A este servidor, tan poco dado a los sorteos y juegos de
azar, el amigo Jesús Marrero, @jebeloal, le ha otorgado un premio: Déjame ver tu alma,
un sencillo repertorio de preguntas para que ese ser que soy yo mismo se dé a
conocer a otros,… ¡Vaya! Él mismo reconoce que no es tarea fácil,
aunque como decía Don Basilio, un venerable profesor de los de antes, por más disfraces
que nos pongamos al escribir, no hay vuelta de hoja, siempre estamos dando
cuenta de nosotros mismos.
Esto de dejar ver el
alma tiene su ciencia. Recuerdo de mis febriles lecturas teresianas, aquel
consejo de la santa carmelita: ahondar en el “conocimiento propio”, base para
crecer en la humildad, que no es otra cosa que “andar en la verdad” de lo que
somos delante de Dios y de los hombres, sin falsos espejismos ni engolados
miramientos narcisistas. La verdad, y sólo la verdad, y nada más que la verdad,
que con ella ya hay bastante.
Fue Sócrates, uno de los padres fundadores de la filosofía,
quien nos dio aquel atinado consejo, que no por antiguo deja de estar vigente: “conócete
a ti mismo”.
Con estos precedentes, tomo el desafío, y entro de lleno en
el asunto:
1. ¿Cómo te definirías a ti mismo/a?
Soy un hijo de Dios, agradecido del regalo maravilloso de la
existencia.
Un ser humano que ha encontrado su identidad más honda en la
persona de Jesús de Nazaret. Quizás la palabra que mejor defina esta experiencia
sea la de testigo. Sí, a pesar de mis
fallos e incoherencias, doy testimonio de un amor inmenso que tocó mi vida
cuando apenas tenía 16 años, y que la ha marcado para siempre.
Gracias a Jesús he logrado encontrarme conmigo mismo. Su
perdón y su misericordia han dado un sentido nuevo a mi vivir, y me han ayudado
a descubrir mi propia dignidad humana, y a reconocer en las otras personas a mis
hermanos y hermanas.
Sé que a algunos mi respuesta les puede parecer excesivamente
religiosa, pero es lo que hay.
Por lo demás, me considero un luchador nato, un buscador de
la belleza, un optimista incorregible, un curioso indagador de lo que se
esconde detrás de las palabras.
Soy también un hombre que a fuerza de fracasar millones de
veces, ha aprendido a tener esperanza.
2. ¿Cómo definirías la amistad?
La amistad es una de las experiencias humanas más radicales,
donde confluyen comunicación, empatía, fidelidad, libertad, entrega,
aceptación.
La amistad es una necesidad humana vital. No tener amigos y
amigas que lo quieran a uno, es la mayor de las pobrezas.
Como emigrante de las dos orillas, lo más que se echa de
menos son, precisamente, los amigos que hemos dejado atrás.
3. ¿Crees en al amor vía Internet? Si crees ¿Te ha sucedido
alguna vez enamorarte de alguien por este medio?
Creo en el Internet como una vía de encuentro entre los
seres humanos, y, cómo no, también puede ser un medio expedito a través del
cual dos personas pueden llegar a conocerse, aunque nunca me ha sucedido.
Sin embargo, en la Red nuestro encuentro es siempre virtual, lo que no puede compararse nunca
con la realidad real, donde los seres
humanos tienen carne y sangre, y cada quién es lo que es, sin engaños, tan
frecuentes, por cierto, en estos predios cibernéticos.
El amor demanda, parafraseando a Juan de la Cruz, la
presencia y la figura del amado o la amada, más allá de un simpático avatar en
la pantalla del ordenador.
4. ¿Qué te gusta más, el día o la noche y por qué?
Definitivamente, soy un amante consumado del misterio de la
noche, en ella me refugio cada vez que quiero pensar y encontrarme, es el marco
ideal para escribir y escuchar ese otro yo
que me habita, y que habla cada vez que comienzo a hilar palabras.
