miércoles, 29 de febrero de 2012

Jesús toma mi barro y hazme de nuevo: Hna. Glenda



Esta canción lleva en germen el secreto de una buena noticia para todos y todas: Dios puede cambiar nuestra vida.

Allí donde fracasan nuestros esfuerzos al intentar librarnos de la trampa de los vicios, del modo de pensar y de los hábitos del hombre viejo, justo allí, florece y actúa la gracia transformadora del amor del Señor.

Somos barro en manos del alfarero, y el Señor quiere modelarnos y cambiarnos. En esta voluntad suya de salvación/sanación radica toda nuestra esperanza.

Por eso lejos de los tópicos que han hecho de la cuaresma un tiempo para realizar proezas ascéticas, lo que verdaderamente importa es abrir con fe el corazón al inmenso amor de Dios.

Cuaresma, tiempo para renovar la experiencia sanadora del perdón que cura y libera la vida entera.

Cuaresma, tiempo para dejarnos sanar por dentro de todas las heridas y tristezas que cargamos en la mochila.

Hay una verdad grande, grande, Dios ama a cada ser humano, a ti y a mi, con un amor eterno, personal, fiel, paciente, poderoso, misericordioso, transformador,...

El amor inmenso que se nos ha manifiestado en Jesucristo, por quien hemos recibido todos los bienes. Amén.

Orar a Dios desde la historia


Hay días en que apenas nos queda un poquitín de esperanza, algo de fe, unos sorbos de caridad y buenas maneras.

Veo las noticias. La Unicef habla del empeoramiento, gracias a la crisis, de las condiciones de vida de millones de niños y niñas del tercer mundo, del primero, de la misma España. Cambio de canal, el rostro curtido de estos pibes se me cuela en la sopa.

Una rubia de La Sexta, vaya canal sofisticado,  enseña con mucho bombo el palacete de no sé que tío importante, ¿Quién vive ahí? se llama el programa. Nueva bofetada, otro canal, por favor, por favor,...

Efectos de la crisis, el paro y otras perlas, sobre el estado de ánimo de la gente ¡Venga ya, señores del 24 horas, déjenme respirar! Ahora vuelvo, entretanto, programita acojonante de la 2: Se ha comprobado: ¡aumenta el sector del lujo en nuestro país! Sí, sí, coches que corren a toda pastilla, joyas que relucen, viajes al quinto pino,....

Violencia.

Decido acostarme de una vez. En días así, mi alma no anda para discursos muy floridos en la plegaria. Es más, estoy tentado, no rezo, y punto.

Pero no, Señor, ¡qué digo! que suba de mis labios como bien pueda la sobriedad de un Padrenuestro. Sabemos que ya te vale, que bien que nos conoces tú por dentro.

Padre querido, que nuestra oración sea el desafío de quien quiere creer, amar y esperar desde este lado de la trinchera. Cueste lo que cueste.

El pan cotidiano, Señor, el pan, dánosle hoy, y que este hoy sea hoy de verdad

Hay días en que no deberíamos dejar de orar ni un sólo instante.

Para acompañar este post, aquí les dejo un libro muy a tono con lo dicho: La fe como confianza del francés Gerard Fourez.

LA FE COMO CONFIANZA: DESCARGAR

lunes, 27 de febrero de 2012

EL PIZARRÓN: 10 tips para su uso motivacional en el aula


En sus distintas versiones, ya sea de madera, negra o verde, para tiza; de metal blanco para rotuladores lavables; o la modernísima pizarra digital, si hay un elemento asociado a la actividad docente ese es el pizarrón, también llamado pizarra, tablero o encerado, un invento que resiste el embate del tiempo, y que forma parte del decorado imprescindible de ese espacio que llamamos el aula.

En la pedagogía tradicional el pizarrón era, fundamentalmente, el lugar donde se escribía la lección para que el alumnado la copiara en su cuaderno, así como los deberes que debía realizar,  favoreciendo el control y la gestión del aula.

De hecho, la mayoría de los chicos y chicas tienen una percepción, básicamente, aburrida del pizarrón, quizás porque para muchos se traduce en una única actividad repetitiva: escribir, escribir, y más escribir, a veces con la presión de hacerlo rápido, no sea que el profe borre la pizarra, y las anotaciones queden incompletas.

