Juan de la Cruz (1542 - 1591), poeta y cumbre de la mística cristiana, es un santo desconcertante. Hoy es su fiesta.
Comencé a leer sus escritos, de forma discontinua y azarosa, cuando no había cumplido aún los veinte años. De tarde en tarde vuelvo a revolotear por sus páginas, pues siempre tengo la sensación de necesitar una nueva relectura, al ritmo de mis propias estaciones espirituales, de esa vida de Dios en mi historia, de mis escaladas, con sus ascensos y sus noches, por los estrechos senderos del monte de la fe y de la gracia.
Hace falta a veces toda una vida para entender a un autor como Juan de la Cruz. Al principio, cuando comencé a leerlo, me resultó francamente oscuro. Admiraba, eso sí, su delicada poesía, la belleza de las metáforas, la riqueza de sus imágenes para expresar la experiencia de Dios. Pero su doctrina, con sus tremendas exigencias, me era difícil comprenderla.
Con los años, y las sucesivas relecturas, se me ha ido desvelando el concepto último, el que da sentido a la experiencia y la palabra de Juan de la Cruz: la unión con Dios. Para el santo carmelita los seres humanos hemos sido creados para desposarnos con nuestro creador, vivir una estrechísima unión de amor, un verdadero matrimonio que deifica a las personas, las transforma, las convierte en llama de amor viva.
En el camino para llegar a este alto estado de amor, se pasa por una serie de noches, o purgaciones, en que Dios va liberando a la persona de la tiranía de los apetitos desordenados, y la va desnudando de sus apegos y seguridades, para que por la sola fe, la esperanza y el amor, las virtudes teologales, el entendimiento, la memoria y la voluntad, es decir, las llamadas potencias del alma según la antropología clásica, se unan y se transformen en Dios.
La sola fe sirve de guía en esta noche oscura, pues Dios está más allá de lo que podamos sentir, gustar, experimentar o entender de su misterio. Igualmente la esperanza no se funda en posibilidades humanas, sino en el poder de Dios, en su fidelidad perfecta, en su eterna misericordia. Y el amor no es movido por nuestros caprichosos sentimientos, siempre tan variables, por el gusto o disgusto que nos ocasione el obrar la caridad, sino por Dios mismo, fuente y fin de todo amor verdadero.
Esta enseñanza, que no es leche espiritual sino alimento solido para crecer en Jesucristo, es camino real para conquistar la libertad interior y disponernos a gustar la gracia inefable de la contemplación, ...más allá de toda palabra o concepto, en ese mirar de Dios, "...que es amar y hacer mercedes"
Hoy, cuando hay tanta sed de experimentar al Dios vivo y verdadero, cuando estamos rodeados de tantas propuestas deshumanizantes, yo encuentro en Juan de la Cruz a un profeta de la altísima dignidad de la persona humana, un pregonero del inmenso Amor que nos está llamando a la comunión entre nosotros y con el Padre,...
Hoy, cuando tanta gente padece una verdadera noche del sentido, y la cuestión de Dios se oscurece en la mente y en los corazones de muchas personas, Juan de la Cruz tiene una palabra fuerte, que brota de alguien que ha vivido desde dentro el misterio, para señalar, con su vida y su palabra, al Dios siempre mayor, que prolonga su amor y su misericordia de generación en generación.
El Espíritu Santo suscite en nuestro tiempo profetas como Juan de la Cruz, verdaderos contemplativos, que testimonien en la historia la radicalidad del inmenso amor de Dios, y cuya palabra sea como un horno de fuego que encienda en los corazones la fe, la esperanza y el amor y renueven por dentro el deseo de vivir el misterio de la unión con el Padre, por Cristo Señor, en el Espíritu Santo. Amén.
Aquí les dejo dos obras de Juan de la Cruz: El Cántico Espiritual (B), y una colección de sus conocidos Dichos de luz y amor, sencillas sentencias que condensan lo mejor de su doctrina y pensamiento.
EL CÁNTICO ESPIRITUAL: DESCARGAR
DICHOS DE LUZ Y AMOR: DESCARGAR
gracias por empezar a conocer a S.Juan de la Cruz solo vi en Ubeda Jaén un museo que hay sobre su vida el los carmelitas descalzos.que bueno poder descargar los libros para leerlos con esta crisis no nos sobra el dinero Gracias Marcelo
ResponderEliminarHola amigo, me alegra un montón que conozcas a Juan de la Cruz, sus obras son un camino para acercarnos a esa experiencia de oración, de fe y de unión con Dios, nuestra vocación humana más alta. No sé si están funcionando los enlaces, en todo caso los estoy actualizando. Un saludo desde Tenerife
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