Cuando estaba para terminar mis estudios universitarios, viví una experiencia con una profesora que me demostró el inmenso poder que pueden tener las palabras en la actitud y el desempeño de un estudiante.
Estaba en el séptimo semestre de la carrera de Trabajo Social, y debía cursar la asignatura de Prácticas Profesionales en el centro comunal de una barriada popular de Caracas, en un sector conocido por su alto nivel de inseguridad. En ese tiempo, mi experiencia de trabajo en zonas de ese perfil era nula, por lo que me encontraba bastante tenso y nervioso, a tal punto que pensé en abandonar la carrera, y no seguir estudiando.
El primer día de clase, después de tener que atravesar algunos sitios que me parecieron peligrosos, le expuse a la docente el dilema interior que estaba viviendo. Tras escucharme con atención, reconociendo con empatía mis sentimientos, me invitó a que me diera un tiempo para adaptarme a la nueva situación, a que tomara mi aprendizaje en Prácticas como un proceso humano y profesional, y a que estuviera relajado.
Pero lo que más me sorprendió fue cuando me manifestó que se había tomado la molestia de recabar información sobre mí, por lo que tenía altas expectativas de mi desempeño como estudiante, y, además, estaba convencida que lo iba a lograr, que iba a dar lo mejor de mí mismo en el centro comunal.
A continuación comenzó a hablarme de la necesidad de que confiara en mi mismo, que me apoyara en mis éxitos pasados, en mi potencial, en mis recursos, y que valorara todo lo que había luchado, las dificultades que había superado, hasta llegar al punto donde me encontraba.
Recuerdo que me fui a casa, y me pasé el fin de semana pensando que no podía defraudarme a mí mismo, y que debía responder a las altas expectativas que tenía la profesora de mí.
De más está decir, que mis tres semestres de Prácticas Profesionales fueron realmente inolvidables, y que mi rendimiento como estudiante fue mucho mejor de lo esperado. Las palabras de la profesora tuvieron el efecto de despertar lo mejor de mí mismo, y de alimentar esa magia que es la autoestima, la fuerza que mueve nuestros recursos interiores, la verdadera palanca para el desarrollo personal.
Han pasado los años, ahora que soy docente me doy cuenta de lo importante que es saber hablar a los alumnos, de tal manera que las cosas que les digo acreciente en ellos la fe y la confianza en ellos mismos, en sus inmensas posibilidades, en sus recursos.
El punto es dirigirse a los alumnos reconociendo sus emociones y sentimientos, enfatizando lo verdaderamente positivo que tienen, sin dejar por eso de corregir sus errores o de sancionar sus conductas inadecuadas, pero dejando claro que ellos son personas sumamente valiosas e importantes, capaces de lograr grandes cosas.
El poder del acto educativo está en la relación alumno-profesor, en la influencia que el verdadero maestro ejerce sobre el alumno, en cómo contribuye a la formación de un autoconcepto positivo en el discípulo.
Es más, estoy convencido que cuando una persona se respeta así misma, se valora y se considera, suele dispensar a los demás el mismo trato que tiene consigo misma.
Espero seguir reflexionando en el Blog sobre este importante tema, que tanto ha marcado mi vida profesional.
¡Hola Marcelo! Paz y Bien.
ResponderEliminarComo se suele decir... ¡Tienes más razón que un santo! (ahora que se acerca esta bonita fiesta cristiana). ¡Qué importante es para el alumnado una relación positiva con el profesor que potencie su autoestima! Cuántas veces somos testigos de alumnos que son acogotados por profesores sin ninguna sensibilidad, lo que, al final, genera rechazo en ellos por el propio proceso de aprendizaje, malogrando sus expectativas y posibilidades. Estoy completamente de acuerdo con tu artículo... ¡Bendita profesora la que te animó a continuar!
Y cambiando de tercio... ¿Cómo haces para que te salgan las 3 recomendaciones de "Quizás también te interese"?
Un abrazo fraterno.
José Manuel
Hola José Manuel: Te cuento que el tema de la autoestima en la educación siempre me ha interesado, y por eso traje esa situación que viví, y que tanto me ayudó a reflexionar sobre los "resortes" de la motivación humana. Gracias por tus comentarios tan luminosos, y que me animan siempre a seguir en esta tareita del blog,...
ResponderEliminarTe cuento que lo del gadget de las tres recomendaciones lo encontré en una página, simplemente pones tus datos y luego te dan un código que lo pegas en "diseño" a través de un gadget de HTLM. La página es:
http://www.linkwithin.com/learn?ref=widget
Un abrazo,...Cualquier cosa, si necesitas ayuda me avisas
¡Muchas gracias, amigo Marcelo!
ResponderEliminarEntré en dicha página, seguí las instrucciones y... ¡eh "Voilá"! Ha sido muy sencillo. Ya se va pareciendo algo más a un blog, aunque aún nos queda tarea.
Agradezco mucho la información y tu ofrecimiento. Yo no tengo tanta experiencia, pero si en algo se puede ayudar... ¡Ya sabes dónde estamos!
Un abrazo de Paz y de Bien.
José Manuel