Me parece que en estos nuevos tiempos que corren, hemos de darle la vuelta a esta visión, y replantearnos el uso de este magnífico recurso educativo. 

El pizarrón no es una hoja de texto que los alumnos tengan que copiar como si fuera un castigo, es fundamentalmente un apoyo para las explicaciones del profesor, un facilitador de la atención en el aula, y, sobre todo, un  recurso motivacional de primer orden que puede favorecer una buena actitud hacia el aprendizaje, e incluso la adquisición de las llamadas competencias básicas.

Reconozco que su uso no puede ser más sencillo, de hecho yo no sé si existe una ciencia del uso del pizarrón, aquí me limito a compartir algunos tips que he ido ensayando en estos últimos años, y que pueden ser de utilidad para los que diariamente hemos de utilizar este recurso. Por supuesto, estoy abierto a nuevas sugerencias y comentarios.

1. Al comenzar la sesión, cerciorarnos de que en la pizarra no haya nada escrito de la clase anterior. Con este gesto favorecemos la atención, e indicamos el inicio de una asignatura diferente. Es como decirles: señoras y señores, aquí comienza algo nuevo.

2. Demos un título llamativo a la unidad, y escribámoslo en la pizarra con letras de gran tamaño que ocupen todo el espacio, aunque luego tengamos que borrarlo. Seamos originales, hagamos preguntas, seamos artistas de la intriga y el suspense, lancemos un desafío,...

3. Sea que utilicemos tiza o rotuladores, por favor, ¡hagamos uso  del color! Basta ya de esos pizarrones aburridos y uniformes, escritos con un mismo color y un mismo tipo de letra. Y no se trata sólo de una estrategia para los niveles de primaria e infantil, he comprobado que incluso mis alumnos de bachillerato atienden más cuando uso el color en la pizarra. Ya saben aquel dicho: "la letra con el color entra mejor".

4. Cambiemos algunas palabras por dibujos, utilicemos recursos propios del comic, rostros sencillos y parlantes, emoticones para expresar emociones,...No tenemos que ser unos expertos dibujantes, basta que seamos creativos, y demos un toque divertido y fresco a nuestro mensaje.

5. Procuremos seguir un cierto orden que favorezca la comprensión, guardemos un espacio mínimo entre los distintos contenidos. Incluso dejemos espacios en blanco que ayuden a centrar la atención. Utilicemos todos los recursos del esquema: flechas, círculos, llaves, el subrayado, etc. Recordemos que la pizarra es nuestra valla publicitaria, y evitemos a toda costa la sensación de que se trata de una ensalada de letras.

6. Siempre que los alumnos/alumnas participen en la dinámica de clase, escribamos sus aportes en la pizarra. Ello les motiva, pues les ayuda a sentirse valorados e involucrados en la discusión de aula.

7. No mezclemos contenidos, ni pretendamos escribir absolutamente todo. El pizarrón es apenas un apoyo comunicacional. Si queremos que dispongan de una información que consideramos relevante, es preferible que saquemos algunas fotocopias, y las repartamos entre ellos.

8. Mientras estamos de espaldas, y escribimos en el pizarrón, por favor no se nos ocurra dar una explicación sobre el significado de la hermenéutica. ¡Le estaríamos hablando, sencillamente, al pizarrón! Por eso, precisamente, hemos de recurrir a palabras claves, y simples esquemas, y darnos la vuelta lo más rápido posible, mirar al auditorio, respirar, y, entonces sí, retomar el hilo de nuestra exposición.

9. He observado que ayuda a la memoria y a la atención escribir en grande una conclusión del tema de la clase. Mejor si es en forma de frase pegadiza, y la encerramos en un cuadro de color.

10. Seamos prevenidos con el material de nuestro oficio docente, tengamos siempre a mano un estuche de tizas o de rotuladores lavables. En muchas aulas que conozco, ¡oh misterio!, desaparecen mágicamente de una clase a otra,...





Para concluir una caricatura para pensar:

miércoles, 22 de febrero de 2012

Como el sarmiento a la vid: Maite Losada

Una canción llena de frescura y juventud, sencilla como agua de manantial, Como el sarmiento a la vid, en la voz melodiosa y clara de Maite Losada.

