DÍA DE LA HISPANIDAD: ¿Qué celebramos, por fin?

Las fechas conmemorativas de la historia casi siempre están sujetas a las interpretaciones ideológicas de los que ostentan cualquier tipo de poder, ya sea político, intelectual, económico, etc. En este sentido, no existe una historia objetiva y neutral, siempre es una versión de los hechos.

Cuando era niño, en Venezuela, el 12 de octubre era el día de la raza, y todos los chicos pintábamos las tres carabelas de Colón sobre un mar azul y un indio musculoso recibiendo al Almirante genovés. A mí la actividad, sencillamente, me encantaba, sobre todo si la maestra elegía mi dibujo para colgarlo en la cartelera de la clase.

Años después, ya en la universidad, el nombre alusivo a la raza resultó políticamente incorrecto, había que decir expresiones tales como Los no descubiertos, o el día del Respeto por la diversidad cultural, o uno más eufemístico: El encuentro de dos culturas.

En Venezuela, según sé, se va imponiendo un término con claro sabor reivindicativo: El día de la resistencia indígena. 

Aquí en España tampoco es un tema fácil, no están muy reconciliados los españoles con su pasado colonialista, y se ha impuesto el más genérico: Día de la hispanidad, expresión que suele apelar a los valores comunes de todos los pueblos que tienen como matriz cultural la lengua española, con todo lo que ello significa. Además, para los españoles es el Día de la Fiesta Nacional, y festividad de Nuestra Señora del Pilar, patrona, precisamente, de la hispanidad.

En medio de este tinglado de nombres, no sé por fin si la celebración de lo que tradicionalmente se conocía como el descubrimiento de América sigue vigente, o la simple alusión a este hecho, ya no sé cómo llamarlo, es mejor omitirla porque es sospechosa de esconder algún tipo de matiz ideológico justificativo, por ejemplo, del colonialismo o de otras plagas de la historia.

Es curioso, ni siquiera los españoles hablan mucho del descubrimiento de América, un "pequeño detalle" del Día de la Hispanidad que pasa por debajo de la mesa.

Desde un punto de vista cristiano, la cosa se complica más si cabe, pues aunado al problema de cómo nombrar este día sin ser objeto de sospecha, se suma el asunto de la evangelización americana, gracias a la cual las naciones que componen el orbe hispano son mayoritariamente católicas. La Iglesia de España, es la Iglesia Madre de las Iglesias de América Latina. Y esta "maternidad" comenzó, precisamente, el 12 de octubre de 1492.

Más allá del palabrerío grandilocuente que suele acompañar la celebración de este día, la historia es la historia, y en esa historia encontramos los hispanos de las dos orillas nuestra identidad.

El conocimiento de nuestra historia, con sus luces y sus sombras pero nuestra, crea un fuerte sentido de pertenencia a un tronco cultural común.

Por mi parte, lo tengo claro, en mi doble condición venezolana y española, soy un hispano de pura cepa. La identidad la da la cultura, el patrimonio de la lengua española, y la experiencia de algunos valores universales que en el contexto latinoamericano y español adquieren su propia idiosincrasia.

A sabiendas que esta reflexión tiene tela, llámese como se llame este día, celebremos con orgullo y espíritu fraterno nuestra condición hispana, y que tanto españoles como latinoamericanos sepamos mirar juntos nuestro pasado común, y hacer camino en la construcción de sociedades más justas y solidarias. Amén.