martes, 30 de octubre de 2012
Los Cantos de mi tierra: la mejor aula,... ¡la naturaleza!
Por diversas circunstancias que he vivido últimamente, he
estado recordando una canción que escuché siendo apenas un adolescente. Se
trata del tema Son los cantos de mi tierra, interpretado por
las voces del Quinteto Contrapunto,
uno de los mejores exponentes, en cuanto a calidad interpretativa, de la música
folklórica venezolana.
Este canto lo asocio a imágenes de los parques que visité en
mi infancia, los que más honda huella dejaron en mí, particularmente el parque Guatopo (Edo. Miranda) y el parque Henri Pittier (Edo. Aragua). Tengo
impreso en mis sentidos los verdes exuberantes y llenos de vida del bosque
húmedo y tropical; la altura de los arboles gigantescos horadando las nubes; y,
también, aquellos pájaros de variopinto plumaje que cruzaban la carretera de
lado a lado, y dejaban en suspenso mi
alma de niño.
En mi imaginación nunca falta tampoco el agua, friita
cayendo en tobogán desde lo alto de una ladera, o corriendo alegre formando
pequeños ríos, o detenida en heladas pozas,…¡Meter los pies en ellas era toda
una proeza!
Ahora que lo pienso como educador: ¡Qué sosos y sedentarios
son nuestros programas educativos, todos sentaditos, mirando la vida desde las ventanas
del aula!…
Alumnos y profesores, lo digo: ¡A moverse, volvamos a la
naturaleza, palpemos la tierra, acariciemos la lluvia fresca sobre la hierba
del monte, descubramos la hermosura de las cosas que verdaderamente existen!
Una tarde entera jugando en un parque, puede constituir toda
una experiencia de aprendizaje.
Y lo siento, ni el más sofisticado juego de PC, ni la más
refinada tecnología digital, pueden sustituir el encuentro con las cosas vivas,
en medio de una naturaleza que siempre está respirando y dando testimonio de su
existencia.
Ni comparar esto con el mundo virtual, que siempre será una
ficción, por más que se disfrace de simpáticos emoticones, avatares y colorines.
¡Qué importante es que nuestros muchachos y muchachas
visiten nuestros parques, y que tengan la oportunidad de estar en contacto directo
con la naturaleza!
Si, ¡somos educadores! Hagamos que los niños y niñas vivan
momentos felices, para que luego, cuando sean grandes y se conviertan en adultos,
sus corazones rebosen de buenos recuerdos, y tengan una memoria visual y
auditiva que testimonie y aprecie la belleza del mundo.
“Todo lo que lo respire alabe al Señor, aleluya” (Sal. 150)
@MarceloMartín
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Marcelo Martin
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Etiquetas:
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Querido amigo Marcelo, cuanta alegría leerte y saber que ya estas por aquí, con tus hermosas palabras de aliento y llena de mucha vida espiritual,y natural.
ResponderEliminarHermoso video,y buena reflexión para tus compañeros y alumnos. Es cierto, la vida nos exige volver a lo natural,porque estamos viviendo una vida superficial cibernética,donde el ser humano pasa a segundo plano.
Gracias a Dios le doy, por saber que estas bien, y deseo que Diosito te mantenga siempre en pié y con mucha salud.
Muchos cariños y abrazotes,asi como para mi amiga Bea.
¡Muchas gracias amiga! La verdad es que Venezuela tiene un entorno privilegiado en cuanto a naturaleza, y cuando se es niño ello siempre te marca el corazón.
EliminarLo increíble es que estas imágenes las evoca a veces sin darme cuenta, y tengo "memoria" de la felicidad de estar allí.
Cómo ves, ya me voy recuperando, y empiezo a dar mis batallas, retomando la tarea del Blog.
¡Qué el Señor te cubra de bendiciones!
Marcelo