La parábola de Jesús sobre la vid y los sarmientos (Jn. 15, 1-17) es sencillamente magistral, aunque no se conozca el árbol de la uva, tal era mi caso hasta que llegué a Tenerife, su mensaje es  comprensible para todos: hay que estar unidos al tronco para permanecer vivos, y para dar fruto.

¡Qué emocionante la didáctica del maestro Jesús, tomando ejemplos de la vida campesina de su querido pueblo, dando cuenta de verdades muy profundas, con la sabiduría de las cosas sencillas, del mundo cotidiano de su auditorio!

Jesús tuvo que tener un don extraordinario para comunicarse, su profunda sensibilidad, sus palabras enigmáticas, su coherencia de vida,...ese lenguaje directo, sencillo, abierto, dialogante,...¡Ah, cuánto tenemos que aprender del Señor!

Sigamos la ruta que nos marca la canción, hagamos la travesía unidos a Jesús, como la rama al árbol, para dar fruto.

Jesús, amigo, tú haces posible lo dificultoso, tú dulcificas lo que nos parece amargo de tragar, tú haces llevaderas esas cargas que tanto pesan,...Maestro, que permanezcamos siempre en ti, como tú en el Padre, como el Padre en ti, y demos los frutos de amor y servicio que esperas de nosotros.

Como el sarmiento a la vid, un buen programa para empezar la cuaresma.

Preguntarse y buscar: un miércoles cualquiera


Hoy, miércoles de ceniza, quiero compartir la siguiente reflexión sobre este día de gracia y bendición. De paso, les recomiendo visitar la fuente original, un blog escrito por un sacerdote escolapio, y que me ha parecido una verdadera fuente de espiritualidad y sabiduría:

Un día de trabajo. Levantarse, prepararse, salir de casa, y ponerse a trabajar. Un día como otro cualquiera, en el que despedir la familia, y volver a casa para continuar con la vida normal. Así, hacer lo de siempre, sin hacer ruido ni llamar la atención. Porque es miércoles. Un miércoles cualquiera. Rutinario, con pasiones y con perezas. Ni más ni menos. 24 horas. Las de siempre. Los compañeros de siempre, las personas con las que siempre me cruzo, en las que siempre me encuentro. Como cada miércoles, nada existirá sin el esfuerzo, la constancia, la presencia y permanencia, la fidelidad a lo de cada día y sin el abrazo y el cariño de los seres más cercanos. Como cada miércoles, sentiré que estoy traspasando la mitad de la semana, que se aproxima ya el viernes alejándome del lunes. Justo aquí, justo en medio. Subiré las escaleras del trabajo, y cuando las tome “de bajada”, habrá pasado un día más de mi caminar. Lo habré vivido. Habrá sido consumido, o entregado. Disfrutado o castigador. Esperanzado o triste.

Y en medio de semejante vorágine, mañana me sentiré llamado a construir algo nuevo, a retomar lo auténtico, a decidir libremente, a sonreír con alegría independientemente de lo que reciba, a mirar al mundo con la compasión y la profundidad más humana. En una palabra, mañana, aunque pueda parecer un día ordinario, puede terminar siendo extraordinario. Por muchas razones:

