miércoles, 26 de diciembre de 2012

Ir a Belén: ¡hacer la experiencia!



“Vayamos, pues, hasta Belén y veamos lo que ha sucedido y el Señor nos ha manifestado” (Lc. 2, 15)

Cuando estudiaba Trabajo Social viví una situación que casi da al traste con mi carrera. Al llegar al séptimo semestre me asignaron un centro de prácticas profesionales que me parecía problemático: una barriada deprimida de Caracas, con altos niveles de inseguridad.

Sentí verdadero pánico. Hasta ese momento no había tenido realmente contacto directo con los sectores populares de mi ciudad. Aunque siempre me preocupó la “cuestión social”, todo se me había ido en leer y en pensar, en discutir con otros, y poco más.

Me había llegado la hora de pasar de la teoría a los hechos.




Fui a hablar con la profesora del centro y le plantee mi dilema. Su respuesta fue fulminante:

- Tienes que ir y ver por ti mismo la realidad del barrio. Es cierto que en algunos momentos puede ser peligroso, pero tú no vas solo, formas parte de un colectivo, y además los riesgos que tomamos son siempre calculados. Tus miedos son fruto de lo que otros han visto y te han transmitido, ahora te toca a ti hacer la experiencia, ir y ver,…

Tenía razón.

Comencé mis prácticas profesionales, y poco a poco, ¡todo en la vida es un proceso!, me fui familiarizando con la realidad del barrio. A los pocos meses entraba y salía de la comunidad casi sin darme cuenta.

He recordado todo esto cuando he leído en el Evangelio que los pastores se dijeron unos a otros: “vayamos pues a Belén y veamos lo que ha sucedido”. Ir y ver, y hacer la experiencia directa del acontecimiento: la natividad del Señor

Es la misma invitación que hace el Maestro a los dos discípulos que van tras él y le preguntan por el lugar dónde vive: ¡Vengan y vean! (Jn. 1, 38-39) les responde.

Nadie puede sustituirnos en el conocimiento de Jesucristo, ¡la experiencia nos pertenece!, por eso vamos a Belén a ver qué es lo que ha sucedido y nos han contado, es decir, buscamos sinceramente al Señor. Con todo el corazón.

Lo buscamos, porque él nos ha encontrado primero y espera nuestra respuesta.

No nos quedemos parados oyendo lo que otros dicen, hagamos la experiencia del camino: vayamos a Belén y veamos lo que ha sucedido.

Hay que conocer al Niño Emmanuel. Ir y mirar.

Él ofrece la salvación

¿Cómo explicarle a alguien lo que significa la salvación si no la ha vivido personalmente, si no ha hecho la experiencia por sí mismo?

Es como contarle a alguien el sabor de un mango. Tienes que probarlo, hermano, y descubrirlo por ti mismo.

Como me pasó a mi cuando comencé a ir a aquel barrio pobre, y viví mi propia experiencia.

El testimonio de otros nos puede ayudar, pero somos nosotros los que abrimos la puerta al Señor, para que su amor y misericordia entren en nuestras vidas y las transforme.

Vayamos pues a Belén con los pastores. Hagamos la experiencia de la salvación.

5 comentarios:

  1. Es cierto Marcelo; la experiencia de Jesus Resucitado es personal ,por mucho que los demas te hablen de Dios no es suficiente tiene que hacerse carne en ti viendo a Dios en tu vida.
    Me ha gustado mucho tu testimonio.

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    1. ¡Gracias a ti por comentario! ¡Muchas bendiciones del Señor, su amor nos cubra, pues de él viene nuestro auxilio! Un saludo en Navidad

      Marcelo

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  2. ¡Querido Marcelo! Paz y Bien.

    Coincido plenamente con tu reflexión, porque surge de la propia experiencia. En el ámbito educativo, como bien sabes, hay una máxima, que muchos defendemos, que afirma que "se aprende lo que se vive", porque así ha sido nuestra propia vida. Ahora se trata de que ayudemos a otros a vivir esa experiencia del encuentro con ese Dios que se acercó a Belén, se abajó a la condición humana, por amor a la humanidad. Por lo menos, hay que intentarlo. Ahí está nuestro gran y complicado reto.

    Aprovecho también estas líneas para desearte unas muy felices fiestas, un merecido descanso y un nuevo año lleno de bendiciones para ti y los tuyos.

    Un abrazo fraterno desde la diócesis de Alcalá de Henares.

    José Manuel

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    1. Muchas gracias José Manuel, ¡has llegado al punto! Aprender es experimentar, lo demás es narrativa,...Recibo con alegría tu saludo navideño, que bien vale como una oración, de esas que tienen un efecto: inundar de esperanza cada mañana, y hacernos fuerza para seguir cada día a Jesús de Nazaret,...Un abrazo fraterno desde estos riscos pelados del sur de Tenerife,...Feliz Navidad

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  3. Hola Marcelo. En mi blog, en esta entrada http://relizaratan.blogspot.com.es/2012/12/premio.html, te está esperando un premio que puedes pasar a recoger cuando quieras y compartirlo con otras personas. Un saludo y Feliz Navidad

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