Una canción de Silvio Rodríguez, ¿A dónde van?, dando cuenta de cuán pasajeras son las experiencias humanas.
Aferrarnos a lo que no permanece es atarse. Antes de que nos demos cuenta aquello que creemos poseer se desvanecerá, y ya no estará con nosotros. Sin embargo, muchas veces permanecemos afectivamente encadenados a situaciones, ambientes, personas, cosas,... que irremediablemente cambian o se van.
Ahora que me voy acercando a la cincuentena me doy cuenta que, nos guste o no, el camino de la vida está marcado por el desprendimiento.
Nuestra existencia está hecha de llegadas y despedidas,... gentes, lugares, personas, cosas, que vienen y van. Por eso la pregunta de Silvio es pertinente: "¿A dónde van?",.... ¿Qué fue de las personas, por ejemplo, que formaban mi mundo a los quince años?, ¿y de mi ropa de niño?, ¿y de aquel problema que tanto me agobiaba hace cinco años?,....
Todo pasa.
El acto final de ruptura con todo será la muerte. Ni mi casa, ni mi ropa, ni mi cuenta bancaria, ni mis títulos académicos, ni mis libros, ni mis familiares, ni mis amigos,...absolutamente nada bajará conmigo a la tumba.
( Ya sé que es una verdad incomoda. Pero es la realidad, aunque el mundo evite pensar en ello)
Las cosas que tenemos, si nos sobreviven, pasarán a otras manos, o terminarán envejecidas en cualquier basurero del planeta.
Precisamente, Jesús en el Evangelio nos previene de no acumular tesoros en la tierra, donde la polilla roe y los ladrones se lo roban.
La invitación del Maestro es aprovechar el tiempo presente para reunir un género distinto de riquezas: la practica del amor fraterno, hacer el bien a los otros, perdonar, dar testimonio de la fe, socorrer al afligido,...
Estas obras de amor sí sabemos que no pasarán, sabemos "a dónde van": no se pierden, no mueren en el olvido del tiempo y la distancia, están en la presencia de Dios. Son nuestro aval ante su trono.
Todo es efímero y pasajero, sólo el amor que hayamos vivido en este mundo cruzará la frontera. Sólo el amor es eterno.
Con Dios siempre hay futuro.
@MarceloMartín
Que gran verdad Maecelo, todo es efímero. Yo creo que si fuéramos conscientes verdaderamente, de esta gran verdad, nuestra vida seria mejor, seriamos más santos¿ No te parece? Me ha encantado tu reflexión. ¡Gracias por venir a mi humilde casa.Un abrazo. Te sigo en Google+. Un abrazo.
ResponderEliminar