VIVIR EN ALABANZA

El libro Vivir en Alabanza, del dominico Vicente Borragan, es un bello recorrido por la plegaria de alabanza a Dios, que fluye como un manantial por toda la Palabra, una experiencia que acompaña al pueblo de la Biblia en su historia, testimonio de esa vocación universal del hombre y la mujer de ser Alabanza de su gloria ( Ef. 1, 12). 

La oración de alabanza, que el Espíritu Santo suscita en los corazones, es un reconocimiento de la suma grandeza del Dios vivo, de su majestad e imperio, de su bondad y misericordia. Alabar a Dios es hacer "memoria" de sus maravillas en la historia de la salvación, es agradecer sus bendiciones y confesar su amor providente actuando en nuestras vidas, incluso en los momentos difíciles.

Bendecir a Dios en medio de los problemas de la vida, es un ejercicio de fe en la fidelidad de Dios para con nosotros, sus amados hijos e hijas. Es reconocer que el amor de Dios cuando permite el sufrimiento y la tribulación, es para que ganemos un bien mayor. " Sabemos que en todas las cosas interviene Dios para bien de los que le aman" (Rom 8,28)

Con respecto a esto, encontré en la Didaché (Doctrina de los doce apóstoles), un venerable texto cristiano del siglo II, lo siguiente: "Tendrás por bueno cuanto te sobrevenga, consciente de que nada sucede sin que Dios lo permita" (III, 10).

Cuando tenemos un problema, si empezamos a alabar a Dios por ese problema, si le damos gracias por permitirlo en nuestra vida, dejamos de centrarnos en el problema, y ponemos la mirada en Cristo, nuestros ojos en el Salvador, que es quien nos ayuda a salir del problema. El es nuestro auxilio y escudo.

Alabemos a Dios con todo nuestro corazón, y recojamos los frutos de la plegaria: una paz profunda, una fe viva, una mayor confianza y esperanza en su gran amor y en su victoria. Como dice aquel canto tan alegre: "Cuando el pueblo del Señor alaba a Dios, suceden cosas, suceden cosas maravillosas, hay sanación, liberación y se siente la presencia del Señor"

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