miércoles, 25 de abril de 2012

Los primeros minutos: El arte de empezar la clase


La escena se repite cada mañana: suena el timbre, entramos al aula, los alumnos y alumnas se sientan, los murmullos se van apagando, y aquel pelotón de jóvenes adolescentes le mira a usted, que permanece de pie, detrás de la pizarra, o sentado en el escritorio,...

- Señoras y señores, shhhhh, hagan silencio, ¡comienza la clase!

Con los años me he dado cuenta de la importancia que tienen los primeros diez minutos de clase, cuando la atención de nuestro auditorio está aún despierta, a la espera de los compases que va marcando ese pequeño director de orquesta que es el profesor o la profesora.

Con frecuencia un buen comienzo de clase, puede marcar la diferencia, disparando la motivación al aprendizaje, y favoreciendo una buena actitud.

Hay algunos profesores que de golpe y porrazo entran de lleno en materia, preguntan simplemente dónde habían quedado en la sesión anterior, y ¡cataplún!, retoman su discurso explicativo, casi siempre agobiados por el tiempo y la programación. Quizás funcione con los alumnos y alumnas más aplicados, pero  la mayoría de los chicos y chicas requieren un clima emocional y cognitivo, que les ayude a pasar de la asignatura de Lengua o de Sociales, por ejemplo, al estudio de la Religión.

¿Cuál es la forma ideal para empezar una clase? Realmente no existe una norma única a seguir, cada profesor va desarrollando sus propios recursos y estrategias según su formación y estilo pedagógico. Y aunque cada quien debe adaptarse a su propio contexto de aula, quiero compartir con ustedes algunos pasos que considero necesarios y que forman parte, entre otros muchos, de lo que podemos denominar el arte de empezar.

1. Saludar: Es el primer abrepuertas de la vida social, y a veces, sencillamente, se nos olvida. No es necesario, ni conveniente, extenderse mucho en este paso, basta con "Buenos días, chicos, ¿cómo han estado?", dicho con efusividad y mirando a los rostros del alumnado. He descubierto que saludar es una forma de reconocimiento del otro como interlocutor, lo que predispone a la comunicación mutua.

En este momento, si sabemos que se ha incorporado un nuevo alumno o alumna al grupo, podemos añadir algunas palabras de bienvenida.

2. Revisar que cada quien esté sentado en su sitio, un consejo válido sobre todo para los primeros cursos de la ESO. Añado una manía personal: verificar que las mesas estén ordenadas, y el aula en condiciones para dar la clase. Siempre recuerdo aquel principio de la filosofía medieval: el orden externo ayuda al orden interno.

 3. Presentar el plan del día, los puntos a tratar en la clase, la distribución del tiempo, los recursos que se van a utilizar. En este momento, es conveniente, si procede, recordar la importancia de las normas de convivencia, por ejemplo el respeto al turno de palabra, y los criterios de evaluación de la clase.


4. Escriba en la pizarra el título de la unidad, con letras llamativas y utilizando una frase sugerente, tal y como señalábamos en la entrada: El Pizarrón: 10 tips para su uso motivacional en el aula 

5. Entrar en materia: De las muchas formas como podemos iniciar el tema de la clase, sugiero estas tres que pueden resultar interesantes:

 Cuente una buena historia: Empiece contando una pequeña historia relacionada con el tema, mejor si está basada en la vida real. Añádale cierto suspenso, y apele a las emociones.

Lance una pregunta: Prepare una buena pregunta, mejor en forma de desafío, que sirva para despertar la mente de los estudiantes, y que pueda conducirlos por la senda del tema a tratar.

Diga una frase inesperada: Sorprenda a los alumnos con una frase inesperada, y según sean sus reacciones, vaya aclarando los conceptos hasta ir entrando de lleno en el tema.

Recuerde que estos son sólo recursos para encender la motivación al inicio de la clase, lo importante a continuación es indagar los conocimientos previos que tienen los alumnos sobre los contenidos a tratar, y, en base a esto, desarrollar la unidad con los recursos y las actividades que hayamos planificado.

6. En la variedad está el gusto: ¡No hagamos siempre lo mismo!, un día en vez de contar una historia, podemos ver un vídeo o escuchar una canción que haga referencia al tema, otro día se puede leer una noticia y comentarla, o proponer una tarea por pequeños grupos, y luego debatir los resultados. Sencillamente, las posibilidades son infinitas.

