
Este libro me ha parecido muy interesante, porque presenta el tema clásico de la espiritualidad desde una clave dialogal e histórica, donde la búsqueda de Dios y de la mística, connaturales al corazón humano, lejos de alejarnos del mundo nuestro que Dios ama y vino a salvar, nos arrastran al encuentro vivo con hombres y mujeres de carne y hueso, con sus miserias y alegrías, sus desalientos y también sus esperanzas. Lo espiritual cristiano siempre nos humaniza, nos llena de amor por los demás y nos introduce en el corazón de la historia, donde Dios revela su ternura y también su pasión por la justicia y el bien de sus hijos e hijas muy amados. Y ello es así porque, como dice el prólogo del Evangelio de Juan, "La Palabra se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros" (Jn. 1, 14)
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