El drama de los desahucios en España clama al cielo. No entiendo la resistencia que observo en los partidos políticos, de uno y otro color, en modificar de raíz la ley de préstamos hipotecarios. Se trata de un pecado social en toda regla, y en el caso de los que gobiernan y de los poderes financieros, de un pecado personal del cual tendrán que responder delante de Dios.
Soy cristiano, y aunque no esté de moda, creo en la vida eterna y en el juicio final, creo que cada uno de nosotros ha de dar cuenta a Dios de sus acciones, del bien que ha podido hacer, y no ha hecho, y del mal que ha debido evitar, y no ha evitado.
Ya sé, ya sé que nuestros líderes políticos, y financieros, ni creen en Dios, ni en el juicio después de la muerte, ni en la dignidad de la persona humana, ni en el bien común, ni en las nociones de verdad y de justicia social. Profesan un ateísmo práctico, un credo materialista desprovisto de cualquier otra consideración que no sea la del lucro y la ganancia, sin importarles mayor cosa el coste humano y social de las medidas que aplican.
Los desahucios son un atentado flagrante contra la dignidad humana
Uno de los grandes partidos, si tuviera un poco de vergüenza, no se presentaría ante sus votantes como inspirado por el humanismo cristiano. Debería sincerarse. Porque según la Biblia el gobernante cristiano ha de buscar la justicia y el derecho, y preocuparse por el asunto del huérfano, de la viuda, del débil y del emigrante, es decir, de los pobres, justo lo contrario de lo que hace ese partido que no quiero nombrar aquí, y que ahora mismo gobierna en España (El otro tampoco es mejor, pero eso ya lo sabíamos).
Entretanto, he encontrado en Religión Digital este excelente artículo, el cual tiene la virtud de expresar con palabras llanas lo que muchos cristianos, y no cristianos, con el corazón roto, hemos venido sintiendo estos últimos meses. Lo transcribo a continuación en su totalidad:
DESAHUCIOS
¡Por
fin! Cuando el clamor ha desbordado las calles, cuando el Movimiento 15 M ha
extendido su indignación imparable, cuando la Plataforma Stop
Desahucios se ha
expandido a todas las ciudades, cuando la gran mayoría de los partidos
políticos minoritarios ya han pedido cambiar la ley, cuando hasta la
Conferencia Episcopal Española ha reclamado “que se dé un signo de esperanza a
las familias que no pueden hacer frente al pago de sus viviendas y son
desahuciadas”.
Cuando el Sindicato
Unificado de la Policía y la Ertzaintza y los Mossos han decidido respaldar a
los agentes compañeros que fueren penalizados por negarse a colaborar en casos
de desahucio, cuando hasta los jueces han protestado contra la actual ley de la
hipoteca, cuando Juan Luis Ibarra,
presidente del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, refiriéndose a los
desahucios, ha asegurado que los jueces "intentan sacar chispas de
Justicia" de un derecho "que, a veces, se revela injusto" y ha
apelado a "una obediencia pensante" de la legislación (!!!).
Cuando la propia Banca
ha paralizado los desahucios para dos años (eso sí, solamente “en casos
extremos”, y dicen sin pudor que “por motivos humanitarios”…), cuando tres
personas se han quitado la vida antes de que les quitaran una casa donde vivir,
cuando Amaia Egañase
ha arrojado por la ventana para no ser arrojada por la puerta (¿llamaremos a
eso suicidio o lo llamaremos homicidio?), cuando los desahuciados ya van por
las 400.000 personas, …también el PP y el PSOE, a última hora y de prisa,
parecen haberse decidido a buscar alguna solución conjunta al drama creciente
de los desahucios.
¡Faltaría que no lo
hubieran hecho! Pero más vale tarde que nunca, y se lo reconocemos. Por cierto, no se entiende muy bien por qué no han querido
sumar a ese acuerdo a todos los demás partidos que se les han adelantado en el
empeño. Tal vez sea porque se les han adelantado, y para
recuperar el crédito social perdido.
