El pasado 4 de febrero celebramos en nuestro centro educativo la Carrera Solidaria, auspiciada por la ONG "Save the Children", en beneficio de los programas sociales y educativos que adelanta dicha organización en Haití, la nación caribeña que tras haber padecido el terrible terremoto de comienzos del año pasado, no termina de superar la fase de emergencia, especialmente a nivel sanitario y de servicios básicos.
Para motivar la participación en el evento de alumnos y profesores, hice este vídeo con materiales que fui recopilando de Internet, imágenes de la versión 2010 de la Carrera en nuestro instituto tinerfeño, y fotos ilustrativas de la tragedia haitiana.
Este programa solidario, que empieza a formar parte ya de nuestra tradición educativa, despierta un gran entusiasmo en el alumnado, quienes se muestran movidos a "moverse" y participar, quizás porque además de sentirse contribuyendo con una buena causa, viven la carrera como un reto personal de superación y resistencia, y también como un momento lúdico que favorece la convivencia entre todos y todas, y el sentimiento de pertenencia a su centro educativo.
Tengo que confesarlo, aunque organizar el programa requiere una buena dosis de tiempo y trabajo, la satisfacción que me da el ver a compañeros, compañeras, alumnos y alumnas, corriendo juntos por una causa solidaria, compensa con creces los esfuerzos invertidos en su planificación.
Con programas como la Carrera Solidaria ganamos todos y todas: ganan los alumnos y alumnas porque aprenden a participar, a sentirse activos y responsables frente al compromiso que adquieren al apuntarse para correr; gana el Instituto pues se promueve la convivencia, el trabajo cooperativo entre alumnos y profesores y la promoción de los valores sociales del proyecto educativo del centro; pero, sobre todo, gana la gente de "Save the Children" y, con ellos, los niños y niñas de Haití, los beneficiarios de los recursos que se logran recolectar.
Desde aquí quiero hacer un reconocimiento y agradecer el trabajo, la responsabilidad y el entusiasmo de los alumnos, alumnas y profesores del Comité de Solidaridad del IES Magallanes, y la ayuda y la colaboración del Departamento de Actividades Extra-escolares. Gracias a ellos y ellas el programa pudo realizarse y lograr su objetivo.
La solidaridad, un valor connatural con el ser cristiano, brille y se promueva siempre y en todas partes, signo y testimonio de que la gracia del Reino de Dios anunciado por Jesús ya está actuando, como la levadura del Evangelio, fermentando la masa de nuestra sociedad.
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