etc. La palabras tienen existencia propia, detrás de ellas hay un pueblo, una historia, un modo de vida,… y personas reales, de carne y hueso.

Pero no es solo un paisaje, y una lengua, al ir avanzando en la narración me van saliendo al paso una galería de personajes que voy reconociendo como viejos conocidos míos, nombres y rostros que pueblan la memoria colectiva de los venezolanos: Santos Luzardo, Doña Barbara, Juan Primito, Marisela, Balbino Paiba, el Brujeador, Mister Danger, Mujiquita, Ño Pernalete, Antonio Sandoval, etc. Estas personas existen, son reales, con sus cargas, sus demonios y sus fantasías, con su modo de devolver el saludo, su tumbao al caminar, su idiosincrasia y acento. 

Los personajes de “Doña Barbara” representan un tipo humano que
ha florecido en los llanos de Venezuela, hijos del mestizaje y de las desventuras de nuestra historia. Ellos son, básicamente, los que realizaron, en mil batallas, la gesta heroica de la independencia. De esta casta procede mi espíritu, esta es mi ralea, el anteayer que me precede y empuja. 

Una última idea: “Doña Barbara” apareció publicada en 1929, es decir, hace casi 100 años, la mayoría de los anhelos civilizatorios de Santos Luzardo siguen sin realizarse; me temo que, en la hora presente, la barbarie continúa ganando la partida.  Esta idea, pasmosa, sobrecogedora, me acosó capítulo tras capítulo. 

Si los sueños de Luzardo aguardan aún su cumplimiento, y duermen aletargados, los hijos y nietos de los que se han dispersado entre las naciones, de los que sueñan con el regreso, quizás los realicen, y los vean convertidos en realidad. 

Todos los pueblos almacenan sueños y esperanzas en la despensa de la memoria, y generación tras generación los transmiten a sus hijos. Así sucedió, al menos, en el Israel de la Biblia: “Lo que hemos oído y que sabemos, lo que nuestros padres nos contaron, no se lo callaremos a sus hijos, a la futura generación lo contaremos” (Salmo 78, 3-4)

Entre tanto, en nuestra diáspora, seguimos a la espera, leyendo “Doña Barbara”. 



“¡Llanura venezolana! Propicia para el esfuerzo como lo fuera para la hazaña, tierra de horizontes abiertos donde una raza buena ama, sufre y espera!…”

La esperanza, generación tras generación, alza la frente, nunca se rinde.

@elblogdemarcelo


martes, 14 de noviembre de 2023

IGUALES, PERO DIFERENTES: un vídeo de la televisión danesa


Todos somos iguales, en dignidad y valor, y al mismo tiempo, todos somos diferentes.

Únicos y diversos, pero una misma humanidad.

Reivindicamos nuestro derecho a ser diferentes, y, paralelamente, reafirmamos nuestra igualdad primera, la ontológica, la que brota de nuestra condición humana.

Ponemos tanto énfasis en las diferencias que pueden haber entre nosotros, que las convertimos en obstáculos insalvables para lograr el preciado don de la convivencia. 

Percibimos al diferente como una amenaza, y ponemos un alambrado de púas. ¡No te acerques!: facha, izquierdoso, sudaca, nerd, moro, católico, creyente, ateo, hetero, gay,...

Esa maña de ponerle etiquetas al otro, de encasillarlo, es una enfermedad. 

Amigo, amiga, si no puedo acercarme a ti (quizás mi acento latino te molesta, o mi trabajo de profe de religión me hace sospechoso de quién sabe qué), te libras de mi influencia, está claro, pero el precio que pagamos tú y yo, es tu soledad, y mi soledad,... tu aislamiento, y mi aislamiento.  

Lo cierto es que nos necesitamos mutuamente. Si me excluyes, y me encasillas, me haces daño y te haces daño (y nos perdemos mutuamente en nuestros miedos y nuestros perjuicios) 

Como dice Pedro Guerra, el cantautor canario: "Ven, contamíname, mézclate conmigo" 

En realidad,  a pesar de nuestro diferente pelaje y condición, nos parecemos mucho más de lo que crees. 

Es tiempo de descubrir aquello que nos hace hermanos y hermanas. 

"Después miré y había una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de toda nación, razas, pueblos y lenguas, de pie delante del trono y el Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos."
Apoc. 7, 9


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domingo, 12 de noviembre de 2023

DOMINGO: Las vírgenes necias y las vírgenes sensatas


Vigilar, porque cada uno ha de responder de sí mismo, ante el esposo que llega a la medianoche.

Vigilar, el aceite de las lamparas son las buenas obras que nos acompañarán a la hora del encuentro (no olvidar: tenemos un tiempo para hacerlas, ¡no lo posterguemos!):  "Brille así la luz de ustedes delante de los hombres, para que vean sus buenas obras y glorifiquen al Padre que está en los cielos." (Mt. 5, 16) 

Vigilar, estar atentos, hemos recibido unos dones, un llamado, se nos ha encomendado una misión, en un tiempo de la historia, en un lugar,... 

Las imágenes de la parábola son fuertes: la puerta que se cierra, el esposo que dice que no conoce a las que se quedaron fuera. 

Vigilar, porque el que vigila, el que ora, el que practica el mandamiento nuevo del amor, conoce por experiencia la gran misericordia de Dios y se acercará con confianza al trono de su gracia.

Como decía Teresa del Niño Jesús, una de las sensatas:

"Lo que agrada a Dios, en mi pequeña alma, es que ame mi pequeñez y mi pobreza. Es la esperanza ciega que tengo en su misericordia."

¡Feliz domingo!

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