Un clásico de la salsa, en la inolvidable voz del panameño Ismael Rivera. Un canto a Jesús, el Nazareno, con todo nuestro sabor latino, que nos trae un mensaje de amor y fraternidad: la voz de Jesús, que se deja oír en medio del "vacilón", y nos manda a cuidar a nuestros amigos, a hacer el bien a los demás, a levantar al caído, a perdonar,...En definitiva, a vivir el mandamiento nuevo del amor.
El canto está dedicado al Cristo Negro de Portobelo en Panamá, un lugar de peregrinación y de amor a Cristo, muy cercano al pueblo sencillo y alegre de ese hermano país caribeño.
Con canciones como esta, que no paraban de sonar por la radio en mi adolescencia caraqueña, aprendí a bailar salsa.
Oyéndola siento un sacudón de nostalgia.
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