Un clásico de Boney M, de finales de los 70, una canción basada en el salmo 137: "Cómo cantar un canto al Señor en tierra extranjera", que transmite la nostalgia de quién se siente lejos de Sión, y en medio de su destierro, evoca al Dios que palpita adentro, primicia de la verdadera patria.
San Pedro llega a decir que los cristianos, somos como extranjeros en la dispersión (1Pe, 1,1). Mezclados como la levadura en la masa, somos parte de este mundo hermoso que Dios vino a salvar en la persona de su amado Hijo Jesús, pero no hablamos el lenguaje del mundo, ni seguimos su mentalidad, ni sus ideales, ni su visión de las cosas, ni tenemos aquí puesta nuestra esperanza,...aunque también pretendan a veces que cantemos junto a los canales de Babilonia. Estemos alerta.
Anhelamos la nueva Jerusalén, ciudad del gran Rey, que empieza aquí: la nueva civilización del amor, de la justicia, de la fraternidad entre las personas, más allá de las barreras geográficas, históricas y culturales. La Jerusalén soñada se está construyendo aquí mismo, cuando practicamos el Mandamiento Nuevo del amor, ...a lo mejor no lejos de casa, en la misma esquina de nuestra calle.
Somos signo de contradicción en medio del mundo. Somos sal, lámpara, levadura,...
El Espíritu Santo nos haga sentir la añoranza de Sión.
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ResponderEliminarLe falta mas informacion pero tiene una gran venta en otros blog
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