¡Ha llegado el Adviento! En cuatro semanas celebraremos la fiesta cristiana de la Navidad, la venida de Jesús, el Salvador, hecho hombre por nosotros,...
Entretanto,....
Encendamos las velas de la oración, perseverando en la alabanza divina, en la acción de gracias, en la adoración, en la súplica, para que el Reino de Dios acontezca entre nosotros,...
Encendamos las velas de la caridad, compartiendo nuestros bienes con nuestros hermanos y hermanas que se encuentran en situación de necesidad, viviendo en el día a día de nuestra vida el mandamiento nuevo del amor fraterno.
Encendamos las velas de la esperanza, más allá de las crisis y los problemas, Dios tiene un plan de amor y salvación para cada uno de nosotros y nosotras.
Encendamos las velas del perdón, no podremos celebrar la Navidad sin reconciliarnos con nuestros hermanos y hermanas, sin perdonar las ofensas que hayamos recibido durante este año.
Encendamos las velas de la alegría, ¡el Dios Emmanuel acampa con nosotros!, que el gozo de Dios, que cura nuestras depresiones y tristezas, abunde entre nosotros, que estemos siempre alegres en el Señor, porque el gozo de Dios es nuestra fortaleza.
Encendamos las velas de la Palabra de Dios, que sea lampara para nuestros pasos, luz en el sendero que conduce hasta Belén, que habite en nuestros corazones y pueble nuestros labios, con toda su riqueza y su gracia salvadora.
"Yo soy la luz del mundo; el que me siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida"
(Jn. 8, 12)
(Jn. 8, 12)
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