Todas las mañanas, al
abrir el estuche, no olvides de pedir la bendición al Maestro:
Señor bendice estos bolígrafos, que
sean capaces de llenar hojas y hojas con palabras “manchadas” de aliento, de
esperanza y de alegría. Que de “sus venas” fluyan litros de tinta con los
nombres y apellidos de tantas personas como Tú has puesto en mi camino.
Bendice esta goma y este tipest,
para que borren todo aquello que me impida ver tu rostro, y para que estén
siempre dispuestos a dar a mis hermanos una segunda, una tercera y tantísimas
oportunidades como Tú me concedes cada día.
Bendice estos lápices de colores,
para poder dar color y calor a mi vida, y a la de tantos seres humanos, cuyas
vidas brillan únicamente en blanco y negro.
Bendice también este sacapuntas, no
para “sacar punta” a todo lo que mis compañeros hacen o dicen, sino más bien
para ayudarles a “sacar” lo mejor de cada uno de ellos cuando la rutina y el
desencanto “vayan desgastando” sus vidas.

Bendice estas tijeras, para recortar
cada día Tu silueta y comprender cuán parecida es a la de mis compañeros.
Y bendice finalmente Señor esta grapadora y
estos clips, para poder “grapar” en mi corazón a todos mis
compañeros, y no permitir que ninguno de ellos se me “despapele,” y acabe
tirado en alguna de las papeleras que los seres humanos, seguimos teniendo,
inútilmente, en nuestros corazones.
José María Escudero
No hay comentarios:
Publicar un comentario