Los profesores de Religión, cuando se reúnen y forman un grupo de vida, hacen presente a Cristo, vivo y resucitado en medio de ellos. Por eso oran en grupo, pidiendo la fuerza del Espíritu Santo, la gran promesa de Jesús.
Rezan juntos, en base a un texto de la Palabra, una oración escrita, una imagen, una canción, un montaje, una historia,...Las posibilidades son infinitas.
Luego, tras unos minutos de silencio, pueden compartir los sentimientos que suscita en cada uno la plegaria. También pueden expresar sus peticiones, acogidas comunitariamente con la respuesta común: te rogamos, óyenos, u otra parecida.
Así cultivan su relación con Cristo, edifican al compañero y se animan mutuamente en su compromiso cristiano y profesional.
Aquí les ofrezco esta plegaria para compartir juntos, la he tomado de la página argentina de los Misioneros del Verbo :
JESÚS NO TIENE MANOS
Jesús, no tienes manos.
Tienes sólo nuestras manos para construir
un mundo donde habite la justicia.
Jesús, no tienes pies.
Tienes sólo nuestros pies para poner
en marcha la libertad y el amor.
Jesús, no tienes labios.
Tienes sólo nuestros labios para anunciar
por el mundo la Buena Noticia de los pobres.
Jesús, no tienes medios.
Tienes sólo nuestra acción para lograr
que todos los hombres y mujeres seamos hermanos.
Jesús, nosotros somos tu Evangelio,
el único Evangelio que la gente puede leer,
si nuestras vidas son acciones y palabras eficaces.
Conozco esta "oración" porque trabajo en un colegio supuestamente católico y desde el equipo de "pastoral" se nos insta a rezarla. En mi humilde opinión, esta "oración" bordea, como mínimo, la herejía.
ResponderEliminarHola amigo, cuando decimos que los cristianos y cristianas somos los pies, las manos y la boca de Jesús, por supuesto que estamos hablando en un sentido metafórico, que sin embargo tiene un significado bastante profundo, porque, de hecho, por el bautismo nos hemos "incorporado" a Cristo, y estamos unidos a Él, formamos parte de su cuerpo místico.
EliminarOtras religiones tienen un concepto de Dios como el totalmente "otro", enfatizando su trascendencia, en cambio, gracias al misterio de la Encarnación, el Dios cristiano se ha hecho persona humana como nosotros, igual en todo a nosotros, excepto en el pecado. De allí que todo lo humano se ha elevado y goza de una dignidad singular.
Cuando un cristiano actúa en el nombre de Jesús, enviado por Jesús, y realiza las obras de misericordia de Jesús, es el propio Señor en él actuando y manifestando el amor de Dios.
La oración es siempre un don del Espíritu Santo que nos ayuda a comprender y vivir, lo que repetimos y decimos. Desde la sencilla oración del Padrenuestro hasta la experiencia contemplativa, todo es don y gracia.
Pidamos a ese Espíritu que nos revele nuestra identidad más profunda como hijos de Dios que somos. Y que el Señor te bendiga en tu camino siempre. Amén.
Marcelo