martes, 10 de enero de 2012

El pájaro solitario de San Juan de la Cruz



En medio del tráfago de las calles y las horas, más allá de la ingesta de estímulos que estragan los sentidos, sentimos la necesidad de volver la mirada a nuestro interior. 

Retornar al corazón. 

Apagar el incendio de los apetitos que tiranizan nuestra voluntad, y ser poseídos por el deseo de Dios.

Encontrarnos cara a cara con nuestro Creador y Padre. 

Para esto hemos nacido, para gozar de Dios, contemplarle y unirnos a Él, en el fuego del amor que todo lo transforma. 

Y hemos de volar alto, como el pájaro solitario de Juan de la Cruz.

Jesús, nuestro Maestro, pasaba en la oración solitaria grandes ratos, a veces incluso, según el testimonio de los Evangelios, toda la noche. Escuchando la voz del Padre, adorándolo, pidiéndole por nosotros y nosotras, rindiéndose a su voluntad. Amándolo.

El alimento de Jesús era hacer en todas las cosas la voluntad del Padre.

Oración solitaria,...para escuchar la voz de Dios, como el profeta Elías en la suave brisa de la cueva. El Espíritu nos lleva a la soledad para hablar a nuestro corazón.

Oración solitaria,...enfrentarnos cara a cara con nuestra pobreza, sin los disfraces que solemos usar delante de los demás. Dios nos pone delante nuestro pecado, para que lo entreguemos a los pies de su cruz, para curarnos, para perdonarnos, para que escuchemos de sus labios aquellas bellas palabras que dijo al paralitico que llevaban entre cuatro: ¡Ánimo, hijo, tus pecados te son perdonados!

Oración solitaria,...rendirnos delante de Jesús, aceptarlo como Señor y Salvador de nuestras vidas, determinarnos con todo nuestro ser a servirle y hacer su voluntad. Este mundo y su apariencia pasan presto, pero quien cumple la voluntad del Padre permanece para siempre.

Oración solitaria,...oración de combate frente a la tentación que nos asedia, como Jesús en el Huerto de Getsemaní. Revestirnos de la armadura espiritual, y resistir a las instigaciones del malo como un buen soldado de Cristo Jesús.

Oración solitaria,...escuela de profetas y misioneros, para que nuestros labios sean purificados con el carbón encendido que contempló el profeta Isaías, y podamos decir una palabra de fuego a los hombres. Recibir la unción del Espíritu Santo, y dar fruto permaneciendo unidos a Jesucristo, como el sarmiento al tronco de la vid.

El Espíritu Santo conduzca a muchos corazones a la oración del pájaro solitario, a la soledad del encuentro y del desposorio con el Dios vivo, combate donde se fraguan los profetas del inmenso amor del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Amén.


2 comentarios:

  1. Gracias, María Auxiliadora, cada día voy aprendiendo más y más, y la verdad es que estuve buscando como renovar el blog para este 2012,...me alegra un montón que te guste. Un saludo fraterno, y que el Señor nos bendiga en nuestro camino como blogueros, :)

    Marcelo

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