Tienes la oportunidad de reconocer cuánto de tu vida provoca dolor, vacío, tristeza, sinsentido, distancia, lejanía y sufrimiento en el mundo. Empezando quizá por los más cercanos. Por ti y los tuyos. Por tu vida y tu trabajo, por tus relaciones. Y reconocerlo frente al Amor más grande. Mañana Dios te da la oportunidad de reconocerte pecador, y ser amado, acogido y querido. No es que no pase nada, no se trata de correr un túpido velo como si nada hubiera pasado, ni mucho menos de dar una palmadita en la espalda y tirar hacia adelante. No. Justo lo contrario. Tomarse el pulso, ver con claridad, despejarse y quitar las legañas. Y ponerse a caminar. Mañana empieza un tiempo de purificación y de liberación. ¡Adiós al mal de la vida! ¡Adiós! ¿Con qué fuerza? La de Dios, la de la comunidad, la de la llamada que sabe mirar que dentro de ti hay mucho más de lo que crees que hay, la voz que reclama de ti el don que llevas dentro.
  1. Mañana podrás sentirte nuevo, tomar pista y empezar algo. La Cuaresma es un proyecto de construcción. Quizá sea un buen día, si te encuentras con fuerza y ves horizonte en tu vida, para tomar una decisión sencilla, clara, precisa y contundente. Esas pequeñeces que enriquecen la existencia y te acercarán más a Dios. O algo más grande, un paso adelante. La verdad es que hay pequeños cambios y movimientos que todo lo transforman. Como el corazón sensible, cuando aprende a mirar al prójimo como esa persona cercana a la que te puedes dirigir para preguntar qué tal le va, cómo está su familia, cómo se encuentra en este mundo. O ese prójimo, desconocido y anónimo, con el que te codeas todos los días en el metro, el autobús, la calle o el gimnasio. Sea donde sea, son prójimos si te acercas. La cuestión torna evangélica cuando cambia en el corazón.
  2. Encender una vela. El gesto es sencillo. Mechero o cerillas en una mano. Vela en otra. Y aproximación hasta que prenda fuego. Un proceso idéntico en casa, en la iglesia, en el trabajo o en la calle. Con luz ténue impresiona mucho más. Si está apagada puede llegar a ser sobrecogedor. Haz la prueba, con una intención. Mientras estás solo en tu cuarto, o cuando todos se hayan ido a dormir y esté tranquilo el hogar. Repite el gesto. Mientras se produce semejante explosión de alegría, deja resonar en tu corazón las siguientes palabras: “Se ha cumplido el tiempo.” El resto, lo que venga después, las lágrimas o la alegría, déjaselas al Espíritu. Pero guarda sus palabras en el corazón.
  3. Salir al encuentro. Una actitud terriblemente cuaresmal. Es ciertamente el Padre el que sale al encuentro de su hijo, o el Hijo el que va en busca de la oveja perdida. ¿Por qué no situarse en su corazón y compartir su camino? Al tiempo que te mueves, podrás sentir también en carne propia lo que supone para Dios salir a tu encuentro. Al inicio del día, en un minuto de silencio, deja que salten en tu corazón los nombres de personas importantes que están lejos. ¿Cómo te acercarás a esas tres personas que primero han llegado a tu corazón? Si fuera un concurso, una gymkhana en la que te juegas algo importante, ¿cómo harías para estar cerca de ellos? ¡Inténtalo! Que no termine el día sin darles un abrazo.
Mañana, querido joven o adulto, querido padre o hijo, querida familia o soltero… está en tu mano transformar un miércoles cualquiera en Miércoles de Ceniza, e inicar la Cuaresma. Entra en una iglesia, con una comunidad. Deja que un sacerdote te imponga ese signo sobre la cabeza. Escucha lo que te dice. Abre tu corazón y respira hondo. Es el Amor quien te llama. Es el Amor quien confía y cree en ti. Como Dios sabe de qué pasta estás hecho, como Dios te conoce profundamente, por eso te llama a darlo todo, ser auténtico, sentirte libre, crecer sin medida, amar con todo el ser. Tú a lo mejor no lo sabes todavía. Él sí te conoce. ¡Confía! ¡No defrauda! ¡Siempre es fiel!

CUARESMA 2012: CÁRTELES DE TODO EL MUNDO

Hoy, miércoles de ceniza, comienza la cuaresma, cuarenta días de preparación y peregrinaje hacia la Pascua del Señor,... un tiempo fuerte de gracia y conversión, de escucha de la Palabra y de práctica de las virtudes cristianas grandes: la abnegación evangélica, la solidaridad, el perdón, la oración, el ayuno,...

A fin de sintonizar con el sentir de la Iglesia universal, presente alrededor del mundo, he recopilado una  pequeña muestra de diversos carteles motivacionales sobre la cuaresma.

En inglés, Lent; en alemán, Fastenzeit; en italiano, Quaresima;  en francés, Carême; en español, Cuaresma,...Más allá del idioma que hablemos, el mensaje de la gracia es el mismo: Convertirse,  renovar nuestra adhesión a Jesucristo, y dar testimonio del amor ofreciendo nuestro servicio a los hermanos y hermanas, especialmente a los más pobres.

En la Iglesia de Cristo no hay fronteras, en ella descubrimos que, más allá de las distancias y las culturas, la cuaresma es una gracia, y un llamado de Dios, que trasciende los límites de nuestra Iglesia local, y alcanza a toda la humanidad.