La
cuestión, como tantas otras cuestiones, es compleja y la solución no es
fácil. Supongo que si nadie pagara las hipotecas, el abuso se generalizaría.
Supongo que si los bancos renunciaran a cobrar todas las hipotecas quedándose
con la propiedad de las casas, se colapsaría el sistema bancario (aunque, visto
lo visto, no sé si eso sería de lamentar o de celebrar).
La solución no será
fácil, porque el problema no son solamente las hipotecas de las casas. El problema es toda la economía, el
modelo y el sistema que, sin embargo, parecen empeñados en seguir sosteniendo.
Un sistema que puede llevar, como ha llevado, a que la quinta parte de la
población no tenga trabajo ni salario (y ¿cómo tendrán casa si no tienen
trabajo ni salario?); o a que, solo en el estado español y en pocos meses, se
haya echado de sus casas a 400.000 personas, cuando en el estado español hay
más viviendas que habitantes y los bancos poseen tantas casas que no saben qué
hacer con ellas; o a que el estado vaya a tener que pagar el próximo año 40.000
millones de euros en intereses, muchos de ellos a bancos privados rescatados
con dinero público, nuestro dinero…
Banqueros Españoles |
¿Qué pasa, pues, con
esta economía? Que nos digan la verdad, porque no nos harán creer que la causa
primera de esta crisis y de todos sus dramas sean los salarios de los
trabajadores, seamos los contribuyentes de a pie, la ciudadanía en general. Que reconozcan el mal en su raíz, que salta a la
vista: la desregulación del mercado financiero, la especulación
incontrolada, la corrupción que afecta a las grandes fortunas (¿cómo es posible
que todavía no se haya puesto coto ni tomado medidas para perseguir e impedir
los paraísos fiscales, siendo así que circulan en Internet listas con nombres
concretos que todos conocemos –empresarios, políticos, políticos empresarios,
presidentes y ex-presidentes de gobiernos– que han puesto sus millones a buen
recaudo en bancos suizos?).
No habrá solución para los desahucios mientras no
haya solución –otra solución muy distinta que la que se está aplicando– para
esta economía y sus crisis.
Una moratoria de dos
años, que parece ser a lo que llegarán a acordar el PP y el PSOE, no es
ciertamente la solución. Ni ahora ni dentro de dos años debe quedar nadie sin
casa. NADIE SIN CASA. No un palacio, no una mansión, sino una
casa sencilla. Pero una casa. Todos deben tener siempre una casa, y que cambien
para ello las leyes que deban cambiar. Somos seres de acogida, seres
necesitados de acogida: de ser acogidos y de acoger. Somos seres necesitados de
una casa donde sentirnos acogidos y donde poder acoger, igual que necesitamos
un pecho donde reclinar la cabeza cada noche.
El salmo bíblico lo
dice con inmensa sencillez y belleza: “El gorrión ha
encontrado una casa y la golondrina un nido donde colocar sus polluelos” (Sal 84). Hasta los patos, cuya casa
es un río, necesitan un nido, muy rudimentario pero nido, un lugar seguro para
ocultar e incubar sus huevos hasta que todos los pollitos rompan la cáscara y
salgan al mundo y correteen y naden; entonces viene la madre con su nidada
nadando alegremente y se instalan en la represa del Narrondo junto al puente,
sin hipotecas ni plazos ni miedo a que nadie les desahucie.
A Jesús sí que le
desahuciaron, pues ya entonces existían desahucios, porque existían abusos.
Jesús tenía casa, una casita muy pobre de madera y adobe, pero se puso del lado
de los desahuciados, los hambrientos, los endeudados. Y quiso compartir su
suerte y su desgracia. Y se fue, y le echaron. Se desahució, y le desahuciaron. Un
día, a alguien que se le acercó diciéndole: “Quiero quedarme contigo, quiero
ser como tú”, Jesús le advirtió: “Las zorras tienen madrigueras y los pájaros
nidos, pero yo no tengo dónde reclinar la cabeza. Soy itinerante, vivo a la
intemperie y así viviré, sin patria ni hogar, para que todos y hasta que todos
tengan casa, mesa y pan. ¿Quieres venir conmigo?” (Lc 9,58).
