Una canción de Bob Marley, One love, con la cadencia inolvidable del reggae, y un mensaje de humanidad, invitándonos a reconocer el poder del amor que nos une a todos los seres humanos.
El amor, la sal de la vida, la fuerza que mueve la creación entera, la medicina que cura las dolencias del espíritu, la razón última de la existencia.
Podemos vivir sin el móvil, pero no sin comunicarnos los unos con los otros.
Las redes sociales, el Facebook, el Tuenti,...pueden desaparecer algún día, pero lo que no morirá jamás es la necesidad humana de relacionarse, de tener amigos y amigas.
Nadie puede vivir de una manera digna sin recibir y dar el amor. Es nuestra vocación humana más radical.
A veces detrás de una zapatilla deportiva, de una camiseta de marca, de un cochazo, se esconde el reclamo de quién pide ser querido y valorado.
La canción de Bob Marley trasciende las fronteras, porque, precisamente, la necesidad de amar y de ser amado es de todos y todas, por encima del color, el origen social, la edad, la ideología, el dinero, la nacionalidad, etc.
Nosotros los cristianos creemos que es el amor que nos profesemos los unos a los otros, el criterio definitivo que testifica que somos discípulos de Jesucristo.
Este amor único viene de Dios, por eso, siguiendo la letra de la canción, alabemos al Señor por sus maravillas y vivamos en clave de fraternidad con el mundo que nos rodea.
En realidad, esta canción nos está hablando del cielo. No hay que esperar morirse para gustar el saborcito de la bienaventuranza eterna, basta que nos amemos de verdad los unos a los otros como quiere Jesús, y seguro que habremos comenzado el cielo aquí en la tierra.
¡Estimado Marcelo! Paz y Bien.
ResponderEliminarUna bella canción, un bello mensaje y una bella reflexión la tuya. Como siempre, aciertas de pleno. Tienes sensibilidad de artista. Te felicito por ello.
Me he permitido la libertad de transcribirla en nuestro blog http://reliengrande.blogspot.com/. Espero que no te importe.
Un abrazo fraterno desde Madrid.
José Manuel
José: Cuando necesite vitaminas de autoestima voy a leer tus comentarios porque creo que el Señor te inspira para animarme con tus palabras. Gracias amigo por enlazar mi pequeña reflexión en tu blog, sencillamente, una bendición, saludos desde Tenerife (por cierto me gusta mucho tu saludo franciscano)
ResponderEliminarUn abrazo fraterno,
Marcelo
¡Amigo Marcelo! Paz y Bien.
ResponderEliminarMereces que te mande un cargamento entero de esas vitaminas. Eres tú el que anima y eleva el espíritu cuando pones por escrito toda la fe y la riqueza interior con la que el Señor te ha bendecido.
En cuanto a mi saludo, te diré que, cristianamente hablando, crecí en la fe en un grupo de jóvenes de una parroquia administrada por carmelitas, pero cuando conocí la vida del santo de Asís y de algunos otros franciscanos, se abrió un hueco en mi corazón para ellos. De ahí el saludo, que asumí como deseo cristiano de bendición.
Un abrazo fraterno.
José Manuel