lunes, 20 de noviembre de 2023

STOP BULLYING: El acoso escolar

 

Lo reconozco, soy muy sensible al tema del acoso escolar. 

No me refiero aquí a los conflictos puntuales que se dan entre los miembros de un mismo grupo, eso, propiamente hablando, no es acoso. Hablamos de comportamientos continuos, habituales, intencionados, dirigidos a socavar la autoestima del otro, a destruir su imagen, minando su bienestar psicológico, y amenazando seriamente, en muchos casos, su seguridad física, dentro y fuera del plantel.

Nadie tiene derecho a hacer que otro, un compañero o compañera, se lo pase mal en la escuela. Y cuando digo nadie, es nadie.

Los adultos, particularmente el profesorado, hemos de ser garantes de que la vida escolar se desarrolle en un ambiente sano y seguro. Es nuestra responsabilidad. No podemos mirar para otro lado ni desentendernos. 

Hemos de estar alertas. No ser ingenuos. Abrir bien los ojos. 

Y actuar cuando sea preciso, protegiendo a la víctima. Esa es la prioridad. 

No siempre es fácil, lo sé por experiencia. Muchos adolescentes con perfil abusivo son expertos manipuladores, y saben camuflar o disfrazar su comportamiento anti-social. 

No lo olvidemos: tanto la víctima como el acosador, o acosadores porque con frecuencia son varios, aunque siempre hay un líder, necesitan ayuda. 

Algunos justifican el abuso alegando que la víctima se lo buscó. Es el llamado "error de atribución": creer que el problema es algo que dijo o hizo la persona, o el modo de ser del chico o chica que sufre la agresión. 

Culpar a la víctima por ser víctima, es la estrategia estrella de todos los acosadores. 

Algunos docentes, sin estar conscientes de lo que sucede realmente, se hacen eco de esta creencia tan extendida: el problema son las víctimas: ¡algo habrán hecho!

No equiparemos al acosador con su víctima. Es una injusticia. Normalmente, si exploramos a fondo el caso, el posible comportamiento inadecuado de la víctima es una respuesta al proceso vejatorio que padece. 

Es una táctica de enfrentamiento, una respuesta. 

Si me das un bofetón, si me humillas, si me insultas y denigras, no me culpes por intentar defenderme. El profesor o la profesora tiene que discernir lo que está detrás. No vale decir "todos culpables" y tratarlo como un conflicto más, de los muchos que se dan en la escuela. 

En este tema tenemos varios frentes abiertos: las redes sociales, por ejemplo, lo que se cuece en el entorno comunitario, etc. No todo depende de nosotros, por supuesto, pero en la medida en que esté a nuestro alcance hay que establecer un corta-fuego a fin de prevenir el abuso escolar.

Educar en el valor de la convivencia es fundamental, y promover el desarrollo de la inteligencia empática

Sobre todo la empatía, crucial en este asunto del acoso. 

Apenas he esbozado aquí un tema que tiene muchas aristas, quedo pendiente para seguir desarrollándolo en próximas reflexiones. Feliz comienzo de semana.

@elblogdemarcelo

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