sábado, 10 de noviembre de 2012

Nuestra Señora y la Lectio Divina: la misión de María



El discípulo observaba atento al venerable anciano ante el icono de Nuestra Señora. Era la hora del amanecer, cuando toda la comunidad se dedicaba a la lectura de la Palabra de Dios.  

Sí, la Lectio Divina,… un tiempo de silencio para orar la Palabra, rumiarla en el corazón, contemplarla,…

Ya en la tarde, al finalizar el trabajo en los campos y antes del canto de las Vísperas, el novicio pidió hablar con el abad.

- Pasa, hermano, adelante,… ahora disponemos de unos minutos – Las palabras del anciano eran francas y amables.

- Padre, su bendición – dijo el joven inclinándose –verá, desde esta mañana quiero hacerle una pregunta,…

- Tú dirás – repuso el anciano.

- ¿Por qué cuando va a comenzar la Lectio Divina pasa usted primero un rato de oración ante el icono de Nuestra Señora?

- Ah, claro,… muy sencillo, hijo, ¡Ella es la maestra de la Lectio! – al decir esto sus ojos se iluminaron de una extraña alegría –

Luego prosiguió hablando, despacito, pero con unción:

- Mira, la Palabra por la cual, en la cual y para la cual se hizo todo cuanto existe, tomó nuestra carne mortal en María. Ella la ha contemplado en su corazón, la ha conservado en la memoria, la ha rumiado en el silencio de Nazaret, la ha proclamado en el canto del Magnificat. La Virgen ha rendido su vida ante la Palabra, la ha creído, ha esperado en ella, y en ella ha dado el fruto más precioso: Jesucristo, Señor Nuestro.

Estaba hablando cuando sonó el primer toque de campanas anunciando las Vísperas, la oración del atardecer. El anciano continuó:

- María es el árbol plantado junto a la cascada, que da fruto en su sazón, cuyas hojas están siempre verdes. La Palabra encontró en ella una tierra buena, abonada de fe y de humilde escucha, y por eso en María la semilla dio el ciento por uno.

El anciano abrió la puerta de su celda, los pájaros del jardín celebraban la caída del sol. E invitando a caminar al joven con un gesto, añadió:


- Hace años comprendí que la misión de María es atraernos a la Palabra, para que ella se encarne en nosotros, para que se convierta en plegaria y en vida, para que seamos transformados por su gloriosa carrera en nosotros ¿Comprendes lo que te digo?

- Sí, padre – respondió el joven. Ya se iban aproximando a la iglesia del monasterio.

- Toma este consejo: Cada vez que vayas a leer la Biblia, encomiéndate a la Virgen María, y verás cómo se alejan de ti las sequedades y distracciones,… Nuestra Señora te ayudará a comprender la Palabra, a orarla y contemplarla, y, sobre todo, a vivirla.

- Así, lo haré, ¡gracias por su consejo!, deme su bendición – pidió el novicio

- Dios te bendiga, hijo, y María te conceda la gracia de que te enamores cada día más y más de la Palabra, que es su propio hijo Jesucristo. Amén.

Enseguida sonó el segundo toque de las campanas. Los hermanos, en orden, fueron entrando en la iglesia y ocupando su lugar en el coro. Los pájaros, con sus trinos, seguían su propia liturgia vespertina, mientras el día moría en las estribaciones del valle.

Justo en ese momento, nacía la noche.

Marcelo

Monasterio cisterciense Nuestra Señora de las Escalonias - Córdoba (España)

3 comentarios:

  1. sI ASI ES GRACIAS POR COMPARTIR , UN ABRAZO

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    1. Gracias, Beatriz, la Virgen María nos colme hoy y siempre de grandes bendiciones y nos ayude a vivir el Evangelio, la Buena Noticia de Jesucristo. Amén.

      Un abrazo en Jesús, María y José, la familia de Nazaret

      Marcelo

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  2. Hola. Me ha gustado mucho esta reflexión. Santa María, sede de la sabiduría. Es un extracto de algún libro o es de su "puño y letra"? Muchas gracias.

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