En medio de la avalancha de malas noticias que a veces tenemos que escuchar, el libro Dios ríe, de Antonio Cano Moya y Joaquín Suárez Bautista, nos trae un singular anuncio: el buen humor de Dios, que es cómo decir la esperanza de Dios en nosotros. Hay que repetirlo: la experiencia cristiana de salvación en Jesucristo no está reñida con la risa y el buen humor. Dios mismo, que ha inventado la risa al crearnos, cuando sana nuestro corazón, nos libera de las angustias y tristezas que soportamos, y nos hace partícipes de su gozo, una experiencia inefable que rejuvenece el espíritu, fortalece nuestro ánimo y nos convierte en esas “personas medicina” que tanta falta hacen en nuestro adolorido mundo.
Dios ríe, a través de una supuesta carta “apócrifa” de San Atanasio de Alejandría, padre de la Iglesia, va desgranando su exhortación apostólica al contento, su mandamiento a la alegría, su teología del buen humor, y lo hace con la cercanía de quien encuentra en el ministerio de la risa, un camino concreto para vivir el amor fraterno, en los mil detalles que ofrece la vida cotidiana.
Dios ríe es un libro que se deja leer, una lectura ideal para estos días de verano, una manera de refrescarnos y de remover nuestra espiritualidad con un toque humanismo y buen humor, con sabor a puro Evangelio.
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