Estemos atentos, porque sea cual sea el idioma que hablemos, Dios nos está llamando a vivir la cuaresma.


martes, 21 de febrero de 2012

¿Qué sabemos de Jesús de Nazaret?: Una pregunta, una oportunidad


Más allá de lo que confiesa la tradición cristiana sobre el Señor Jesucristo, el Hijo de Dios, desde la sola perspectiva histórica-crítica, ¿qué sabemos sobre Jesús de Nazaret? La pregunta ha sido, y es, de primerísima importancia para la teología y la cultura contemporánea.

Asombra constatar la audacia con la que muchos, desconociendo olímpicamente los estudios serios de especialistas en la materia, hacen afirmaciones sobre la persona de Jesús que carecen del mínimo rigor científico, asegurando, por ejemplo, el carácter mítico del Mesías cristiano, o interpretando a su capricho las fuentes en las que se fundamenta la fe en Jesús, añadiendo especulaciones que contradicen lo que realmente sabemos sobre la vida, y el mensaje del fundador del cristianismo.

Estas obras, de carácter pseudo-científico, por lo general gozan de bastante proyección en los medios de comunicación, anunciándose con bombos y platillos como la última revelación secreta sobre Jesús, o el desvelamiento de una conspiración eclesial para engañar a las masas. Su carácter sensacionalista les asegura un buen volumen de ventas; ya sabemos que para el marketing, todo vale.

En cambio, lamentablemente, los resultados de los estudios especializados suelen ser conocidos únicamente por un pequeño segmento de lectores iniciados, por lo que el público en general ni se imagina hasta qué punto son capaces estos autores de falsear los datos, distorsionar a su capricho la interpretación de las fuentes, presentar información sesgada e incompleta, manipular la tradición, etc.

Estas interpretaciones tendenciosas sobre Jesús de Nazaret, que contradicen los resultados de los estudios de los expertos e investigadores, y, lo que es peor, lo que ha confesado la comunidad cristiana en los últimos dos mil años, están en el ambiente  de nuestros alumnos y alumnas, a veces transmitidas incluso por algún profesor o profesora que intenta, por este medio, desacreditar la fe cristiana.

Lo dicho no sólo compete a teólogos y especialistas, últimamente he sentido que desde la asignatura de Religión hemos de afrontar también esta situación, que cuestiona los fundamentos mismos de la Revelación, y afrontarla más que como un problema, como una oportunidad para la transmisión de la fe en Jesucristo.  

Quizás sea mi impaciencia, pero estoy comenzando a cansarme de tantos preámbulos para hablar del Señor a mis alumnos y alumnas, por eso lanzo directamente a la clase la pregunta sobre lo que sabemos y lo que no sabemos de Jesús de Nazaret, y dejo que la cuestión flote en medio del aula, en los ojos vivaces de los adolescentes, en ese instante de silencio que precede a la palabra.  

He constatado el interés que puede despertar el tema en los jóvenes, especialmente cuando situamos la discusión desde la perspectiva actual, y partimos del imaginario juvenil, de sus inquietudes y preguntas.

Mi talante más que apologético quiere ser preventivo. Antes que venga algún desaprensivo a contarle a mis chicos especulaciones calenturientas sobre Jesús de Nazaret, quiero darles en clase criterios racionales de juicio, no sólo en base a la virtud teologal de la fe, sino también desde el ángulo de la ciencia histórica y el conocimiento crítico.

Para el logro de este objetivo, he preparado un material didáctico, dirigido sobre todo al bachillerato y a los últimos cursos de la ESO, que quiero compartir con todos y todas a través del enlace que ofrezco a continuación.

Pidamos al Espíritu Santo, prometido por Jesús, que seamos sus testigos y le anunciemos con fidelidad a esta generación que el mismo Señor, en su bondad, nos confía. Amén.

JESÚS DE NAZARET: DESCARGAR


domingo, 12 de febrero de 2012

Alas de Colibrí: Una canción para la Nueva Evangelización



Escuchaba con atención la canción de Silvio Rodríguez Alas de Colibrí, y me sentí movido por dentro. Me va la utopía, lo sé, ni los años ni las decepciones del camino han mermado mi rebeldía, mi apuesta por un mundo de justicia e igualdad.

