miércoles, 6 de octubre de 2010

ELEANOR RIGBY: Un canto de los Beatles sobre la soledad



La canción Eleanor Rigby, de Los Beatles, t oca un tema para mi muy importante: la soledad. Aquí se refiere a la experiencia de tantas personas, particularmente del occidente desarrollado, que carecen de la atención, la compañía y el amor de quienes viven próximos a ellas, es decir, de sus prójimos.

Nadie puede vivir sin el afecto de los demás. Nos necesitamos mutuamente.

La ideología individualista, "pequeño burguesa" dirían algunos, que domina nuestro mundo, nos quiere hacer creer que se puede vivir un proyecto de felicidad sin los otros. En realidad, nuestras ciudades modernas han producido una legión de hombres melancólicos que se sienten afectivamente solos, en el pequeño drama de sus propias vidas.



A veces pienso en tanta gente llenando el "hueco" de su vida solitaria, en horas vacías de televisión, programas de cotilleos, futilidades,...

Gente que vive vidas virtuales a través de las redes sociales, sobre todo los jóvenes, pero que no cuentan con el apoyo real de un grupo de amigos,...

Gente que confunde sus necesidades de afecto y compañía, con una experiencia de sexo express, que a la postre los deja todavía más vacíos,...

Gentes que tienen que enfrentar solos las dificultades de la vida, los problemas económicos, la emigración, la educación de los hijos, la búsqueda de un empleo, una enfermedad, la muerte de un familiar, la vejez,...

Gente que no se siente querida y acompañada, y necesitan doparse con alcohol y otras drogas, ...un porro, una raya,...y "escapan" por un miserable ratito de la soledad.

Gente tan herida en sus relaciones con los demás, que no es capaz de tomar la iniciativa y acercarse a los otros. Les aterra ser rechazados.

Gente que no conoce a sus vecinos, gente que nunca comparte sus amistades con nadie, gente que vive encerrada en su propio mundo egoísta.

Cómo ven, hay muchas Eleanor Rigby y muchos Father Mackenzie caminando por nuestras calles de Dios. Basta abrir los ojos. Y sintonizar el corazón.

La Iglesia está llamada a crear espacios de comunión y encuentro entre las personas. Quizás nuestras macro-parroquias, donde la gente acude y reza sin conocerse, no favorecen esta experiencia de fraternidad.
Pero no olvidemos que la Iglesia somos nosotros: Vivamos desde ya la gracia de la comunión, abramos los brazos, tomemos la iniciativa, enlacemos a la gente, presentemos a nuestros amigos y conocidos entre si. Nosotros somos la sal de la tierra de la gran comunidad humana. Mezclemos a las personas, compañeros de trabajo, familiares, conocidos de la Iglesia,...quitemos murallas entre las personas.

No tienes que esperar que te saluden para tú saludar.

Seamos valientes, y que la fuerza sanadora del amor, que brota de Jesús de Nazaret, fluya como un río a través de nosotros.

Hablemos este tema tan importante con nuestros alumnos en la clase de Religión, especialmente cuando reflexionamos con ellos sobre el sentido de la vida, y lo que significa ser "persona", y ser "cristiano", en el mundo de hoy.

El Señor Jesús nos ayude, con su Espíritu Santo, a vivir en comunión de amor unos con otros. El ha vencido toda la soledad del hombre, en el misterio de la soledad de la Cruz: "Eloi, Eloi, ¿lema sabactani? - que quiere decir - "¡Dios mío, Dios mío! ¿por qué me has abandonado?" (Mc. 15,34).

2 comentarios:

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