Para
orar
Salmo
84
¡Qué
delicia es tu morada, Señor de la Vida!
Mi aliento se consume anhelando los atrios de tu casa.
Mi corazón y mi carne exultan por el Dios de la vida.
Hasta el gorrión ha encontrado una casa
y la golondrina un nido donde colocar sus polluelos.
Dichosos los que habitan en tu casa alabando la vida.
Dichoso el que encuentra en ti su fuerza
y peregrina hacia ti de buena gana.
Al pasar por el valle del llanto, lo convierten en manantial;
la lluvia lo cubre de bendiciones.
Caminan animosos para ver a Dios en Sión.
Vale más un día en tus atrios que mil en mi estancia.
Prefiero el umbral de la casa de mi Dios a vivir en las tiendas del malvado.
Porque Dios es sol y escudo, Dios da la gracia y la gloria.
Autor de la Vida, dichoso el hombre y la mujer que en ti confía.
Mi aliento se consume anhelando los atrios de tu casa.
Mi corazón y mi carne exultan por el Dios de la vida.
Hasta el gorrión ha encontrado una casa
y la golondrina un nido donde colocar sus polluelos.
Dichosos los que habitan en tu casa alabando la vida.
Dichoso el que encuentra en ti su fuerza
y peregrina hacia ti de buena gana.
Al pasar por el valle del llanto, lo convierten en manantial;
la lluvia lo cubre de bendiciones.
Caminan animosos para ver a Dios en Sión.
Vale más un día en tus atrios que mil en mi estancia.
Prefiero el umbral de la casa de mi Dios a vivir en las tiendas del malvado.
Porque Dios es sol y escudo, Dios da la gracia y la gloria.
Autor de la Vida, dichoso el hombre y la mujer que en ti confía.
Fuente: Religión Digital
Marcelo jope grandes verdades qu nos deben hacer reflexionar joooo hasta cuando , muy bueno un abrazo
ResponderEliminarGracias por tu comentario Beatriz, de vez en cuando hay que atreverse a decir las cosas y a llamarlas por su nombre, esa es la ventaja de no ser muy importantes,...Un abrazo grandote,...
EliminarMarcelo
Saludos Marcelo, cuánta razón tienes. ¿Humanismo cristiano en el PP? Es una vergüenza - la de todos los partidos, pero en especial la de estos supuestos católicos - el modo en que afronta esta injusticia, la de los desahucios. El decreto-ley es un mal parche que no supone ninguna solución para este drama que atenta contra la dignidad de la persona humana. Vivimos en una sociedad en la que prima el interés sobre el bien común. Hoy, en las noticias, he visto el desalojo en Tenerife de unas personas cuyas casas están afectadas por la ley de costas. Las han sacado a las 6 de la mañana, por la fuerza, sin atender a ninguna humanidad. ¿Hasta dónde hemos de llegar? Hemos perdido de vista que el fin de nuestra vida en sociedad es el bien de todos a partir de la incondicional dignidad de la persona; ahora hacemos política para el interés particular favoreciendo la injusticia, que es la mayor miseria que puede padecer un ser humano.
ResponderEliminarUn saludo, Marcelo.
Amigo, ¡qué riqueza conceptual encuentro siempre en tus aportes tanto en las redes sociales, como en tu blog. Me identifico con tu pensamiento porque veo claridad y discernimiento. Es cierto, siento que el PP ha jugado con las expectativas razonables de sus votantes cristianos, y nos ha manipulado. Por eso me aventura, y sé que me acompañas en mi propósito, en pensar en "voz alta" para que no perdamos la sensibilidad, para que nuestros corazones no vean como "normal" las injusticias que se asoman a la puerta cada mañana. Un abrazo desde este rincón azul del Atlántico,
EliminarMarcelo