Algunos creen que esta actitud es, en esencia, falta de realismo. Me imagino que es un mal que padecen los profetas: Martin Luther King, Gandhi, Madre Teresa, Rigoberta Menchú, Nelson Mandela, Bartolomé de Las Casas,...

Si ellos hubieran sido realistas se hubieran acomodado a lo que había. Gracias a Dios que no lo fueron. Tuvieron visión, coraje, se indignaron, se rebelaron, y trabajaron duro para construir un mundo más justo, humano y fraterno. 

Recuerdo, hace ya unos años, cuando fueron cayendo los llamados "socialismos reales", se nos vendía la idea que estábamos al final de la historia, signado por el nuevo auge del liberalismo que parecía invadir todo el horizonte.  

Me rebelé, y me sigo rebelando, quizás porque conozco las injusticias y los tremendos sufrimientos humanos que genera el modo de producción capitalista. Tanto en el primero como en el mal llamado tercer mundo. 

Me rebelé, y me sigo rebelando, porque siempre tengo en la mente la experiencia fundante de la comunidad cristiana primitiva: hermanos y hermanas que compartían sus bienes, y los repartían según las necesidades de cada miembro de la comunidad.  

Los cristianos del siglo I comenzaron toda una revolución. 

No tuvo que venir Carlos Marx a explicarnos el paraíso en la tierra, la socialización de los bienes que son de todos y todas. Con el cristianismo entró en la humanidad un soplo fresco de igualdad, fraternidad, libertad, justicia, un nuevo modo de entender las relaciones de los hombres entre sí, y con los frutos del trabajo colectivo de los seres humanos.

Frente al ideal del Reino de Dios todas las ideologías son relativas, ni el liberalismo, en sus diferentes versiones, ni un socialismo materialista y opresor de la conciencia, son el fin de la historia. Son mediaciones humanas, y, además, en muchos aspectos se oponen al santo Evangelio, a los valores anunciados por Jesús en el Sermón de la Montaña. 

Una cosa tengo clara, la acumulación de capital, y más capital, y más, y más,  no es la meta de la vida humana ni de la sociedad en su conjunto. La postura de Jesús en este punto es ciertamente radical. Hay que ver las maromas que hacen algunos para "cristianizar" el capitalismo, un sistema basado, precisamente, en el afán de lucro, en la idolatría del capital por encima de la dignidad de la persona, en la explotación del hombre por el hombre. 

La canción habla de la creación de un partido alternativo, al cual pertenecen no los poderosos de siempre, sino todos los excluidos del banquete de la vida, los pobres, los marginados, los infelices, todo lo cual suena a Evangelio del bueno, a esos sueños y esas pretensiones tan escandalosas de Jesús de Nazaret cuando se identifica con los desheredados de la tierra, a despecho de la gente "bien vista" y acomodada de su tiempo.

Es decir, la opción preferencial por los pobres. 

El hambriento, el sediento, el sin techo, el parado, el endeudado, el marginado, tan frágiles y pequeños como las mágicas alas de un colibrí, invitados a soñar mundos nuevos, a construir la nueva cultura de la vida, a ser sacramento de la presencia viva de Jesús en medio de la historia. 

Escribo esto y tengo delante todo lo que está sucediendo ahora mismo en el mundo, en Europa, en España, en Grecia,... 

Sí, renovemos en la Iglesia la llamada a construir el partido de los sueños, sigamos en nuestro hoy la misión de Jesús que vino a la tierra a curar los corazones afligidos, y a anunciar la buena nueva a los pobres. 

Convirtamos nuestros corazones, y volvamos a la experiencia de la comunidad madre de Jerusalén. Esto sería empezar proféticamente la Nueva Evangelización.

sábado, 4 de febrero de 2012

Blowing in the wind: un canto profético de Bob Dylan



La canción Blowing in the wind, en español "Soplando en el viento", del inolvidable Bob Dylan, e interpretada por Joan Baez, es una verdadera proclama profética, y aunque la canción ya tiene sus años, su llamamiento a la conciencia de la humanidad tiene plena vigencia para el convulso mundo de hoy. 

La paz, el logro de la justicia, sigue siendo tarea pendiente para la generación del tercer milenio, y no porque falten llamamientos reiterativos a la conciencia humana, voces que se escuchan y que intentan alzarse frente a la sordera de los poderosos, los que verdaderamente controlan el poder en el mundo. 

