Del martes 17 al lunes 23 de abril, por iniciativa del profesorado de Religión de nuestra zona de Granadilla (sur de Tenerife), 87 alumnos y alumnas de los IES Granadilla de Abona, El Médano, Los Cardones y Magallanes, acompañados de 9 profesores y dos guías, nos fuimos de viaje de estudios a la Península, en concreto a las comunidades de Cataluña y Valencia.
Entre otros lugares de interés visitamos Salou; la comopolita ciudad de Barcelona, la Sagrada Familia, Las Ramblas, la estatua de Colón, el impresionante santuario de Montserrat, el Camp Nou (sede del Barsa); la bonita ciudad de Valencia, la Catedral, la Lonja, el centro, la Ciudad de las Artes y las Ciencias; Tarragona, Castellón de la Plana, Peñíscola, Gandía, el Delta del Ebro, la Albufera de Valencia,...
Y entre parada y parada, kilómetros de carretera, un tiempo para dejarnos invadir, a través de las ventanas de la guagua, por el paisaje catalán-levantino, con sus llanuras, con sus hondonadas; y, paralelamente, un momento privilegiado para conocernos más, para dormir, para cantar, para reír y también, quién dice que no, para aprender a soportar juntos el tedio del camino, convirtiendo la guagua en una verdadera escuela de paciencia.
Viajando, y compartiendo, con los chicos y chicas siempre se aprende, sobre todo cuando la convivencia mutua no se limita a unas horas de clase sino que abarca las 24 horas del día, una magnifica oportunidad para conocer su mundo en vivo y en directo. Hablando en plan profe, de mi experiencia en esta semana de peregrinaje con los alumnos y alumnas, varias cosas llamaron mi atención:
* Vivir permanentemente conectados: Los jóvenes están las 24 horas del día conectados los unos con los otros, a través de dispositivos de comunicación móvil, llámese blackberry, iphone, smartphone, etc., ya sea a través de las redes sociales, o por medio de aplicaciones como el whatsapp. Simultáneamente a la experiencia, cuentan lo que están viviendo, y quieren que la humanidad se entere de que lo están viviendo en el mismo momento en que lo comparten,...Ante esta realidad indetenible, ¿cómo hemos de actuar los padres y los educadores? Es un tema que ya hemos tocado en este blog: 6 razones para educar a los niños en el uso de las redes sociales y, con un toque más personal: Las redes sociales, ¡basta ya!
* ¿Cuánto falta para,...?: Muchos chicos viven en una permanente fuga del momento presente, sin disfrutar realmente el aquí y el ahora que les toca vivir. Si van en camino, preguntan cuánto falta para llegar; si llegan a un sitio, vuelven a la carga, y ya están pensando en irse. Están absorbidos por lo inmediato, y, claro, lo inmediato es siempre fugaz, tan frágil como un instante que pasa. Y, por supuesto, ¡no quieren esperar!, un avión, un servicio de mesa, bajarse de la guagua, etc. Hay que educar, y educarnos nosotros mismos, en el disfrute de lo presente, pues no se vive simplemente para el futuro, se vive ya, ¡ahora mismo! A veces corremos el riesgo de desperdiciar lo bueno que se nos da, por tener el corazón en un futuro que todavía no existe.
* Sin normas, no hay convivencia: Algunos chicos, pocos en realidad, les cuesta un montón pasar de una mentalidad individualista, centrada en sus propios intereses y deseos, a una mentalidad más asociativa y grupal, donde los deseos individuales se ajustan a la dinámica del grupo. En la práctica la inmensa mayoría de los alumnos se muestran capaces de respetar los acuerdos del grupo, y de asumir las normas de funcionamiento, pero casi siempre nos encontramos con un par de chicos o chicas que quieren ir "por libre". Educar en estas actitudes no es fácil, las expectativas personales no siempre coinciden con la realidad que se nos ofrece. En este sentido, la dinámica de un viaje de estudio es un excelente medio para fomentar la competencia social y ciudadana, y la competencia relativa a la autonomía e iniciativa personal.
* Los jóvenes sí que saben convivir: Aunque en el punto anterior he hecho referencia de algunos chicos y chicas que les cuesta un poquito más el tema de la convivencia, en general la mayoría de los jóvenes se muestran coherentes y actúan durante el viaje incluso con mayor madurez que en el instituto: saben ser puntuales, se integran rápidamente, siguen las indicaciones de los profesores, son comunicativos, comparten sus cosas, son participativos y entusiastas, saben ser amables y agradecidos, soportan con paciencia las pequeñas contrariedades de un viaje, y se muestran dispuestos a colaborar. Además, lo reconozco, ¡qué divertido me resulta en ocasiones escucharles, y estar en medio de ellos y ellas, con sus ocurrencias, con sus preguntas, con sus agudos comentarios!,...¡¡Es una pasada!!
Más allá de las bellezas geográficas que conocimos estos días, del encuentro con el arte y la cultura de Cataluña y de Valencia, el mayor premio ha sido, sin duda, la alegría compartida, la experiencia de la mutua amistad y del compañerismo, lo que en cristiano llamamos fraternidad, una verdadera escuela donde florece y madura la vocación más radical: ser persona, viviendo y conviviendo con los demás.
No quiero terminar este post sin agradecer a todos los compañeros profesores de otras asignaturas que nos acompañaron en esta experiencia, especialmente a Natalia, profesora de Plástica de mi centro. A todos ellos, también a los alumnos y alumnas participantes, ¡¡Gracias!! Que la semilla de amistad que se sembró estos días, dé abundantes frutos y nos sirva de motivación para seguir en ruta, jornada tras jornada, porque, se mire por donde se mire, la vida es siempre un camino.
Para conocer otras experiencias relacionadas con el tema de la convivencia en los viajes de estudio, les recomiendo: Lanzarote, el valor de la convivencia
Amigo cuanta alegría me embarga saber de la convivencia con tus alumnos, debe ser hermoso compartir durante una semana con jóvenes llenos de alegrìa, entusiasmo y vigor. Me hizo gracia, que la guagua, se haya convertido para ustedes "una escuela de paciencia",jajaja, me lo imagino.
ResponderEliminarQue Dios te bendiga, un abrazote.
Gracias Irene por tu comentario, así es, la verdad es que termina uno físicamente agotado, pero feliz de haber participado en la experiencia. En relación a lo de la guagua, quizás los chicos acostumbrados a la distancias de Canarias, se les hizo un poco difícil jornadas de dos o tres horas,....¡¡¡Pero también es cierto que en el mismo autocar hubo momentos muy divertidos!!!
EliminarUn abrazo :)
Marcelo