Un simpático vídeo sobre la conocida parábola de Jesús: El amigo inoportuno (Lc. 11, 5-8), alguien que viene a media noche solicitando tres panes, apurado porque no tiene nada que ofrecer a un amigo que ha llegado de improviso.
Si no es escuchado por ser amigo, concluye Jesús, lo atenderán para librarse de su importunidad.
¿Importunamos lo suficiente a Dios para que atienda nuestras necesidades? ¿Cuántas veces hemos de tocar a su puerta?
Sólo Dios lo sabe. Los tiempos son de él. Nuestra tarea es tocar a la puerta. Sin desanimarnos.
El secreto de la oración insistente, o perseverante, es la fe.
A veces tenemos la impresión, muy humana, de que Dios está dormido y no ve el aprieto que estamos padeciendo. Es como si estuviera ocupado en otras cosas, y "pasara" de nosotros.
Pero no son estos sentimientos los que sostienen la plegaria de un cristiano, sino la enseñanza, clara y sencilla, del Evangelio: ¡insistamos! Dios es nuestro Padre, y nos ama, él nos socorre siempre en nuestras necesidades.
Jesús no enseña, incluso, que cuando pidamos algo en oración, creamos que ya lo hemos recibido, y lo obtendremos (Mc. 11, 24)
En la medida en que perseveramos en la plegaria, nuestra intención se purifica, y se acrecienta nuestra fe y nuestra confianza.
El Espíritu Santo inspira nuestra oración para que se realice en nosotros el plan de Dios, su voluntad, aún en medio de las pruebas y los sufrimientos de la vida.
El que persevera en su demanda delante de Dios se verá siempre recompensado. A lo mejor pensábamos que la solución a nuestros problemas eran los tres panes que pedíamos, pero el Señor, en su bondad, ha dispuesto darnos algo mucho mejor. Como dice San Pablo, muchas veces no sabemos pedir lo que nos conviene (Rom. 8, 26).
Sólo la oración nos da la sabiduría para comprender las respuestas del Señor, que a veces son, definitivamente, desconcertantes.
Dios siempre supera nuestras expectativas. Dejémonos sorprender por su amor y misericordia. El tiene un plan de bendición que supera nuestra limitada visión de las cosas.
¡Qué el Señor nos conceda la gracia de la oración perseverante, la llave que abre los tesoros del Reino Celestial! Amén.
Cierto amigo, a veces nos olvidamos de la oración,y de Dios, sabiendo que el es el dador de nuestras vidas, que no nos desampara, y que siempre está a nuestro lado, gracias por estas bellas palabras, un gran abrazo para ti, saludos.
ResponderEliminarGracias Irene, amiga, Dios te bendiga hoy y siempre, te acompañe en tus caminos, y te muestre su rostro lleno de bondad. Que se renueve en nosotros el deseo de orar y de hacer el bien. En él ponemos toda nuestra esperanza. Un abrazo grandote
EliminarMuy bueno el contenido. Soy peruano y aca la gente es muy creyente.
ResponderEliminarSaludos y sigan adelante
Gracias amigo, por tu visita y comentario, un saludo a ti y a ese noble pueblo hermano del Perú,...¡Bendiciones!
Eliminaryo tambien soy de peru lool
EliminarFascinante mensaje para reflexionar sobre el amigo inoportuno. Se agradece el aporte. Saludos.
ResponderEliminarGloria a Dios por animarme a insistir y persistir en la oracion
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