Cae la noche sobre las calles tranquilas de Santa Cruz, los pasos se recogen, el bullicio deja paso al misterio de un silencio.
¿Qué piensa la ciudad ensimismada, vuelta sobre su propio corazón, rosario cubista de rostros entre el macizo de Anaga y la costa Atlántica?
Las luces son diamantes bajo el rutilio del cristal. O quizás son los ojos de una mujer gigante.
Entre el laberinto de soledades que se cruzan, las plazas tienen su propia alma. Bajo los adoquines alguien guardó los besos que cayeron de la mesa de la tarde.
La noche, tiempo de salvación. Mi corazón se alegra con la próxima llegada del adviento, mientras espero el tranvía.
Cruzo la página del tiempo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Que linda es Santa Cruz de Tenerife,deseo volver pronto a pisar sus calles.
ResponderEliminarUn abrazote amigo.
Dios te guarde y proteja por esas bellas tierras.
sí, amiga, palabras ciertas, Santa Cruz tiene un encanto peculiar de ciudad tradicional, abierta por un lado al mar, y por el otro a la montaña, siempre subiendo hasta La Laguna. Quizás lo más que sorprende para aquellos que hemos crecido y vivido en ciudades como Caracas, es su tranquilidad, el carácter amable del tiempo, la suavidad del clima, la seguridad,...
ResponderEliminarEs un tesoro que comparto con estas pequeñas fotos que saqué el domingo con mi móvil esperando el tranvía.
Dicho lo dicho, no niego que después de diez años me encantaría ver Caracas de nuevo, aunque sea por un agujerito. :)
Marcelo
Jajaja, amigo, trata de verla por la televisiòn, aunque allà solo sacan cosas malas,pero no las buenas???. Ya veo que eres todo un Canario, ya no queda muy poco del Venezolano,porque yo a los 3 meses me quiero venir corriendo para acà,jajaja.
ResponderEliminarMuchos cariños y abrazos fraternos.
Tu compatriota Irene