El Padre Carlos Bazarra, misionero capuchino, es uno de esos cristianos con los que te tropiezas en la vida y sientes muy cerquita la bondad de Dios. Es como un misterio. Algunos dirán que son imaginaciones mías. Pero es que hay gente que refleja caridad por los cuatro costados. Dios es caridad. Y la caridad es un bien que no es fácil esconder, se difunde, se derrama como el perfume de la mujer aquella en los pies de Jesús, ...que inundó toda la casa, dice el Evangelio.
Hace unos diez años, justo antes de venir a España, hice un retiro con Bazarra. El tema: el amor, la compasión a los demás, la misericordia como estilo de vida, ...no juzgar al hermano, sufrir la miseria del otro, soportar su pecado, aceptar su pobreza, meternos "dentro" del sufrimiento, comprender, llorar con los que lloran, reír con los que ríen, consolar, acompañar. Testimoniar al Dios misericordia, el Dios Padre que mostró su rostro en el misericordioso Señor Jesús.
A veces he tenido la suerte, sobre todo en el sacramento de la Reconciliación, de encontrarme con algún ministro del Señor que me transmite esa experiencia de la misericordia del Dios vivo, que cuando perdona, no se anda con chiquitas, perdona de verdad, nos acoge en su familia y nos infunde esperanza para seguir adelante. Bendito sea Dios por estos sacerdotes buenos, y son tantos, que hay en nuestro Santa Iglesia, que han vivido en su propia vida la misericordia de Dios, y por eso saben decir una palabra fuerte del inmenso amor de Dios para con los hombres.
Vivir la misericordia, en el espíritu de las bienaventuranzas, es participar del ministerio mesiánico de Jesus, es ser uno mismo, para los demás, como una nueva bendición de Abraham, como un año de gracia que Dios renueva en nuestra sonrisa. Como pide bellamente la liturgia de la Iglesia: "Danos entrañas de misericordia ante toda miseria humana, inspíranos el gesto y la palabra oportuna frente al hermano solo y desamparado, ayúdanos a mostrarnos disponibles ante quien se siente explotado y deprimido" (Plegaria Eucarística V).
"Felices los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia" (Mt 5,7)
VIVIR LA MISERICORDIA: DESCARGAR
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