Siento verdadero placer estético y espiritual por la
contemplación tanto del amanecer como del atardecer.
Lo más duro de llevar para mí son las tardes,… ¡Siempre
estoy hecho polvo!
5. ¿Para ti qué va antes, el amor o el sexo?
Por supuesto, el amor.
El sexo sin amor es triste, y a la postre te deja vacío el corazón.
Sé que la cultura contemporánea nos impone una visión hedonista
y relativista de la sexualidad, pero ella no es cónsona con la dignidad inmensa
del hombre y la mujer.
En este punto, me suscribo a la buena noticia cristiana
sobre el don de la sexualidad humana.
6. ¿Café con o sin leche?
Sin dudarlo, me gusta el café al estilo venezolano, el
conocido guayoyo, clarito y sin leche.
Soy un cafedicto, puedo estar tomándolo todo el día, y no me hace ningún efecto
que yo me dé cuenta. Además, lo tomó desde hace años sin azúcar.
Lo primero que hago en la mañana es montar mi jarra de café.
La primera taza me reconcilia con el día, y siempre me sabe a gloria bendita.
7. Qué elegirías entre dos cosas ¿Recibir un beso de alguien
enamorado de ti pero a quien tú no correspondes, o besar a alguien a quien
quieres pero que no te corresponda?
En esto del besar no estoy yo muy ducho, pero como soy tan
querendón cualquier muestra de cariño me hace ilusión. Con todo, creo que no me
decanto por ninguna de las dos opciones.
Si acepto recibir un beso de alguien a quien yo no
correspondo, puedo crear falsas expectativas sobre un amor que realmente no
siento, y ello me parece que es engañar, y hacer daño a la otra persona.
Puesto en la situación contraria, qué quieren que les diga,
tampoco me parece adecuada, porque el amor demanda el libre deseo mutuo, si
ello falta es como engañarse a uno mismo, y ello hace que pierda interés para
mí.
8. ¿Qué odias y que te atrae de una persona?
Siento simpatía por las personas abiertas, creativas, con
sensibilidad social, emprendedoras, sinceras, comunicativas, con inquietudes
artísticas e intelectuales.
Por lo demás, más que odiar, un sentimiento extraño en mí,
no tengo la misma afinidad con las personas rígidas de pensamiento,
esquemáticas, recelosas de lo nuevo o lo foráneo, desconfiadas y amuralladas en
el cerco de lo cotidiano.
9. ¿Crees en el amor a primera vista?
Creo más bien en una primera atracción mutua, que va más
allá de lo meramente físico, y que incluye aspectos como la forma de ser, la
personalidad, etc.
Llamar amor a esto
es mucho decir. Los sucesivos encuentros son los que van a confirmar, o no, si esta
primera intuición es verdadera.
El amor exige el conocimiento del otro, y, ello requiere
tiempo, y tener los ojos bien abiertos, y darse cuenta si el modo de ser, los
valores, el núcleo de esa persona, es compatible con nosotros.
10. ¿A qué tres blogueros pasarías estas preguntas?
Una pregunta difícil que me ha hecho revisar a mis
seguidores en las redes sociales.
Empezaré por Daniel Esparza, @Esparzari, el hombre de los
mil rostros, creativo, pensador, poeta,
comunicador, y, sobre todo, un campeón de la amistad, espero que con su
desparpajo acostumbrado se divierta un rato con estas preguntas.
He pensado también en Gretta Ontiveros, @Grettisima,
compañera del bachillerato y, sobre todo, amiga de toda la vida. Durante estos
años siempre ha sabido estar cerca, animando al grupo de nuestra promoción,
compartiendo sus valores como persona, esa riqueza humana que la caracteriza.
Y por último, quiero enviar este premio a un amigo del
Twitter, Francisco Javier Sánchez, @fjavi_sanchez, un colega profesor con quien
siento gran coincidencia de intereses. Sus twits rebosan siempre actualidad, abordando
temas sociales y humanos, con un toque de inteligencia y originalidad.
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