No han bastado los sufrimientos de todas las guerras, el derramamiento de sangre de tantas víctimas inocentes. 

Cuando miramos de cerca, y analizamos los conflictos, nos percatamos que el origen de este desorden está casi siempre en la injusticia, y en el uso de la violencia para combatir la misma violencia que generan las injusticias humanas. Es la espiral de la maldad y del desamor entre los seres humanos.

¿Qué hacer?, ¿dónde está la respuesta? En su lenguaje poético Dylan señala al viento, que es un signo universal de la vida que palpita en el respirar del aire. Para la Biblia, precisamente, el viento es el ruah de Yahvé, su espíritu que sopla y comunica la vida. 

Sí, recibir el Espíritu, escuchar al viento, ese es el camino para sanar el corazón humano. Porque el problema de fondo es muy profundo, la raíz de todas las guerras e injusticias están dentro de nosotros, en la división de un corazón roto por el odio y la codicia, un corazón de piedra que se ha vuelto insensible ante el sufrimiento de sus hermanos y hermanas, que es capaz de ver como "normal" el dolor de su prójimo, especialmente de los más pobres e indefensos.

Por eso hemos de buscar la sanación del corazón, la liberación de todos los odios e idolatrías que alienan los más puros anhelos de paz y justicia de la humanidad. 

Venga sobre esta humanidad herida tu ruah, Señor, la fuerza sanadora y vivificadora de tu Espíritu de amor, el único que puede liberarnos y restaurar en cada uno de nosotros el milagro de la paz y la fraternidad.

Una excelente canción para compartir con los alumnos y alumnas en clase de Religión, sobre el tema de la paz y el compromiso por la justicia y la solidaridad.

Los Hechos de los Apóstoles: Joseph A. Fitzmyer


Leer el libro del Nuevo Testamento Hechos de los Apóstoles, puede convertirse en un verdadero acontecimiento en la vida de un discípulo de Jesús de Nazaret.

Cuando contemplo a la Iglesia actual, su caminar en este siglo XXI, los desafíos del imparable proceso de secularización que vivimos, aunado a los graves problemas e injusticias del mundo, pienso: ¡Hay que volver a los Hechos de los Apóstoles!

Volver a los Hechos de los Apóstoles y redescubrir que la salvación cristiana es una experiencia y una tradición esencialmente comunitaria: el llamado a seguir a Jesús y a ser bautizados en el Espíritu Santo, nos vincula a una comunidad donde se vive un determinado estilo de vida: el compartir de los bienes, la fraternidad, la escucha de la Palabra, el ágape eucarístico, el servicio mutuo, con "sencillez y alegría de corazón".

La invitación a seguir a Jesucristo conlleva la pertenencia a una asamblea de vida y fe. 

Con frecuencia nuestras macro parroquias donde nos congregamos y oramos juntos sin conocernos, y recibimos los sacramentos sin vivir conscientemente un compromiso comunitario, no favorecen esta experiencia de comunidad que constituye el alma misma de la Iglesia.

Volver a los Hechos de los Apóstoles y redescubrir que el gran protagonista de la misión es el Espíritu Santo, el cual reviste a la comunidad de diversos ministerios, dones y carismas, para el anuncio gozoso de Jesús Resucitado, las obras de apostolado, y el pastoreo del pequeño rebaño de Cristo. 

Los milagros, las sanaciones y liberaciones, las palabras de ciencia, las profecías, confirmaron y acompañaron la evangelización primera. Cuando leemos las páginas de este libro encontramos un pueblo que ora por la sanación de sus hermanos y hermanas, que testimonia la caridad fraterna y la solidaridad con los más pobres y excluidos, que vive con sencillez la vida nueva en Cristo, que resuelve las dificultades que van surgiendo escuchando a la asamblea de los hermanos, bajo la guía de los apóstoles y pastores. 

Esos signos deberían acompañar también la evangelización de hoy, para que nuestro anuncio no se convierta en un asunto de meras palabras y conceptos.