Un último consejito: ¡Seamos pacientes! No siempre la estrategia del inicio de clase logra despertar el clima motivacional del curso. Sigamos adelante, navegando en medio de la dinámica del grupo, con humildad, y, sobre todo, con buen humor. Para ello puede servirnos de ayuda el conocer algunos trucos para la gestión del aula.


 


4 comentarios:

  1. ¡Querido Marcelo! Paz y Bien.

    Amigo, eres una fuente de sorpresas... y de inspiración: cristiano, teólogo, artista, profesor, pedagogo,... y seguro que me dejo algo en el tintero... je, je. Tienes toda la razón, al proponer tener un método de trabajo que conecte con nuestros alumnos y en la necesidad de ir cambiando de metodología para no hacer siempre lo mismo y que los alumnos no lo vivan como algo repetitivo y aburrido. La complejidad está en tener muchos grupos y niveles que atender, pues, a veces, lo que te vale para un grupo, es inapropiado para otro, incluso del mismo nivel. Pero, aún así, no hay que perder la ilusión, la esperanza de que algo les queda y, como dices, la paciencia.

    ¡Oye! Muy interesante la actividad extraescolar que habéis hecho por Valencia y Cataluña. Es en estas actividades, cuando la convivencia es continuada, donde se conoce mejor a los alumnos y se establecen mejores relaciones con ellos que, luego, mejoran el ambiente de clase.

    ¡Mucho ánimo y a continuar así!

    Un abrazo fraterno desde Madrid.

    José Manuel

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    1. ¡Gracias!, José Manuel, por tus hermosas palabras, de fraternidad y reconocimiento desde esta realidad tan peculiar como es la blogsfera. A veces sucede que en los cacharros menos elegantes de casa sale bueno el cocido, por lo que es preferible hablar y decir de las pequeñas cosas que vamos viviendo, a ver si el sembrador recoge algún fruto. En deuda estamos siempre con el Señor. Sin él no podemos hacer nada. A él toda la gloria. Dios bendiga siempre porque veo que das a manos llenas de tu generosidad.

      En estas entradas voy ordenando las cosas del día a día de la clase, a veces sin orden ni concierto sino como las voy viviendo. Creo que todos podemos aprender de la práctica, a veces basta con sentarse un rato y ordenar las experiencias para que no se pierda la riqueza de lo vivido.

      un abrazo,

      Marcelo

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  2. Le agradesco estos tips, me gustaría me ayuden con un inquietud, en las fotos que veo ustedes trabajan con cursos de pocos integrantes, en mi caso trabajo con cursos de 40 estudiantes en aulas muy reducidas que algunas veces no hay mesa del profesor ni se puede pasear entre los pupitres.... como hacer para conservar la disciplina y la formación integral a la que tienen derecho estos niños?
    Gracias por sus aportes, Dios les bendiga

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    1. Hola, un saludo,...conozco las dificultades que mencionas, porque las fotos en realidad no son de las aulas donde trabajo (¡están tomadas de Google!). En general, la estrategia docente debe siempre adaptarse al contexto de aula, por lo que cuando nos tocan aulas masificadas (aquí en España está empezando a ocurrir desde hace pocos años), debemos prever con antelación las dificultades. En general, hay que invertir tiempo en lograr un clima de convivencia adecuado. No se logra de la noche a la mañana, pero se va avanzando clase tras clase, con paciencia. Es importante que los chicos conozcan las normas mínimas de comportamiento en clase, y que se establezcan los hábitos que predisponen al estudio (sacar el cuaderno, escuchar, pedir turno de palabra, etc.) Mientras más complicada sea una clase, más trabajo de planificación para el maestro, debemos hacer acopio de actividades prácticas que los mantengan ocupados, y saber que, por lo general, la capacidad de atención de los adolescentes no es muy constante por lo que debemos ser precisos, y evitar los discursos largos pues a la final se distraen y desconectan. Es importante en todo momento mantener la autoridad en el aula, y adjudicar con tino el lugar donde deben sentarse, aunque en muchos casos encontremos resistencia en el alumnado.

      La evaluación continua suele ser tener efectos motivadores. Por lo demás, llevar todo preparado nos ayuda a estar relajados, y los alumnos lo captan, nosotros somos el capitán del barco.

      Muchos saludos amiga, y bueno, orar mucho para que el Señor, en medio de nuestras limitaciones, nos ayude a ser buenos profesores, y canales de su bendición para los jóvenes.

      Un abrazo desde Tenerife,

      Marcelo

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