Una de mis canciones favoritas: “The logical song” (La canción lógica), del conocido grupo de rock Supertramp.
Pero yo les invito a ir más allá,…
Si leemos la letra con atención encontramos la denuncia de esta modernidad nuestra que produce hombres en cadena, funcionales, prácticos, que se van incorporando como corderitos al engranaje productivo de la sociedad, sin llegar nunca a enfrentarse a las preguntas radicales, las que dan sentido y significado a la vida humana.
Porque después de haber aprendido a ser prácticos, racionales, eficientes, productivos, obedientes, funcionales, después de convertirnos en hombres masas, adaptados, de soportar existencias grises, cae la noche sobre nuestro corazón y nos cuestionamos: Más allá de todo, qué es lo que realmente hemos aprendido. Y entonces nos damos cuenta que ni siquiera podemos responder a la pregunta primera, la pregunta que está sobre toda otra pregunta: "Who I am?", ¿Quién soy yo?
Se refleja en esta canción el drama del hombre/mujer postmoderno. Nos hemos secularizado, hemos aparcado las cuestiones metafísicas, nos deshicimos de los mitos, la diosa razón se entronizó en el Notre Dame de la historia, hemos relativizado el sentido profundo del bien y del mal, y nos emancipamos del yugo de la religión,…pero, repito, cae la noche, y en la soledad gritamos: ¿Quién soy yo?
La respuesta no está en las cosas que poseo, ni en el trabajo que realizo, ni en mis éxitos o fracasos, ni siquiera en las personas que amo y me aman,…todo eso está muy bien, pero no bastan para definirme. Mire por donde se mire, la pregunta por la propia identidad remite a la dimensión religiosa y espiritual de las personas.
Los cristianos creemos que en el misterio de Jesús de Nazaret, los seres humanos encontramos nuestra identidad más profunda. Jesucristo revela a cada hombre y a cada mujer el significado radical y profundo de su propio ser: somos hijos e hijas muy amados de Dios, que nos ha creado a su propia imagen y semejanza, que nos ha dado una dignidad única, que nos llama a construir un mundo de fraternidad y justicia. En Jesús, el horizonte de la vida se abre al infinito, trascendiendo los límites de la historia, en la gloria inefable y festiva de la pascua eterna.
La canción es ideal para comentarla en clase de religión, especialmente para los temas relativos al sentido de la vida, y a la antropología cristiana de 1º de Bachillerato.
No tengamos temor en afirmarlo: El grito por el Who I am? se responde en la persona humana y divina de Jesús de Nazaret. Las palabras que el Padre pronuncia en el Jordán, están dichas también para cada uno de nosotros: “Tú eres mi hijo amado, en ti me complazco” ( Mc. 1, 11)
capo
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