Volver a los Hechos de los Apóstoles y redescubrir que ser cristiano, seguir el camino, es ser signo de contradicción. La Buena Nueva cristiana fue anunciada en el siglo I en medio de fuertes persecuciones y dificultades, gracias a las cuales el Evangelio se fue expandiendo desde su contexto original en la Palestina Romana hasta llegar a Roma, el corazón del Imperio.

Hoy, igual que ayer, vivir la fe en clave comunitaria, fieles a la más pura tradición cristiana, anunciar, y vivir, las verdades incomodas del Evangelio, conlleva persecución y dificultades. Es el sello mismo de la misión, y no deberíamos escandalizarnos por eso, sino orar para que el Espíritu de Dios nos de la fortaleza y la sabiduría que necesitamos, y convierta las dificultades en oportunidades para la evangelización.

En síntesis, volver a los Hechos de los Apóstoles y redescubrir en la soledad de la lectio divina,  el llamado personal a la misión y al servicio, nuestra particular vocación en la comunidad cristiana.

Todo cristiano y toda cristiana debería "leerse" y "encontrarse" alguna vez como discípulo del Señor, en las páginas de los Hechos de los Apóstoles. Esas palabras que el Señor Jesús susurra a nuestros oídos, y que hacen arder el corazón, como les sucedió a los discípulos de Emaús.

Todos y todas tenemos un lugar en este libro, también se habla de ti y de mí, sólo tenemos que leer con atención, bajo la guía del Espíritu,  y seguro que nos encontramos.

Para profundizar en el estudio, aquí les ofrezco el enlace de la interesante obra de Joseph A. Fitzmyer, Hechos de los Apóstoles, un completísimo tratado, en dos volúmenes, a nivel exegético y cultural de este libro del Nuevo Testamento.



LOS HECHOS DE LOS APÓSTOLES: DESCARGAR

viernes, 3 de febrero de 2012

¡Oh!,..¿qué será?: las preguntas del corazón



Todo un clásico: ¡Oh!, ¿qué será?, canción original del trovador brasileño Chico Buarque, magnificamente interpretada  por Willie Colón, uno de los grandes de la salsa.

El tema guarda sus enigmas. ¿Es una canción religiosa?, no lo sé, pero me parece que trasciende lo estrictamente confesional, para ir más allá, y rozar el fondo mismo del asunto: el misterio del corazón humano y su nudo de preguntas.

Hay quienes pretenden convencernos que es ocioso escuchar estos interrogantes nuestros, el acertijo que vive en los entresijos de las historias cotidianas, con sus pequeñas alegrías, con sus frustraciones y sus penas.

Hay quienes procuran incluso ahogar en su propia conciencia la madre de todas las preguntas, la pregunta sobre Dios.

Y lo siento mucho por Nietzsche, y por todos sus epígonos, pero la pregunta, el qué será de la canción, sigue sacudiendo a los seres humanos del siglo XXI.

Frente a esta exigencia de hallar respuestas, el canto es una invitación con sabor a profecía: abrir los oídos del corazón, escuchar, y, ver más allá de lo aparente, intentando descubrir el significado último de las cosas.

Tarea de la espiritualidad. Y una actitud que nos humaniza por dentro.

Otra intuición interesante: el misterio se revela de un modo particular en el sufrimiento de los pobres:  las meretrices, los infelices, la maestra, el ciudadano, ...gentes normales y corrientes,... Es que allí, en la vida de los pequeños seres, la pregunta que nos asalta por las noches se hace más clara, más urgente.

Y este es el fondo humano y liberador del canto, pues no se trata de una mística alejada del mundo de la historia, con sus contradicciones e incoherencias, sino del esfuerzo por comprender el anhelo de felicidad, plenitud, justicia, paz, que escuece en el corazón de las personas, especialmente de los que sufren.

Al encontrarnos con el sufrimiento del otro, al constatar nuestra propia limitación, el  qué será se transforma en quién sera: el misterio del Dios vivo revelado y manifestado en los rostros sufrientes de los pobres.

En Jesús de Nazaret, en su cercanía y amor por los más pobres y los más excluidos, en su proyecto del Reino de Dios, vamos descubriendo el significado profundo de la vida. 

En Jesús de Nazaret descubrimos al Padre, de quien toma nombre toda la familia humana.

Una interesante canción para plantear el tema del sentido de la vida, las preguntas del corazón, y la experiencia misma del misterio de Dios.