jueves, 11 de agosto de 2011

¿SE PUEDE ENSEÑAR A OTRO A TENER FE?: una reflexión a pie de Twitter


En una de mis vueltas por el Twitter, alguien me preguntó, un espécimen virtual de cuya existencia sólo consta un simpático avatar, si era posible que yo le enseñara a creer en Dios, a tener fe.

Confieso que la pregunta me gustó, y me dejó pensando unos minutos.

Pero como el ritmo de esta red social es trepidante, sin tiempo para muchas consideraciones, en el limitado espacio de 140 caracteres, le respondí lo mejor que supe en ese instante: no puedo, y sí puedo enseñarte a tener fe.




No te puedo enseñar a creer en Dios, porque la experiencia de la fe es para los cristianos y las cristianas un don, una gracia, que se nos concede gratuitamente, fruto del encuentro personal con Jesús Resucitado, de su designio de amor y de bendición para con nosotros y nosotras. Es una respuesta ante la experiencia de la salvación/revelación del amor del Padre, del anuncio de la oferta de amistad y gracia que encontramos en la persona de Jesús de Nazaret.

Esta experiencia puedo, en todo caso, compartirla y testificarla, con palabras y con vida. El testimonio de Jesús y del Evangelio, puede despertar en ti una semilla de fe y de esperanza que estaba muchas veces como dormida, y que de pronto florece al contacto con una comunidad, o con un discípulo. A todos nos habrá pasado, no sé si a ti, conocer personas que transparentan en su vida, en sus palabras, en sus obras, la presencia de un gran amor, y que son como un perfume, como un imán de bendición que reflejan a Dios en sus rostros, y nos atraen a él.


Además, aunque tú no seas creyente puedes conocer los contenidos de la fe que confiesan los cristianos y las cristianas, y ese estudio de la teología puede constituir un preámbulo que prepare tu corazón para la gracia del encuentro con el Señor. Se siembra la semilla, y luego ella por sí misma da sus frutos en ti, si quieres.

No te puedo enseñar a creer, porque cada ser humano es libre para aceptar la oferta amorosa de Dios. Pero el hecho mismo de que me hayas hecho esa pregunta, indica una luz en tu conciencia, una inquietud que el Señor ha puesto en tu corazón, ni más ni menos.

Todo es, amigo mío, libertad y gracia, don de Dios y respuesta del hombre.

Sólo puedo, perdona que me repita, testimoniarte mi fe y mi alegría, compartir contigo sobre los contenidos de la fe que profeso, y darte las razones de mi esperanza, de aquello que da sentido y significado a mí vida. Esa es mi parte.

El resto del camino es tuyo, te toca a ti dar tu propia respuesta, libre y responsable, ante uno de los interrogantes más cruciales de cualquier ser humano: Dios, y más allá de Dios, el misterio mismo de la existencia. No vale despacharlo de cualquier manera, sea que a la final creas o no, las consecuencias de tu respuesta bien merecen tu atención y tu búsqueda.

Sólo me atrevería a hacerte una sugerencia: escucha tu voz interior, la voz de tu propia conciencia, entra dentro de ti mismo, y en el silencio de tu corazón hallarás respuestas. Todos los seres humanos estamos llamados a buscar y experimentar la verdad, y a vivir según aquello que nuestra conciencia entienda que es verdadero, bueno y justo para nosotros, y los demás seres humanos.

Por supuesto, no me dio tiempo de exponerle a mi interlocutor cibernético ni la mitad de las cosas que he señalado aquí. Agradecí que alguien, en medio del torrente de trivialidades que ruedan por las redes sociales, se pensara esta pregunta, la madre de todas las preguntas, y me diera la posibilidad de reflexionar un poco sobre el asunto y de escribirlo aquí.

Acorde con el contenido de esta entrada, he reunido en un archivo zip tres artículos muy interesantes sobre el problema de la transmisión de la fe en el contexto de la sociedad actual; la dimensión cultural y social de la transmisión de la fe; y propuestas pastorales para una nueva evangelización en el marco del mundo contemporáneo.

Qué el Señor Jesús nos conceda a todos y todas la gracia de su Espíritu, para decir una palabra de luz y de sabiduría a nuestros hermanos y hermanas, y testimoniar el inmenso amor que hemos recibido gratuitamente de parte de Dios. Amén.

TRANSMISIÓN DE LA FE : DESCARGAR

2 comentarios:

  1. Que lindas palabras mi amigo,se ve que eres muy devoto de Dios,su Hijo y el Espíritu Santo.
    Dios te siga bendiciendo !!!

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  2. Gracias Irene por tus palabras, y tus deseos de bendición,...Viviendo en España, como ya sabes, no es raro que uno se haga preguntas sobre la posibilidad de comunicar la fe a otros, sobre todo considerando el ambiente tan secularista que prevalece aquí, y sin embargo, el ser humano, eso es lo bueno, no cesa de hacerse preguntas, y de buscar el sentido de las cosas.
    Un abrazote y que el Señor te bendiga,...
    Marcelo

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