Tengo que reconocer que el Adviento es de los tiempos del año litúrgico que más me mueven por dentro. Es como si en medio de mis acelerados días, tuviera un presentimiento bonito, una intuición fuerte, de la inapreciable bondad y misericordia de Dios.
Sí, sí, me digo, hay que tener esperanza, hay que abrir las puertas a la alegría, ...¡el Señor viene!,...(y no es cuento).
Y aunque la vida se me vuelve un remolino de cosas, creo que a casi todos nos pasa por estas fechas, y con frecuencia me despisto de lo que verdaderamente importa, sigo teniendo la misma expectativa.
Después de haber vivido el "rato" que he vivido, no tengo reparo en confesar: tener esperanza no es nada fácil.
Tantos fracasos en el haber de nuestras cuentas, tanto sufrimiento en nuestro cerca y en nuestro lejos: violencia, enfermedad, soledad, desempleo, crisis económica,...
Tantos fracasos en el haber de nuestras cuentas, tanto sufrimiento en nuestro cerca y en nuestro lejos: violencia, enfermedad, soledad, desempleo, crisis económica,...
Humanamente hablando tener esperanza es una verdadera locura.
Pero la esperanza que yo hablo no se funda en fuerzas ni en razones humanas sino en Dios, en su gracia, en su poder, y sobre todo en su gran misericordia para con nosotros.
La última palabra en la batalla de nuestra vida la tiene la misericordia de Dios. Siempre recuerdo una hermosa frase de la Regla de san Benito, un escrito cristiano del siglo VI: " Jamás desespere de la misericordia de Dios"
¡Vivamos el Adviento!, que el trajín de estas semanas no nos distraiga de lo importante: prepararnos para recibir a Jesús, que nace en el portal de Belén.
Vivamos el Adviento en clave bíblica, volvamos el corazón a la Palabra del Señor, y también en clave solidaria, que sea un tiempo especial para compartir con nuestros hermanos más necesitados, participando en campañas especiales en nuestra comunidad, o centro educativo: recogida de juguetes, alimentos, etc.
Vivamos el Adviento con María, la virgen de la espera, que ella nos introduzca en el misterio del Hijo de Dios, en la sagrada humanidad de Cristo, de donde nos han venido todos los bienes,
Cristo, la razón y el fundamento de toda nuestra esperanza.
Cristo, la razón y el fundamento de toda nuestra esperanza.
Para profundizar en la espiritualidad de este tiempo tan especial, les ofrezco el libro de José Aldazabal : Enséñame tus caminos: adviento y navidad día tras día, el cual nos presenta una excelente introducción a la liturgia de estas semanas, y un comentario sobre la Palabra que se proclama cada día en la Eucaristía, siempre en el marco de los grandes temas que marcan la vida cristiana en el Adviento: la segunda venida de Cristo, la Encarnación, Juan el Bautista, María, los profetas,...
Que el Espíritu Santo, que cubrió con su sombra el seno virginal de María, nos revela a cada uno las grandes riquezas de bondad y misericordia que esconde el Adviento.
ENSÉÑAME TUS CAMINOS: DESCARGAR
Marcelo... Gracias por compartir tantas cosas hermosas en tu blog... Intento descargar el material adjunto, pero me dice mi ordenador algo asi: El enlace del archivo que has solicitado no es válido. será problema de mi conexion??
ResponderEliminarBladimir, un abrazo amigo, gracias por visitar estas páginas y que el Niño Dios te colme siempre de bendiciones. Te cuento que había un error en el enlace y ya lo he corregido, por lo que ya se puede descargar perfectamente el archivo.
ResponderEliminarGracias de nuevo, y
Un saludo,... Marcelo
Hola que tal Marcelo me da mucho gusto que siga habiendo sitios como este que promuevan tantas cosas lindas que hay en la vida por descubrir. Un abraza y un cordial saludos desde Perú. Bendiciones.
ResponderEliminarDiego | Musica cristiana
Muchas gracias por tus palabras, que el Señor nos llene de bendiciones para que en este camino de la Navidad experimentemos la gracia de la misericordia, y que vivamos siempre en clave de fraternidad
EliminarUn saludo para ese pueblo hermano del Perú